sábado, 26 de abril de 2008

Día 1. 68 Km. Burgos- Frómista

Arrrrrancaaaaaaaaaaaaaaaaaamos. Hemos empezado. Parecía que siempre nos falta mucho para empezar, pero todo llega en esta vida. Ayer no pude escribir nada de las maniobras de aproximación a Burgos porque no teníamos internet y sufrimos algún contratiempo adicional.

Cuando llegamos a Burgos, dejamos el coche del alquiler con el que habíamos ido desde Madrid y nos fuimos al albergue. Cuando llegamos al sitio que creíamos que estaba, no lo encontrábamos. Al final nos dijeron que estaba cerrado y que teníamos que irnos a otro. El otro estaba en la afueras. Cuando por fin llegamos y nos instalamos, habíamos perdido hora y media en el trasiego. Como en estos albergues de peregrinos cierran las puertas y las luces a las diez de la noche, nos vimos obligados a volver a ver la catedral y tomar algo a toda prisa, en menos de una hora.

En la catedral, al sacar una foto, se me cruzó uno. Con un gesto como si se le hubiera caído un pedo sin querer, me dice ¿ok?. Me pareció español y le dije ¿Quién de los dos es inglés, tú o yo?. Me responde ¿Escusi?. Y le digo que no problemo piccolo amico.

De nuevo en el albergue me encuentro en un barracón todo lleno de literas con un cuarto de baño que tiene una ducha y dos retretes. El estado deja mucho que desear y me digo que cuán desacostumbrado estaba ya a estar en este tipo de sitios. En el barracón hay de todo y revuelto, hombres, mujeres, mayores y menos mayores. Esto es igualdad y no lo que nos quieren vender.

Algo me sentó mal y estuve toda la noche con contínuos retortijones, todos los gases y los cuerpos ciertos se agolpaban como cuando la gente dentro del metro se hacina en la puerta cuando el vagón está entrando en el andén.

Aunque Luis dice que me adelanté y estuve roncando, lo cierto es que cuando yo me dormí, él ya se había metido un par de roncadas buenas. Con buenas hechuras, contundentes y serias.

Por la mañana los que van a pie empiezan a espabilar a las seis. Encienden la luz a las siete. A las ocho estábamos pedaleando.

La salida de Burgos la hicimos por carretera. Nos pasamos el desvío al Camino e hicimos 10 km por la carretera. Como le dije al italiano, no problemo. En Villalbilla nos reincorporamos al Camino y listo.

Desayuno en Tardajos y para Rabé de las Calzadas. Todos son pueblo pequeños. Cuando hemos estado buscando información en los días previos, hemos encontrado algo de información de todos los sitios, explicando su historia, iglesias y sitios relevantes. La realidad es que son pueblos que alguno no tiene ni la última cagada de Carlomagno. Los vamos pasando sin piedad. Da un poco de lástima porque imaginaba sitios de más contenido. Pero esto es la Castilla profunda.

Hay mucho peregrino extranjero. Y mucha mujer. La mayoría van a pie. Pocas bicis. Y pocos peregrinos. No hemos encontrado muchos.

Las cuestas por las que hemos pasado hoy no son excesivas, pero la mayoría del Camino se hacen por caminos de tierra con piedra, por lo que se hace algo penoso. Pero hemos hecho lo previsto sin problemas. Con el apretón que llevo, alguna cuesta se me ha atragantado. Y la realidad es que algún tramo, aunque poco pronunciado, picaba de contínuo hacia arriba.

Algún peregrino va al revés, alejándose de Santiago. Me cruzo con uno de ellos que va todo cubierto como Lawrence de Arabia y me dice en inglés que el año pasado ya hizo el Camino normal. Que este año está yendo desde Santiago hasta Roma. A pie. Caramba. Le digo que está crazy y me dice que no, que sólo es un peregrino. Me descubro.

Nos hemos encontrado a unos kartofen antes de San Antón, a las puertas de Castrojeriz. Duermen en algún hotel de un pueblo grande. Les llevan en autobús a algún sitio cercano al destino, hacen 5 km andando y les recoge el autobús para ir al hotel de destino. Vaya peregrinación. Como ocupaban todo el camino, he tenido que abrirnos paso al grito de Achtung.

El cerro de Mostelares, pasado Castrojeriz, ha sido para echar el bofe. Hemos hecho la mitad andando. Pero también estaba previsto. En Castrojeriz un albergue muy recomendable que es medio casa rural: El Manzano.

Antes de llegar a Itero de la Vega, donde hemos comido, nos hemos encontrado a Antonio, de Oporto. Se estaba echando un peta. Nos ha dicho que sus padres y 6 hermanos murieron todos en un accidente de autobús en el puente sobre el río Duero en 2004. Desde entonces lleva haciendo todos los Caminos posibles. Nos saca cantidad de credenciales todas llenas de sellos. Tiene una del Vaticano, numerada, de Juan Pablo II. Ahora dice que está yendo desde Fátima hasta Lourdes.

Al salir de Itero de la Vega paramos a sellar en un albergue, se llama Albergue Itero, y la hospitalera nos dice que si queremos nos invita a un vino ecológico de producción propia. Muy rico. La hospitalera se llama Candelas, como mi suegra. Nos dice que este año hay 4 veces menos de peregrinos que el año pasado y que ayer estuvo ahí Antonio, el portugués. Que le tuvo que echar porque se metía con todos los huespedes.

Bueno y llegamos por fin a Frómista. Fin de trayecto. Henos visitado un poco el pueblo. Impresionante de bonita la iglesia de San Martín.

Hoy hemos hecho 68 km.
Tiempo real pedaleando 4h 30 min
Vel. media 15,5 km/h
Vel. máxima 47,34 km/h
Hemos pasado por Villalbilla, Tardajos, Rabé de las Calzadas, Hornillos del Camino, Arroyo San Bol, Hontanas, San Antón, Castrojeriz, Itero de la vega, Boadilla del Camino y Frómista.

Arancha, Nacho y M. José. Os quiero. Besos


Llegando a Hontanas:



Antonio, el petas, y sus cerdenciales:


Hacia Boadilla del Camino:


En el Alto de Mostelares con Castrojeriz al fondo:


En Frómista, junto a San Martín: