lunes, 10 de noviembre de 2008

Más madera

He añadido fotos y reseñas de algunas de las últimas excursiones hechas. Las encontraréis en la parte derecha de la página, una vez pasada la zona de ocio y música.

Estamos empezando la planificación del siguiente Camino de Santiago. tal y como podéis ver en el rótulo de próximo destino. Se trata de hacer el Camino del Salvador y en Oviedo enganchar con el Camino del Norte.

Una vez hecho el Camino y haber ido a rendir ofrenda al Apostol, era obligado este nuevo Camino ya que , como dice el dicho, quien va a Santiago y no va al Salvador, visita al criado y deja al señor. Hay que ir a visitar al Salvador en Oviedo.

Eso significa que iniciaremos Camino en León y su barrio júmedo, con nuestra Agustina de España. Visita obligada para realizar la pertinente ofrenda, como hicimos en nuestra anterior empresa, y empezar con buen pie, y medio alcoholizados. el nuevo Camino.

Luis ya ha empezado a leer en detalle algún material que tenemos de la ruta prevista. Y ya le han empezado a rilar las canillas. En los textos en los que se describe el paso por el Pajares, nada más empezar el Camino, se pueden leer citas tipo "descensos empinadísimos de grava superiores al 20%", "desniveles del 30%-40%", "pendientes de suicidio", "frenos quemados", etc. Y creo que no sólo se trata de una etapa, sino que será la tónica general de todo el Camino.

Creo que si nuestra aventura del 2008 tuvo tanto llano como montaña, en esta nueva a la que nos enfrentamos sólo encontraremos montaña y será realmente exigente. Si le juntamos que esta ruta seguramente la haremos casi solos al no encontrarnos la profusión de peregrinos del Camino Francés, estoy por asegurar que haremos un Camino tan extenuante como inolvidable.

Se agradecerá cualquier sugerencia, comentario o aportación que nos indiques para poder planificar y realizar el Camino.

lunes, 5 de mayo de 2008

Camino de Santiago 2008. Desenlace

Como dije en una de las primeras entradas, todo llega en esta vida. Ahora añadiré que, además, todo pasa.

Nuestra aventura de bicigrino 2008 ha llegado a su fin. Hemos pasado muchas calamidades y hemos pasado momentos magníficos. Una experiencia inolvidable.

Quiero agradecer a Julio y a Luis el haberlo compartido conmigo. Ojalá podamos hacer otras muchas. Ahora seguiremos saliendo los fines de semana, no ya como preparación para el Camino, sino como pura diversión.

El domingo por la mañana, después de abrazar al Santo y después de escuchar cómo nos citaban en la misa del peregrino, nos dimos un pequeño paseo por Santiago, nos metimos el último pulpo y el último Ribeiro para empezar el camino de regreso a Madrid en coche junto con la familia.

El viaje lo hicimos muy bien, con circulación fluida y sin atascos de entrada a Madrid. Después de una semana completa de estar casi aislado del mundo me encuentro con que el Madrid, una vez más, es campeón. Todo normal. Entro en mi casa y todo normal. Hemos estado una semana alejados del mundo, pareciéndonos una eternidad, pero el mundo ha seguido con su rutinaria y parsimoniosa normalidad.

Como marca el protocolo, nos despedimos con un fuerte "ortum tedeum".

Saludos a todos. Gracias por vuestro apoyo y hasta la próxima.

Día 8. 65 Km. Casanova - Santiago de Compostela

Ayer cenamos muy bien. Buena comida, buen trato y buen descanso.

Es el último día y nos relajamos. Nos despertamos tarde y después de desayunar dejamos que Luis actualice su blog porque ayer lo hicimos Julio y yo. Nos ponemos en marcha casi a las once, dos horas después de los planificado. No hay prisa.

Salimos y para empezar, una de gambas. Nada más salir del albergue hay una cuesta de más de dos km. Seguimos disfrutando del paisaje y vamos lentos.

Hoy se ve mucho peregrino. A las doce llegamos a Melide. Al llegar vamos buscando la pulpería Ezequiel y nos ve pasar el colega del metro de Barcelona que nos chilla. Nos saludamos y nos dice que mejor que en Ezequiel que entremos en otra en la que él se acaba de zampar un pulpo. Se llama A Garnacha. Nos tabicamos el pulpo. Está bueno, pero yo he comido pulpos mejores en Costa da Morte e incluso en mi casa, en algún que otro festival gastronómico familiar. Creí que con la fama que tiene el pulpo en Melide iba a ser excepcional, pero realmente tiene mucho más de nombre que de extrema calidad.

A la entrada de Melide nos hacemos la foto con el Cristo que da la mano al peregrino en la iglesia de San Juan. Es una iglesia pequeñita y hay un grupo de unas cuantas peregrinas de Madrid al que un cura gallego, de como manda la tradición tanto en hechuras como en modos, les está metiendo un chapa de consideración. Tal es la facilidad que tiene de hablar de las pasiones terrenales que nos acechan y de las redenciones celestiales que le esperan al peregrino, y a tal velocidad, que me quedo escuchándole y grabándole en video. Este buen hombre se haría rico y famoso en Estados Unidos vendiendo crecepelo.

Seguimos por el rompepiernas gallego. A diferencia de Castilla, en la que el Camino trata de pasar por sitios lo más llanos posibles, en Galicia da la sensación de que el Camino pasa por los sitios con más cuestas. Son contínuos los ascensos y descensos empinados por caminos de tierra para ir cruzando lomas y más lomas. El Camino es precioso, además luce un sol espectacular, pero el machaque en las piernas es considerable. Yo llevo abotargadas las piernas durante los 20 primeros km de la etapa, pero a partir de entonces empiezo a encontrar ritmo y las piernas me empiezan a funcionar. Por contra Luis y Julio van que no pueden más. Nos queda aún la mitad de la etapa y van que no pueden.

Llegamos a Arzúa hacia las dos de la tarde. Paramos a descansar algo mientras que nos clavamos un zumo de naranja y nos ponen un queso riquísimo de tapa. Decidimos no comer más porque ya nos hemos clavado el pulpo y porque va siendo tarde, y más con los km que aún quedan por delante.

A los 5 km de pasado Arzúa, tras un par de repechos importantes veo que mis colegas no llegan ni con el gancho. El más petao es Luis. Proponemos hacer unos cuantos km por carretera en vez de por los caminos. Por la carretera las pendientes son más suaves y nos hacemos unos 20 km muy bien. Paramos de nuevo a tomar un plátano y una cerveza antes de Santa Irene.

La subida hasta el alto en el que está el aeropuerto de Lavacolla es dura y larga. En el alto espero de nuevo la llegada de mis colegas. Nos cruzamos una vez más con un grupo de ciclistas de Miajadas con los que nos habíamos encontrado por primera vez por Melide. Van en plan Corte Inglés, con coche de apoyo y sin alforjas ni peso extra. Como nosotros vamos por carretera, avanzamos más que ellos y cada vez que el Camino cruza la carretera y coincidimos, les hacemos bromas de que no tiran ni con motor, que les va a pasar el cojo, que son medio hombres, etc. Nos reimos un buen rato con ellos.

Comentando los km que llevamos hoy, los que restan y el tiempo real pedaleando, vemos que Luis y Julio tienen más o menos el mismo tiempo real de pedaleo, pero yo tengo una media hora menos. ¿Mi reloj funciona mal?. No, lo que pasa es que yo me tiro mucho tiempo esperando a mis colegas. Tanto como para que yo hoy haya estado esperándoles más de media hora y lleve ese tiempo menos de pedaleo real. Luis no pone los datos de las etapas, pero Julio sí. En Madrid voy a comprobar tiempos reales de pedaleo y velocidades medias. Seguro que en las primeras etapas llanas son muy similares, pero desde León donde empiezan las cuestas, apuesto algo a que he hecho mucho menos tiempo efectivo pedaleando por estar esperándoles de contínuo. Esto en la Vuelta Ciclista les supondría la descalificación por llegar con el control de tiempos ya cerrado. Espero que para próximos retos, estén menos cebones y se pongan más fuertes de patas.

El resto de lo que queda hasta Santiago parece corto, pero son más de 10 km por el Camino con contínuas cuestas. Antes del Monte do Gozo hay un par de repechos fuertes encadenados antes de los cuales nos pasan dos chicas que van ligeras de ritmo y aparentan ser muy simpáticas de cuello para abajo. Me uno a ellas en la subida, que es muy fuerte y tenemos que meter el piñón más grande. Las tías, en vez de llevar la respiración, se tiran toda la subida hablando de que si fulanito le había hecho no sé qué guarrada a menganita y que si era un tal y un cual. No se callan ni debajo del agua. Miro para atrás y veo que mis colegas no han seguido a la mano, como siempre, y con todo el dolor de mi corazón dejo que las chicas se vayan y les espero.

Al llegar al Monte do Gozo nos volvemos a encontrar con el del metro de Barcelona. Ultimo sello en la credencial, fotos de rigor y todo para abajo para llegar, por fin, a Santiago.

La familia nos espera ansiosa, eso sí, depués de estar toda la mañana en la playa de Cambados disfrutando y metiéndose un homenaje, en la plaza del Obradoiro con las camisetas conmemorativas. Nosotros también nos las ponemos al entrar en Santiago y entramos juntos en la plaza.

Abrazos múltiples con la familia, mucha alegría por haber cumplido el objetivo y derechitos a la Oficina del Peregrino a por la Compostela.

Montamos las bicis en los coches y nos vamos al hotel de concentración, un pazo gallego en las afueras de Santiago que es un lujo de la órdiga comparado con los cuchitriles en los que hemos estado durmiendo durante toda la semana.

Duchazo relajante y nos metemos un pedazo de homenaje para cenar con mariscada incluida y nos vamos a dormir. Mañana hay que ir a la misa del peregrino a la catedral.

Hoy hemos hecho 65 km.
Tiempo real pedaleando 4h 42min
Vel. media 13,74 km/h
Vel. máxima 45,42 km/h
Hemos pasado por Leboreiro, Melide, Boente, Ribadiso da Baixo, Arzúa, Calzada, Salceda, Brea, Santa Irene, Pedrouzo, Amenal, Lavacolla, San Marcos, Monte do Gozo, San Lázaro y Santiago de Compostela.

En el cruceiro de Lameiros:


Dándole la mano al Cristo que saluda al peregrino en la iglesia de San Juan en Melide:


Llegando a Santiago aparecía gente por todos los lados. ¿De dónde sale tanto turista del Corte Inglés?:


En el Monte do Gozo, con el destino a tiro de piedra:


Objetivo cumplido. A disfrutarlo con la familia:

sábado, 3 de mayo de 2008

Día 7. 72 Km. Samos - Casanova

A las siete menos cinco nos ponen cantos gregorianos y a las siete encienden las luces. Todos arriba. La noche no ha sido mala, pero es el día que más roncadores recuerdo haber oído. A mitad de noche Julio se ha bajado de su litera y me ha metido un meneo que te cagas para que dejara de roncar. Si me pilla en otro momento la tenemos. Hay un grupo de sevillanos quejándose, en andaluz y con guasa, de los ronquidos de la noche. El albergue no cobra por dormir, sólo acepta donativos. Un andaluz dice que no aguanta más los ronquidos, que le hagan la cuenta que se va.

Al salir del albergue se repite la misma escena de todos los días. Luis y yo preparados. Falta Julio. Luis me pregunta por Julio. Yo le digo que Julio es un p... anormal. Luis me contesta que estará rehaciendo las alforjas por segunda vez en lo poco que llevamos de día.

Empezamos a las ocho con la idea de recuperar parte de los km no hechos ayer. Desayunamos algo y afrontamos la temida etapa rompepiernas de Galicia. Vamos haciendo kilómetros poco a poco. Hoy vemos muchos peregrinos, tanto a pie como en bici. El día es espléndido, con un sol radiante.

Luis y Julio van al tran tran, pero vamos disfrutando del paisaje y del día. Hacemos muy pocos kilómetros por hora de media.

Después de meternos un bocata a media mañana continuamos con idea de llegar a Portomarín, donde hemos quedado con las familias. El Camino es muy hermoso, yendo de contínuo por camino muy bonitos por mitad de los montes, con contínuas subidas y bajadas. Luis y Julio siguen yendo al tran tran, por lo que los últimos km los hago más deprisa y me distancio de ellos.

Comemos en Portomarín, con un menú que incluye pulpo, junto con la familia. Nos volvemos a despedir con el encargo de que nos reserven en un albergue entre Palas de Rei y Melide, en Casanova. El Albergue se llama A Bolboreta y está muy bien, siendo realmente una casa rural. El lelo de Julio me da la brasa con que vayamos al albergue municipal, porque lo mismo da el uno que el otro. Sí claro, igual da atún que betún que todo viene en lata. Menos mal que María José cumple y se llega al sitio que le indico y nos reserva. Esta noche dormiremos como señores y nos ahorraremos las molestias habituales de los barracones por los que estamos pasando.

La salida de Portomarín es un camino empinadísimo cuesta arriba de centenares de metros. Me bajo de la burra y tiro de ella porque no he hecho la digestión aún.

A partir de ahí, se siguen sucediendo los caminos que suben y bajan incesantemente en medio de hermosos montes e increíbles paisajes. Sigue haciendo mucho calor. El día es perfecto.

Luis y Julio van que no pasan de 10 km/h de media. Paro de contínuo a esperarles. Debe ser su día de top lady y van como en una BH de paseo con cesta y transportín. Hemos hecho más de tres cuartas partes de la etapa y me encuentro entero, como los toros sin castigo. Y empiezo a meterle caña a una serie de cuestas entrelazadas para castigarme un poco. Luis está muerto, dice que no puede más. Nos confirman la reserva en el albergue de Casanova. Deben quedar aún unos 15 km y mis colegas van desfallecidos, en especial Luis.

Después de seguir subiendo y bajando infinitas rampas por estos paisajes tan hermosos de Galicia llegamos al albergue a las ocho de la tarde, cansados, doce horas después de haber salido de Samos. El albergue está muy bien, prácticamente nuevo, y los hospitaleros muy amables. Creo que Luis nos la ha apuntado. Ha hecho los últimos 20 km desfallecido. Dice que es una borricada hacernos tantos km en un sólo día en Galicia. Cenamos y escribimos estas crónicas en un ordenador sin ADSL, por lo que internet va muy lento. Como además tenía un retraso de 4 días de recorrido, estoy terminando a las dos y media de la madrugada. Mañana nos despertaremos hacia las ocho. Es el último día. Llegamos a Santiago. Lo celebraremos por todo lo alto. Espero que haga bueno.

Con todas estas pechadas tengo las patas como vigas de roble. Hoy me pedían más kilómetros. A ver mañana.

Hoy hemos hecho 72 km.
Tiempo real pedaleando 5h 46min
Vel. media 12,42 km/h
Vel. máxima 58,81 km
Hemos pasado por Sarria, Barbadelo, Morgade, Ferreiros, Portomarín, Gonzar, Ventas de Narón, Ligonde, Eirexe, Palas de Rei, Xan Xulián y Casanova.


En Samos. Se dice que es la iglesia más antigua de Galicia:



El albergue de Samos con los sevillanos:



Ya queda muy poco:



Entrando a Portomarín:



Llegando a Casanova. Con las alforjas y el cansancio, hacer estas trialeras de piedras y agua no es fácil:

Día 6. 65 Km. Villafranca del Bierzo - Samos

El día despierta bonito, con sol. Hoy toca la machada de subir el Cebreiro. Salimos los últimos del albergue junto con las canarias. Nos despedimos de Sofía y nos vamos al pueblo a desayunar.

Empezamos a pedalear por toda la vega del Valcarce hasta que empieza la subida del Camino al Cebreiro, que empieza mucho más tarde que lo hacen la carretera y la autopista, superando el mismo desnivel, pero en mucha menos distancia, por lo que la subida del Camino es mucho más dura. Cuando empezamos este peregrinaje creí que subiríamos por la carretera, pero vamos a echarle valor y lo hacemos por el Camino, por La Faba.

Nos encontramos con un colega en bici que nos dice que tiene a su vez otro colega que está en el alto y que dice que llueve. Me echo a temblar. En donde estamos, a pie de puerto, el tiempo es bueno. Con este colega compartiremos buena parte de la subida. Comenzamos a subir. Son 14 km de rampas muy duras sin descanso alguno. Es durísimo.
El colega que comentaba va tratando de subir yendo continuamente de lado a lado del Camino. Le costará menos, pero hace el doble de distancia.

Voy con buen ritmo, pero con las rampas tan duras, no queda más remedio que parar alguna vez para recuperar aliento. A media subida me quedo esperando a Julio y a Luis. Julio me adelanta y no espera. Cuando llega Luis nos comemos un plátano para recuperar fuerzas. Lo compartimos con el colega que resulta que trabaja en el metro de Barcelona.

Cuando corono la cima, hace casi tres horas que empezamos la ascensión. Julio ha podido finalmente subirlo entero, pero Luis no puede y hace el último km a pie. El último km de la ascensión la hago junto a otro ciclista que va cargado hasta los topes y que estaba haciendo un buen tramo a pie. Es alemán o por ahí. Me dice que hoy ha salido de Rabanal del Camino, de madrugada, por lo que se ha metido Cruz de Hierro y Cebreiro en la misma mañana. Le digo que es mi héroe y empiezo a cantarle el O sole mio. El tío se desternilla y me aplaude. Le digo que pare en Cebreiro a descansar hasta mañana o morirá. Dice que así lo hará.

Seguimos camino porque aún tenemos muchos km por delante y hemos de comer. Lo hacemos muy bien antes del alto del Poio. Hablo con mi familia que están de camino. Me dicen que tardan tres horas en hacer 60 km a la salida de Madrid del atasco que hay.

Nosotros seguimos camino después de comernos un petazo pote gallego para entrar en calor. Nos toca subir el alto de San Roque y el alto del Poio. Esto parece una etapa de la Vuelta Ciclista a España.

A partir de ahí, empieza la bajada. Vamos por unos caminos, corredoiras, de una belleza espectacular. Hemos dejado la sequedad de Castilla y estamos en unas montañas verdes de impresión. Vamos bajando durante 9 km seguidos hasta Triacastela por un camino precioso de bajada sin fin. El Camino está lleno de una mezcla de barro y excremento líquido y sólido de las vacas. Al principio tratas de evitarlo, pero enseguida pasas por encima sin más porque es tan abundante que hay tramos en los que no puedes sino pasar por encima. Después de los sufrimientos de los tres días anteriores, empezamos a disfrutar. Antes de llegar a Triacastela, en un frenazo en un curva empinada del camino, el freno trasero no resiste más y se rompe. Afortunadamente era un punto en el que no llevaba mucha velocidad y controlé. Si me pasa en otro momento de la bajada, me meto una buena piña. Cambio el cable, ajusto manetas y seguimos. Julio me ayudó, pero Luis no pudo. Dice que no tiene ni idea, que el año pasado tuvo un problema con una rueda y que le tuvieron que ayudar. Para que después digan de las mujeres.

En Triacastela coincidimos por fin con las familias. Nos echábamos de menos. Nos saludamos efusivamente, pero tenemos aún muchos km por delante. Aunque el destino planificado era Sarria, Luis está fundido y fijamos como destino Samos, además de ir por la carretera en lugar de ir por el monte, por Xan Xil, que castiga mucho con contínuas subidas y bajadas.

Con todo y con eso llegamos con las fuerzas justas a Samos. Nos alojamos en unas dependencias del antiguo monasterio. Es un barracón que me recuerda mucho al infame albergue de Burgos, aunque este aparenta algo más de limpieza. Cenamos con la familia y nos vamos antes de que nos cierren, a las diez y media de la noche.

Hoy hemos hecho 65 km.
Tiempo real pedaleando 4h 54 min
Vel. media 13,20 km/h
Vel. máxima 55,46 km
Hemos pasado por Pereje, Trabadelo, La Portela de Valcarce, Vega de Valcarce, Las Herrerías, La Faba, Laguna de Castilla, O Cebreiro, Liñares, Hospital de la Condesa, Alto do Poio, Fonfría, Viduedo, Filloval, Triacastela, Reche y Samos.


En La Portela de Valcarce, antes de subir a O'Cebreiro:



La cima de O'Cebreiro. Este animal se había hecho en esa mañana Cruz de Ferro y Cebreiro.



En O'Cebreiro:



Bajando hacia Triacastela:



La curva donde rompí frenos. Menos mal que había frenado antes para cruzar la carretera:

Día 5. 64 Km. Rabanal del Camino - Villafranca del Bierzo

Llevamos tres días sin internet. He actualizado el contenido de la etapa anterior que no pude apenas escribir. Leedla para conocer el detalle.

Nos depertamos con el día semi nublado y con mucho frío. Ha estado lloviendo y nevando toda la noche. Según me levanto me noto la garganta tocada, aunque será efecto del frío de ayer, seguro que también es porque he debido roncar como un jabalí. Veo que los vascos con los que dormimos ayer están en la litera de al lado. Ella señala al que tengo en la litera de abajo y me dice que vaya con mi amigo mientras le señala. Le digo ¿Pues?. Me dice que vaya lo que ha roncado. Le hago un gesto como diciendo que qué poca vergüenza tiene la gente y me voy corriendo al baño. Cuando salgo ya no los vuelvo a ver.

Voy al barracón de Julio y Luis y ya casi están preparados. Eso significa que no han empeorado y que continuamos Camino. Nos preparamos, desayunamos y salimos zumbando con la incertidumbre del tiempo que nos hará. Como en mi barracón no había calefacción, tengo la ropa de ayer mojada. Si hoy también me llueve, no voy a tener ropa seca que ponerme.

En cuanto salimos del albergue comienza la subida a la Cruz de Hierro. Son 8 km de subida constantes de rampas duras sin casi ningún respiro. Menos mal que hicimos parada en Rabanal, porque si no a estos 8 km habrían de sumarse los últimos 20 km de ayer que también son de subida, lo que le convierten en un puerto temible si se hacen del tirón. La montaña esta nevada y las plantas en flor. Es un espectáculo para la vista. La subida me recuerda mucho a una que hicimos hace poco en Santa María de la Alameda. Cojo ritmo, pongo el segundo piñon y subo a tren. Voy parando de vez en cuando para sacar fotos y esperar a Julio y a Luis.

Llegamos a Foncebadón y tratamos de entrar en calor en un albergue. El frío es muy intenso. Seguimos subiendo y coronamos la Cruz de Hierro. Creí que después del martirio de ayer y del frío que está haciendo me resultaría difícil, pero me he encontrado bien y he subido sin problemas.

Cojo las piedras que me dió Nacho y las voy tirando en la base de la Cruz. Una por Arancha, otra por Nacho, otra por María José y otra por todos. Antes de tirarlas las beso una a una.

Nos hacemos unas fotos y Julio pregunta a unos que están en un coche que qué temperatura hace. Le dicen que 0 grados, pero con el frío tan intenso que hace la sensación térmica es de muchos grados bajo cero. Yo voy con los pantalones cortos y sin guantes. Según empezamos a bajar voy moviendo los dedos de las manos para que no se me congelen. Y empieza lo malo. Empieza a nevarnos con intensidad. Paro y me pongo las gafas de sol porque la nieve se me clava en los ojos y no me deja ver, además de hacerme mucho daño. Luis va como una cebolla, abrigado a tope. Se extraña de que yo vaya en pantalón corto y con sólo una camisa, además de la chaqueta de chandal y el cortavientos. Me dice que él lleva toda la ropa puesta, que sólo le queda ponerse el pijama.

Paramos en Manjarín, donde tiene un pequeño albergue un tal Tomás que se hace pasar por el último templario. Ni nos sella ni nos presta atención. Está con unas cuentas. Debe ser un jeta de cuidado.

Seguimos bajando y paramos en El Acebo. Ha dejado de nevarnos y nos hacemos una foto en la fuente de la Trucha. Entramos en un café y nos metemos unos bocatas para recuperar. Salimos de nuevo para seguir bajando. Antes de Molinaseca nos llueve intensamente. No nos falta de nada. Afortunadamente para de llover a los pocos km y aunque nos hemos empapado, el viento nos empieza a secar. Al parar a sellar en Molinaseca la chica del albergue, al ver a Luis, que está tan tapado que no se le puede ver nada de piel (va incluso con las gafas de sol puestas), le dice que si le debe dinero a alguien.

Llegamos a Ponferrada sin mucha intención de hacer mucha visita. Paramos a comer. Nos sienta de miedo. A la salida de Ponferrada tomamos una salida que no es la correcta y nos inventamos una variente del Camino.

Por la tarde el tiempo nos respeta y podemos ir llegándonos sin problemas hasta Villafranca del Bierzo, pasando por Cacabelos y disfrutando por fin del paisaje, cruzando por vegas y contínuos viñedos.

Al llegar a Villafranca nos alojamos en el albergue municipal. Sofía, la que lo regenta, está como las maracas de Machín. Nos reimos con ella. Lavamos la ropa y nos vamos a tomar algo al albergue de al lado. Son las ocho en punto y es la hora de la cena. Lo gestiona un tal Manu, marinero de profesión y un crack. Nos sentamos junto con los que están poniéndoles la cena. Les hace cenar como si estuvieran en el colegio. Todos juntos en bancos corridos y todos lo mismo. Pedimos tres cervezas y que nos ponga un poco de la cena a modo de ración. Acabamos cenando tanto como los comensales. Nos cobra sólo 6 euros por todo los bebido y comido y nos vamos a cenar algo más al pueblo. Julio y yo nos metemos una hamburguesa especial para recuperar fuerzas. Luis, otro día más, no puedo más que con un vaso de leche caliente con miel.

Después de cenar subimos de nuevo al albergue y estamos un rato con Sofía y con dos hermanas canarias muy simpáticas que están haciendo el Camino a pie. Nos intercambiamos direcciones de correo. Luis se sube a dormir porque está reventado. Julio y yo aguantamos un rato más.

Cuando subimos a dormir, aún son las diez y media pero Luis está ya dormido y empezando a roncar. Unas chicas de las literas de al lado comentan que pronto empezamos.

Hoy hemos hecho 64 km.
Tiempo real pedaleando 4h 22 min
Vel. media 14,68 km/h
Vel. máxima 56,90 km
Hemos pasado por Foncebadón, Cruz de Hierro, Manjarín, El Acebo, Riego de Ambrós,
Molinaseca, Ponferrada, Camponaraya, Cacabelos, Pieros y Villafranca del Bierzo.


En el albergue de Villafranca, con Cristi, Susi, Sofía y el ¡eh, maricón! (véase blog de Luis):



En la Cruz de Ferro:



Indicador de distancias en Manjarín:



¿Una foto de una farola?. No, soy yo en el puente de Molinaseca. Gracias Julio.



En los viñedos de Cacabelos:

martes, 29 de abril de 2008

Día 3. 59 Km. Sahagún - León

Lamento no haber podido escribir ayer. Uno que se dice filántropo colapsó el internet y no pude. Excusas.

Al llegar ayer a Sahagún entramos en el albergue Viatoris. Está muy original y limpio. Es muy recomendable. El trato es muy bueno. Y no da sensación de hacinamiento. Llegamos junto a un grupo de unos 10 polacos con coche de asistencia incluido. Qué despliegue. En vez de a las 10, nos dicen que cierran a las 11. Una hora de más es todo un lujo asiático.

Por la tarde, después de arreglarnos, estuvimos charlando con el dueño, Tino. Nos reimos mucho. Visitamos el pueblo y cenamos muy bien, con un buen vino. Al volver al albergue sólo quedaba en recepción Germán, filólogo inglés, y Peggy, que está oyendo el partido del Madrid. Germán se define como el último latinista vivo. Les enseñamos nuestras camisetas y nos reimos mucho. Le comentamos que nuestro lema bicigrino 2008 es ortum tedeum. Dice que no sabe qué es ortum, pero que vendrá de orto, que es un agujero del que sale algo. Le decimos que ahí le has dado y nos reimos un buen rato. Peggy va cantando los goles del Madrid y veo que tiene una bandera del Madrid. Yo saco la bufanda que había traido para pasársela por los morros a Julio. Más risas.

Germán dice que las fotos las va a poner en su página y en la del albergue. Pongo el link: http://www.studium.es/ http://www.viatoris.es/ Dormimos muy bien. Por la mañana a salir zumbando a las nueve de la mañana.

A partir de aquí la esencia del Camino y el ambiente peregrino que se respira por esas rutas solitarias de Burgos y Palencia se pierde. El Camino va casi siempre al lado de la carretera nacional y no ves pasar más que coches y camiones a tu lado.

Al llegar al primer pueblo, Calzada del Coto, decidimos coger una ruta alternativa que va por la antigua Via Trajana. El día se levantó muy encapotado y con mucho viento. Al pasar el día el cielo fue despejando, pero el viento arreciaba de frente y en muchos tramos llanos no pasábamos de 10 por hora. En las cuestas abajo había que dar pedales para que la bici no se parara.

Durante 40 kilómetros, hasta Mansilla de las Mulas, sólo cruzamos un pueblo, Calzadilla de los Hermanillos. Y en todos esos kilómetros sólo vimos dos parejas de peregrinos a pie. Había tramos en los que parecía que el camino conservaba el empedrado original de la calzada romana y se nos saltaban hasta los empastes.

Se nos hizo infinito. Hacíamos media de 10 por hora, pero pedaleando de contínuo contra el viento con un esfuerzo enorme. La sensación era de estar subiendo un puerto de rampas muy empinadas, y eso durante 40 km. Extenuante. A falta de 6 km. para Mansilla de las Mulas se divisa el pueblo desde un pequeño alto. Parecía que en un momento íbamos a llegar, pero se nos hizo eterno. No llegabas nunca del viento que soplaba. Tardamos en hacer esos 40 km unas 3 horas.

Al llegar a Mansilla de las Mulas tenía las piernas como tarugos. Abotargadas. Me bajé de la bici como un click. Lo que parecía una etapa de transición, prácticamente llana, se convirtió en un suplicio. Durísima.

En Mansilla dejamos las bicis en el albergue y nos fuimos a comer al bar de al lado. Además del correspondiente menú, nos apretamos unos callos y unas morcillas. Todo muy rico. Al volver a por las bicis vimos que había un patio interior con sillas y que daba un sol muy rico. ¡ Y sin viento!. Nos quedamos rezando un padrenuestro con los ojos cerrados. Al volver en sí nos damos bálsamo de tigre en las patas y de nuevo en marcha hacia León.

Camino infame, pasando al lado de carreteras muy transitadas e incluso hay que ir por el arcén de la autovía a la entrada de León. El bálsamo hace efecto y las piernas no duelen ahora. Al llegar a León nos dirigimos al albergue municipal. Nos dicen que podemos llegar a la hora que queramos, que no cierran por la noche. Alucinante.

Nos duchamos y a visitar el barrio húmedo. Hacemos las visitas de rigor y empezamos a tomar vinos y a ir picando algo. En una tasca nos encontramos a dos tías, Conchi y Antonia. Antonia después nos dice que el nombre es falso, que no quiere dar el verdadero nunca. Es fisioterapeuta y me bajo los pantalos para que me mire las patas. Le da mucho corte, pero a Conchi no. Unas cuantas fotos y nos llevan a otro garito que regenta una conocida de ellas, Agustina.

Agustina es la caña. Nos da un muy buen vino y nos da una tortilla de patatas entera recién hecha en plan picho. Le digo que si me puedo sacar una foto con ella y me la hacen agarrándola las berzas. Se parte la caja con nosotros. A su marido le pedimos que nos enseñe un estoque que tiene en el techo. Es bueno, hecho en Toledo. Como si de una iglesia se tratara, tienen en una esquina un atril con velas. Echo una limosna y enciendo tres velas mientras hago que pido por los tres para que lleguemos con bien a Santiago. Seguimos tomándonos unos vinos más. Pasamos un rato estupendo. Muchas gracias por tratarnos tan bien y reirnos tanto.

Al rematar la faena nos despedimos y nos volvemos al albergue medio pedos. Es la una de la madrugada y mañana hay que madrugar. Al entrar vemos que lo nuestro es nada. Un tío en calzoncillos va de lado a lado del pasillo dando arcadas y sin saber ni el nombre de su madre. Antes de llegar al baño, si acaso hubiera podido llegar alguna vez en el estado en que estaba, echa toda la raba en la puerta de una habitación. Se lo decimos a la hospitalera, bajita y con mala uva, y empieza a llamarle cerdo y a amenazarle con echarle desnudo a la calle. Le decimos que no insista, que el animal no está oyendo ni entendiendo nada.

La noche la pasamos muy mal. Hace un calor insoportable, lo que unido a la sequedad de garganta propia de un estado pre-etílico hace que no veamos el momento de que amanezca. Esperamos que mañana no haga viento y que no nos llueva.

Hoy hemos hecho 59 km.
Tiempo real pedaleando 4h 25 min
Vel. media 13,3 km/h
Vel. máxima 40,16 km/h
Hemos pasado por Calzada del Coto, Calzadilla de los Hermanillos, Mansilla de las Mulas, Puente de Villarente, Arcahueja, Valdelafuente, Puente de Castro y León.


En Calzadilla de los Hermanillos:



Mansilla de las Mulas:



Entrando a León por Puente Castro:



Catedral de León. Julio es un crack haciendo fotos, menos mal que no hizo de esto su medio de vida. Obsérvese a man-in-the-middle:



Nuestra Agustina de León, la tía más cañera de España:

Día 4. 76 Km. León - Rabanal del Camino

Teóricamente hoy era un día de transición, casi todo llano y con el homenaje que nos queríamos dar con el cocido maragato, pero al final se ha convertido en el día más duro.

Dormimos poco, eso porque quisimos, y mal, esto porque hacía un calor insoportable. Anoche Luis se desvaneció y empezó a roncar incluso antes de acostarse. Estaba en un estado lamentable. Compartimos habitación con un peregrino a pie y con una pareja de ciclistas vascos.

Salimos de León por el casco histórico. El día es frío, pero sin el viento fuerte de ayer. A ver si hay suerte. La etapa hasta Hospital de Orbigo es monótona, siempre yendo junto a la carretera nacional. Paramos a comernos un bocata a la salida de Villadangos del Páramo. Unos colegas de Madrid con los que hemos coincidido desde ayer nos hacen una foto y la suben a su web. La dirección es esta http://www.caminosantiago.pabloche.com/. Para ver la foto pincha en Galería y en Fotografías. Está en la parte media-baja.

Julio ha debido coger frío y va petao. Luis arrastra algo también. Ibamos a hacer una ruta alternativa más exigente por el monte hasta Astorga para evitar la carretera, pero tras 5 km de intento, lo descartamos porque Julio tira menos que el walkman de Drácula. Volvemos a arrastrarnos al lado de la carretera.

En Hospital de Orbigo encontramos a una peregrina que parece va escapando de algún loco peregrino que anda dándole la coña. La acompañamos un rato. Nos recuerda el suceso del Rompechinas de hace un par de días. Resulta que cuando estuvimos comiendo en Calzadilla de la Cueza, en la mesa de al lado había una pareja de peregrinos. Ella japa, él francés el doble que ella. Daba la sensación de que habían coincidido y como lo normal en el Camino es compartir, decidirían comer juntos. El se pasó todo el rato diciéndola tonterías y tratando de cogerle la mano a la china. Al final la cuenta la pagó él y la china salió por pies. Nosotros salimos un rato más tarde y la vimos caminando, ella sola, con celeridad. Estaría huyendo. Si la coge el animal ese, la rompe. Seguro que el esperará una nueva presa. No es más que esperar a que la estadística se cumpla. Qué gentuza.

Seguimos hasta Astorga sin novedad. La visitamos y al salir se me rompe la pata de cabra. Nada reseñable, pero mal presagio. Son las 15:00 y decidimos salir corriendo para poder comer el cocido en Castrillo de los Polvazares, a poco más de 7 km. En lo que salimos y llegamos al pueblo siguiente, Murias de Rechivaldo, nos dan más de las tres y cuarto. Como Julio va lento, le digo a Luis que por 5 minutos vamos a llegar tarde y que me hago un sprint hasta Castrillo para que al menos uno de nosotros llegue antes de las tres y media. Llego extenuado. Entro en el primer restaurante que encuentro, el Mesón del Arriero, y está completamente vacío, con los dueños comiendo. Me digo que mal panorama, seguro que hace rato que cerraron. Pregunto que si podemos comer, que seremos los últimos. Me dice que somos los últimos y los primeros. No había comido nadie. Nos tabicamos un cocido maragato con mayúsculas. Me como todo el chorizo porque los demás no lo quieren.

Salimos de Castrillo de los Polvazares creyendo que nos queda muy pocos kilómetros. La realidad es que si bien son sólo 20 km a hacer, son todos de subida. Vamos empezando a subir con dirección a Santa Catalina de Somoza. Al llegar estamos un rato hablando con un paisano que vende artilugios para los peregrinos. Le compro una concha porque yo no llevaba.

Nos empieza a chispear y como aún quedan 14 km nos vamos corriendo. Al principio la lluvia era fina para pasar a ser un calabobos. Nos ponemos traje de agua y a seguir. Pasamos el Ganso, el anterior pueblo a nuestro destino.

Parece que queda poco, pero la lluvia arrecia con fuerza. La subida va haciendo mella y el frío empieza a invadirnos. Voy dejando atrás a Luis y a Julio que las están empezando a pasarlo mal de veras. Yo no tardo mucho más. La lluvia, el frío y la constante subida te van minando poco a poco. Además el chorizo me repite mazo. Ve voy quedando sin fuerzas. No tengo más piñones ni platos para cambiar.

Voy dando pedales casi instintivamente, tratando de mirar al suelo, sin fijarme en el horizonte que te engaña continuamente, como queriendo enseñarte lo que nunca te va a dar. Aunque tengo ganas de parar porque no puedo más, sé que si me paro no sigo. Y eso la muerte segura.

Está lloviendo, tengo frío y no puedo casi moverme pero sé que tengo que tirar. Me acuerdo de mi familia, de mis hijos, de mi mujer, dentro de dos días les voy a ver. Su recuerdo me da mucha fuerza. Sigo pedaleando. Es una muerte dulce. La carretera, la lluvia y el frío está jugando con nosotros. Nos está agotando hasta la extenuación. Sigo pensando en mi familia y sigo pedaleando como un autómata. La pila que lo hace funcionar es mi familia.

Afortunadamente el Camino nos da un respiro un 1 km antes del destino. Deja de llover ligeramente, espero a Julio y a Luis, nos reagrupamos y aprovechamos para hacernos una foto en un roble centenario. La entrada al pueblo vuelve a ser una empinada cuesta arriba. Como caballeros sin honor, nos bajamos de las burras los tres y entramos en el pueblo con ellas de la mano. Las caras desencajadas, los cuerpos rotos, pero le hemos echado hasta lo que no teníamos y hemos llegado.

Entramos al albergue. Son más de las 8 de la tarde. Prácticamente somos los últimos en llegar. Está petado. Estamos ateridos de frío. Yo tirito sin control. Nos ponen en barracones separados. En el mío no hay calefacción. Ya se sabe, siempre le toca al más tonto o al más débil.

Cenamos un vaso de leche caliente y nos acostamos. Mañana nos toca subir a la Cruz de Hierro, el punto más alto de todo el Camino. Y está empezando a nevar. Nos decimos que cuando nos levantemos al día siguiente, dependiendo del día que haga y del estado de Julio y de Luis decidiremos si seguir o renunciar.

Hoy hemos hecho 76 km.
Tiempo real pedaleando 5h 42 min
Vel. media 13,3 km/h
Vel. máxima 42,55 km/h
Hemos pasado por La Virgen del Camino, Valverde la Virgen, San Miguel del Camino, Villadangos del Páramo, San Martín del Camino, Hospital de Orbigo, Villares de Orbigo, Santibáñez de Valdeiglesias, San Justo de la Vega, Astorga, Murias de Rechivaldo, Castrillo de los Polvazares, Santa Catalina de Somoza, El Ganso y Rabanal del Camino.


Hostal de San Marcos en León:



Puente del Passo Honroso en Hospital de Orbigo:



Astorga. Museo de los Caminos de Gaudí:



Castrillo de los Polvazares:



Entrando a Santa Catalina de Somoza:

domingo, 27 de abril de 2008

Día 2. 63 Km. Frómista - Sahagún

Antes de nada pedir perdón porque ayer tuve que escribir muy rápido, sin tiempo para revisar nada porque me cortaban el internet. La entrada estaba con fallos. La he rectificado ya.

También quiero agradecer las llamadas y mensajes de apoyo. Se agradecen mucho.

El albergue de esta noche estaba mucho mejor que el de Burgos, eran habitaciones grandes con literas y no eran barracones. Y era mucho más higiénico. Lo malo es que nos ha tocado dormir con alemanes. Creía que era leyenda, pero la verdad es que tienen muy poca educación. Esta mañana, al despertarse, han empezado a encender la luz, hacer ruido, dar portazos. Muy mal estos kartofen.

Hemos salido hacia las nueve y cuarto y hemos llegado a Sahagún hacia las seis y cuarto. Y esto así todos los días. Estamos parando mucho a sellar, a hacer fotos y a ver los sitios de interés.

El día hoy también ha sido bueno. Refresca por la mañana y hace calor al mediodía. La de hoy ha sido una etapa de falso llano. Excepto al final que ha habido que superar un par de cuestas largas, pero llevaderas, casi todo aparentaba ser llano aunque si miras el perfil ves que va subiendo poco a poco. Hay muchos riachuelo con mucho agua. Se ve mucho regadío.

Hay más peregrinos que ayer, pero todos a pie, excepto al final de la etapa que hemos visto una decena de bicis y al llegar a Sahagún hemos llegado a la vez que un grupo de una media docena de polacos.

Hemos estado visitando Carrión de los Condes durante más de una hora. Tiene varios ejemplos de romámico muy bonito. En la plaza del pueblo me ve un señor mayor y creyéndome despistado me empieza a decir cosas en francés. Le digo C'est moi?. Y me sigue dando explicaciones en francés. Le digo como al italiano de Burgos, que cuál de los dos es el inglés, si él o yo. Y se empieza a reir. Dice que estuvo 25 años trabajando en Estrasburgo. Esrepublicano, pero muy simpático. Después de un rato de charla nos despedimos.

Está empezando a soplar viento del noroeste. Malo porque además de soplarnos de cara significa que el tiempo va a empeorar.

Al salir de Carrión de los Condes nos chupamos casi 20 km de una estepa sin un sólo pueblo circulando por una antigua calzada romana, la Via Aquitania, que iba desde Burdeos hasta Astorga. El camino es muy pedregoso y se hace muy penoso. Hay que hacer mucho esfuerzo. Además nunca se llega a alcanzar el final y se hace malo también psicológicamente.

Comemos a las 14:00 en Calzadilla de la Cueza y al salir nos echamos una siesta en medio de una chopera. Qué gusto.

Al despertarnos empezamos creyendo que sólo nos quedaban 15 km, pero han sido más y además con mucha cuesta arriba, por lo que hemos llegado más tarde de lo pensado a Sahagún, pero con tiempo suficiente para ducharnos, afeitarnos, lavar ropa, etc. Sin el estrés de los dos días anteriores.

Mañana nos espera, creo, un día muy similar al de hoy hasta León. Ya veremos. Ojo al viento.

Hoy hemos hecho 63 km.
Tiempo real pedaleando 4h 03 min
Vel. media 15,6 km/h
Vel. máxima 39,21 km
Hemos pasado por Población de Campos, Villarmentero de Campos, Villalcázar de Sirga, Carrión de los Condes, Calzadilla de Cueza, Lédigos, Terradillos de Templarios, Moratinos, San Nicolás del Real Camino y Sahagún.

En Villalcázar de Sirga:





En Carrión de los Condes:


La siesta después de comer en Calzadilla de la Cueza:


Junto a San Tirso, en Sahagún:


Con Peggy y con Luis en el Viatoris. El Madrid ganaba en ese momento 2-0 al Ath. C. Bilbao y la liga estaba en el bote:

sábado, 26 de abril de 2008

Día 1. 68 Km. Burgos- Frómista

Arrrrrancaaaaaaaaaaaaaaaaaamos. Hemos empezado. Parecía que siempre nos falta mucho para empezar, pero todo llega en esta vida. Ayer no pude escribir nada de las maniobras de aproximación a Burgos porque no teníamos internet y sufrimos algún contratiempo adicional.

Cuando llegamos a Burgos, dejamos el coche del alquiler con el que habíamos ido desde Madrid y nos fuimos al albergue. Cuando llegamos al sitio que creíamos que estaba, no lo encontrábamos. Al final nos dijeron que estaba cerrado y que teníamos que irnos a otro. El otro estaba en la afueras. Cuando por fin llegamos y nos instalamos, habíamos perdido hora y media en el trasiego. Como en estos albergues de peregrinos cierran las puertas y las luces a las diez de la noche, nos vimos obligados a volver a ver la catedral y tomar algo a toda prisa, en menos de una hora.

En la catedral, al sacar una foto, se me cruzó uno. Con un gesto como si se le hubiera caído un pedo sin querer, me dice ¿ok?. Me pareció español y le dije ¿Quién de los dos es inglés, tú o yo?. Me responde ¿Escusi?. Y le digo que no problemo piccolo amico.

De nuevo en el albergue me encuentro en un barracón todo lleno de literas con un cuarto de baño que tiene una ducha y dos retretes. El estado deja mucho que desear y me digo que cuán desacostumbrado estaba ya a estar en este tipo de sitios. En el barracón hay de todo y revuelto, hombres, mujeres, mayores y menos mayores. Esto es igualdad y no lo que nos quieren vender.

Algo me sentó mal y estuve toda la noche con contínuos retortijones, todos los gases y los cuerpos ciertos se agolpaban como cuando la gente dentro del metro se hacina en la puerta cuando el vagón está entrando en el andén.

Aunque Luis dice que me adelanté y estuve roncando, lo cierto es que cuando yo me dormí, él ya se había metido un par de roncadas buenas. Con buenas hechuras, contundentes y serias.

Por la mañana los que van a pie empiezan a espabilar a las seis. Encienden la luz a las siete. A las ocho estábamos pedaleando.

La salida de Burgos la hicimos por carretera. Nos pasamos el desvío al Camino e hicimos 10 km por la carretera. Como le dije al italiano, no problemo. En Villalbilla nos reincorporamos al Camino y listo.

Desayuno en Tardajos y para Rabé de las Calzadas. Todos son pueblo pequeños. Cuando hemos estado buscando información en los días previos, hemos encontrado algo de información de todos los sitios, explicando su historia, iglesias y sitios relevantes. La realidad es que son pueblos que alguno no tiene ni la última cagada de Carlomagno. Los vamos pasando sin piedad. Da un poco de lástima porque imaginaba sitios de más contenido. Pero esto es la Castilla profunda.

Hay mucho peregrino extranjero. Y mucha mujer. La mayoría van a pie. Pocas bicis. Y pocos peregrinos. No hemos encontrado muchos.

Las cuestas por las que hemos pasado hoy no son excesivas, pero la mayoría del Camino se hacen por caminos de tierra con piedra, por lo que se hace algo penoso. Pero hemos hecho lo previsto sin problemas. Con el apretón que llevo, alguna cuesta se me ha atragantado. Y la realidad es que algún tramo, aunque poco pronunciado, picaba de contínuo hacia arriba.

Algún peregrino va al revés, alejándose de Santiago. Me cruzo con uno de ellos que va todo cubierto como Lawrence de Arabia y me dice en inglés que el año pasado ya hizo el Camino normal. Que este año está yendo desde Santiago hasta Roma. A pie. Caramba. Le digo que está crazy y me dice que no, que sólo es un peregrino. Me descubro.

Nos hemos encontrado a unos kartofen antes de San Antón, a las puertas de Castrojeriz. Duermen en algún hotel de un pueblo grande. Les llevan en autobús a algún sitio cercano al destino, hacen 5 km andando y les recoge el autobús para ir al hotel de destino. Vaya peregrinación. Como ocupaban todo el camino, he tenido que abrirnos paso al grito de Achtung.

El cerro de Mostelares, pasado Castrojeriz, ha sido para echar el bofe. Hemos hecho la mitad andando. Pero también estaba previsto. En Castrojeriz un albergue muy recomendable que es medio casa rural: El Manzano.

Antes de llegar a Itero de la Vega, donde hemos comido, nos hemos encontrado a Antonio, de Oporto. Se estaba echando un peta. Nos ha dicho que sus padres y 6 hermanos murieron todos en un accidente de autobús en el puente sobre el río Duero en 2004. Desde entonces lleva haciendo todos los Caminos posibles. Nos saca cantidad de credenciales todas llenas de sellos. Tiene una del Vaticano, numerada, de Juan Pablo II. Ahora dice que está yendo desde Fátima hasta Lourdes.

Al salir de Itero de la Vega paramos a sellar en un albergue, se llama Albergue Itero, y la hospitalera nos dice que si queremos nos invita a un vino ecológico de producción propia. Muy rico. La hospitalera se llama Candelas, como mi suegra. Nos dice que este año hay 4 veces menos de peregrinos que el año pasado y que ayer estuvo ahí Antonio, el portugués. Que le tuvo que echar porque se metía con todos los huespedes.

Bueno y llegamos por fin a Frómista. Fin de trayecto. Henos visitado un poco el pueblo. Impresionante de bonita la iglesia de San Martín.

Hoy hemos hecho 68 km.
Tiempo real pedaleando 4h 30 min
Vel. media 15,5 km/h
Vel. máxima 47,34 km/h
Hemos pasado por Villalbilla, Tardajos, Rabé de las Calzadas, Hornillos del Camino, Arroyo San Bol, Hontanas, San Antón, Castrojeriz, Itero de la vega, Boadilla del Camino y Frómista.

Arancha, Nacho y M. José. Os quiero. Besos


Llegando a Hontanas:



Antonio, el petas, y sus cerdenciales:


Hacia Boadilla del Camino:


En el Alto de Mostelares con Castrojeriz al fondo:


En Frómista, junto a San Martín:

sábado, 19 de abril de 2008

Camino de Santiago 2008. En capilla

Alea jacta est. A falta de justo una semana para iniciarnos, esperemos que lo que no esté preparado no lo necesitemos.

Ya tenemos la credencial para poder ir sellando a lo largo de la ruta y obtener así la Compostela.

Este fin de semana previo a la salida está lloviendo mucho por lo que no salimos a seguir haciendo fondo con la bici. En su lugar deberemos conformarnos con la estática.

He probado a meter todos los bultos en las alforjas para dejar la bici preparada. Primer inconveniente: peso todos los tratos antes de meterlos y me pesan más de 12 kilos. El fin de semana pasado salí con aproximadamente esa carga, en plan prueba, y no podía ni llanear apenas. Además se me estropeó el desviador de platos y no podía cambiar de plato. Quedé fundido haciendo 40 kms. Malo. Muy malo. Empiezo a quitar un jersey, un pantalón, dos camisas, a sacar los blisters de las medicinas de sus cajas y no sé qué más. Algo hemos aliviado; estamos en 10,5 kilos. El Señor me dé fuerzas. Pienso en Mostelares, en Cruz de Ferro, en La Faba, en Poio, en los rompepiernas de Galicia, y empiezo a sudar y me rilan las canillas sólo de pensarlo.

Segundo inconveniente: meto las cosas en bolsas y trato de meterlas en las alforjas. Las bolsas abultan tanto que no entran por la boca de las alforjas. Empiezo a recontracagarme en todo. Me entra el acongoje y empiezo a decir que me tengo que ir corriendo a por otras alforjas que estas no me valen (lo siento Javier, gran amigo mío que me las ha prestado). Menos mal que mi mujer, que como ni se imagina lo que estoy empezando a cangelarme y está más fresca que una horchata en verano, me dice que no sea de los de la viga atravesada, que vaya metiendo objeto a objeto. Y así sí que entran (gracias de nuevo Javier, que sí que me valen las alforjas). Lo qué no sé es cómo me las voy a apañar con el trasiego diario de las alforjas una vez comencemos el Camino. Lo que ahora quería que fuera todo ordenado y bien colocado, me parece que en un par de días va a parecerse a la habitación de un adolescente droguero.

Después de descansar un poco monto las alforjas en la bici y trato de levantarla en vilo. ¡Casi no puedo de lo que pesa!. Otra vez los sudores fríos y la tiritona. ¿Qué más puedo quitar?. Y empiezo a quitar la luz de atrás, la de delante (que pesa un quintal la batería que lleva) y no sé qué más. Y así lo doy por terminado. No me llega la camisa al cuerpo sólo de pensar tirar de la burra con ese peso por esas cuestas de Dios. No descarto ir metiéndole el fuego purificador a las cosas según vayamos avanzando en el Camino; así llegaré a las etapas duras de Galicia con menos peso y habiendo hecho alguna pira a lo largo del camino. En fin, como decía al principio, alea jacta est.

Vamos a llevar unas camisetas conmemorativas. Nuestros agradecimientos por su colaboración a Piterchampion. Adjunto la parte de delante y la parte de atrás. Todos los derechos reservados.

miércoles, 9 de abril de 2008

Camino de Santiago 2008. Maniobras de aproximación

Nos queda ya poco más de dos semanas para empezar el Camino. Estamos decididos desde hace tiempo, pero según se acerca el día de partir comienza a recorrerme un gusanillo por todo el cuerpo. Como el chiste del loro, ¡a ver si nos vamos a poner nerviosos a estas alturas!.

Tenemos decididas las etapas a realizar, estamos revisando información diversa a llevar para no perdernos nada, nos hacemos con las listas de materiales a llevar, direcciones de los albergues, mapas y no sé cuantas cosas más que estoy seguro que si al final lo llevamos todo, le meteremos fuego en cuanto veamos que no aporta nada y, sin embargo, es un peso más a llevar. Por si esto último es lo que sucede, me llevaré un petardo de esos de trueno para celebrarlo mientras arde.

Las etapas que realizaremos son:
Día 1: Burgos - Frómista. 65 km
Día 2: Frómista - Sahagún. 58 km
Día 3: Sahagún - León. 55 km
Día 4: León - Rabanal del Camino. 69 km
Día 5: Rabanal del Camino - Villafranca del Bierzo. 55 km
Día 6: Villafranca del Bierzo - Sarria. 74 km
Día 7: Sarria - Melide. 62 km
Día 8: Melide - Santiago de Compostela. 53 km

Salimos un sábado desde Burgos y acabamos al cabo de ocho días, el siguiente sábado, en Santiago. Y el domingo siguiente para emular al Creador, descansando. Eso sí, asistiendo a la misa del peregrino de la Catedral.

Desde que empezamos hace unos meses a rodar todos los fines de semana para tener el fondo suficiente para abordar el Camino, creo que nos hemos hecho con forma física sobrada para hacerlo. Cuando nos planteamos las etapas, hace un mes y pico, lo hicimos con cautela ante la duda de si nos estábamos planteando hacer muchos kilómetros al día.

Una vez que estamos a punto de empezar, de comprobar nuestro estado en las últimas salidas realizadas y de leer en otros blogs los kilómetros que otros peregrinos se meriendan todos los días al hacer el Camino, me temo que nos hemos podido quedar cortos y que habrá días en los que, además de perder el tiempo que queramos parándonos en cuantos sitios queramos visitar, nos va a sobrar la mitad del día. Pero bueno, al fin y al cabo no nos persigue nadie. ¡Ya veremos, dijo un ciego!.

Además resulta que el día que más kilómetros hacemos es el día en el que subimos el puerto de Piedrafita. Somos unos cracks planificando. La realidad es que viene condicionado por la necesaria parada de final de día que hemos de realizar un par de días antes una vez demos cumplida cuenta de uno de los hitos imprescindibles del Camino: un cocido maragato en Castrillo de Polvazares.

Otro de los hitos imprescindibles es la jamada de Polbo en Melide, en Ezequiel a más señas, donde también pernoctamos después de la etapa a la que, a priori, tengo más miedo, la rompepiernas desde Sarria a Melide, al día siguiente de habernos hecho la etapa más larga con subida a Piedrafita incluída. Creo que va a ir por la Faba la madre del topo.

Pues una vez que nos queda tan poco tiempo y que creemos tener las bicis a punto, sólo nos queda ir haciendo la cuenta atrás de los días restantes, terminar de acaparar el material que vayamos a llevar y hacer un par de fines de semana más de rutas largas de preparación. Por lo poco que conozco a Luis, estoy seguro que lo tendrá todo más o menos preparado y que estará tranquilo. Es quiet man. Por lo mucho que conozco a Julio, sé que por mucho que se prepare las cosas, siempre tendrá que estar cambiando o arreglando algo a última hora. Y en el transporte hasta Burgos seguro que querrá cambiar no sé qué y se acordará de María santísima porque no metió no sé qué trasto que al final no le serviría para nada. Cago en sos, qué hombre. Ganado se tiene el cielo su mujer. ¿O era al revés?

El transporte hasta Burgos también lo tenemos tramitado, furgo de alquiler, así como el de regreso, la familia nos irá a recibir en olor de multitudes a tierras gallegas, para volvernos en coche con ellos.

Y por hacer el Camino vamos a estar más de una semana sin pensar en mujeres ni fútbol. ¡Vaya aficiones raras que nos entran!. Yo creí que cuando me llegaran estos días en mi vida sólo me apetecería relajo y tranquilidad, pero a la vejez viruelas.

Procuraremos ir metiendo los datos y rutómetro de cada etapa que hagamos según vayamos finalizándolas. Aunque para eso dependemos de las conexiones a internet que nos encontremos en los sitios en los que pernoctemos.

Cuando llegue a Santiago prometo, y espero poder cumplirlo, darle un abrazo al Santo como supongo hiciera mi padre hace 50 años cuando de joven se llegó a Santiago.

miércoles, 26 de marzo de 2008

Camino de Santiago 2008. Planteamiento

Me he embarcado en la aventura, que lo es para mí, de hacer junto con mis amigos Luis y Julio la parte del Camino de Santiago que podamos hacer en los limitados días de los que disponemos.


Lo haremos durante los últimos días de Abril, desde el día 26, y concluiremos el día 3 de Mayo. Esto parece que da de sí para hacer el recorrido desde Burgos, cuidad desde la que partiremos para meternos unos 500 km. como el que nada.


Cuento con la experiencia de Luis, que hizo el camino entero el año pasado; pero también cuento con el tocagaitas de Julio, con el que no descarto tirarme la bici a la cabeza ante la menor dificultad que se encuentre y empiece a cagarse en todo, amén de disfrutar gastronómicamente de la ruta en lo que sea posible, dando por descontado al menos un buen cocido maragato.


En la medida que me sea posible, técnica y físicamente, iré actualizando entradas según vayamos avanzando en el Camino para contar lo que nos vaya sucediendo.


Para probar un poco cómo rula esto del blog, voy a tratar de subir una foto de una de nuestras últimas excursiones. Se trata de la iglesia de El Cuadrón, en la ruta del Medio Celemín:


Por último, la foto de los patrocinadores. Rechulos, ¿no?: