miércoles, 4 de mayo de 2011

Día 5. Alcuéscar - Embalse de Alcántara. 78,15 km.







Kilómetros: 78,15
Tiempo pedaleando: 4:47:25
Vel. media: 16,31 km/h
Vel. máxima: 42,47 km/h

Nos despertamos a las 8 y desayunamos a las 9. Tras de despedirnos de María Angeles nos ponemos en marcha por una pista bien compactada hasta Casas de Don Antonio. Los 10 kilómetros que lo separan lo hacemos en media hora. A la entrada del pueblo hay un puente romano muy bonito. A la salida hay una residencia de mayores que hace pared con pared con un bar de luces de colores llamado El Pecado, cosas de la vida.

El camino sigue prácticamente llano, aunque algo menos practicable, hasta alcanzar Aldea del Cano. Poco despues de salir de Casas de Don Antonio vemos a los italianos de la RAI. Nuestra valenciana de referencia, la Poyo Veloz, hoy no le ha dado tiempo a sobrepasarnos por lo que ya no creo que la veamos más.

Poco antes de llegar a Valdesalor, justo despues de cruzar un pequeño aeródromo, a Pedro le revienta la rueda trasera. Vemos que no se trata de un simple reventón, sino que la cubierta se ha roto. Tratamos de hacer un pequeño apaño con unas bridas para tratar de llegar a Cáceres.

Las bridas duran poco por lo que en ValdeSalor paramos a cambiar la cubierta de delante por la de atrás para que la cubierta sufra lo menos posible al ir en la rueda delantera (la rueda de atrás soporta mucho más peso y sufre mucho más) y además ponemos cinta americana por todos los lados y ver si así podemos llegar Cáceres.

Casi todo ese trayecto, casi 15km, lo hacemos por carretera, incluyendo la subida al puerto de Las Camelias.

Logramos llegar a Cáceres y paramos en una tienda justo antes de que la cierren a las 14:00. La tienda está al lado de la Cruz de los Caídos y se llama Sucesores de Antonio Pra. Logramos comprar las dos cubiertas y cambiamos la más dañada. Comemos algo en la zona peatonal del centro y salimos en dirección al Casar de Cáceres, distante en algo más de 10 km de Cáceres.

Lo hacemos de nuevo por carretera. Llegamos al Casar de Cáceres a las 4. Todo está cerrado menos el albergue. Queda justo delante del ayuntamiento. Mientras estoy en la calle veo que el Rey Belga entra al albergue y busca desesperadamente un trono para poder deponer su actitud. Lo hace y seguimos camino.

Nos quedan 25 kilómetros sin pueblo alguno entre medias. De nuevo se hacen mayoritariamente por pista de tierra bien compactada y hacemos buen promedio. Los 5 últimos kilómetros antes de llegar al Albergue del Embalse de Alcántara se hacen por asfalto.

Llegamos, pese al kilometraje y los problemas técnicos de hoy, a las seis y media. Nos da tiempo a ducharnos, cenar, cambiar la otra cubierta de Pedro, mirar la puesta de sol y actualizar el blog. Bueno, lo hago yo y Luis no puede porque el alberguero se lleva el router cuando yo termino.

Al pasar por Cáceres hemos hecho 300 km de la ruta. Ya nos quedan sólo 3 días para llegar a Salamanca. En dos días veo a mi familia.

Hoy hemos pasado por : Alcuéscar, Casas de Don Antonio, Aldea del Cano, Valdesalor, Cáceres, Casar de Cáceres y Embalse de Alcántara.

Día 4. Torremejía - Alcuéscar. 60,81 km







Kilómetros: 60,81
Tiempo pedaleando: 4:01:33
Vel. media: 15,10 km/h
Vel. máxima: 45,34 km/h

La cena en Torremejía consistió en varias raciones a compartir y dos cubatas de Legendario. Todo muy bueno. En la mesa de al lado había 4 ó 5 chicas de algo menos de 30 años. Al ir a marcharnos el dueño del bar nos dijo que eran todas solteras y enteras. Las conocía porque era el maestro del pueblo. Dice que los jóvenes del pueblo enseguida dejan los estudios para dedicarse a la tierra porque es muy productiva en esta zona de Barros. Y las chicas buscan hombres más eruditos y menos rudos. Pues al paso que van ¡que esperan sentadas!.

Nos despertamos a las 8 y salimos a las 9 despues de desayunar algo. Pasamos por la gasolinera del pueblo para lavar las bicis que están llenas de barro del día anterior. El barro hizo estragos y Pedro sigue teniendo el cambiador atascado.

Nos llegamos a Mérida en poco más de una hora, casi todo por asfalto. Cruzamos por el punte romano y nos adentramos por la zona peatonal. En la calle Santa Eulalia entro en una tienda de telefonía. Allí están María y Marieta, quienes tras de un buen rato y numerosas negociaciones logran hacerme una tarjeta nueva para el teléfono. Desde esta tarde podré volver a tener móvil y gps activo.

Mientras que yo estaba en la tienda, Pedro logra por fin desatascar su cambiador.

Como hemos perdido tanto tiempo, es hora de comer algo y nos ponemos a comernos un bocadillo de jamón al lado del Museo Romano. Al pedírselo al camarero le dije: tres bocadillos de jamón. El camarero me respodió que cuantos. Y yo le dije que tré. Ahora sí que lo entendió.

Mientras nos los comemos aparece la reencarnación de Scottie Pippen y me hago una foto con él. Es tan negro que su cara en la foto habrá que clarearla con PhotoShop porque si no es imposible distinguirla porque detrás había un portal oscuro.

Salimos de Mérida en dirección al embalse de Proserpina y tras dejar el acueducto de Los Milagros nos volvemos a encontrar con la valenciana. Esta Poyo Veloz es una máquina de devorar kilómetros. Hasta el embalse es todo carretera y carril bici, casi todo en subida. Pedro se da un chapuzón y proseguimos camino. Desde ahí y hasta el final de etapa pasamos por caminos que están bordeados por fincas mayoritariamente ganaderas, por lo que los árboles no son muy abundantes.

Paramos en Aljucén a sellar y reponer algo de fuerzas y seguimos los 20 últimos kilómetros hasta Alcuéscar. El camino no es difícil pero pica de contínuo para arriba y Luis llega un poco desfallecido. En este tramo se cruza por la parte oeste del Parque Natural de Cornalvo y Sierra Bermeja. Justo al llegar a Alcuéscar nos pilla otro tormentón y nos vamos a refugiar a una gasolinera que vemos en una carretera cercana, en el cruce de Las Herrerías. Allí nos tiramos 30 ó 40 minutos. Desistimos de ir hacia Aldea del Cano y nos quedamos aquí.

Finalmente entramos a Alcuéscar a las 7 menos 10 y vamos al albergue de la Congregación de María y Los Pobres. Allí nos dicen que a las 7 dan la bendición del peregrino, a las 7 y media preparan cena y las 9 y media todo el mundo durmiendo. Todo es bastante atropellado para el horario que llevamos y decidimos bucar la casa rural que hay en el pueblo.

Se llama La Casa Grande y está regentado por D. Antonio García Sanpedro, ilustre prohombre de Tapia de Casariego, y su mujer María Angeles. Les ayuda Inma. En el balcón principal tienen las banderas de España, Extremadura y Asturias.

En la Casa Grande cenamos unas migas y una caldereta de cordero. Despues nos tomamos medio cubata junto con unas italianas que se alojan en el mismo sitio y que son de la RAI. Están haciendo una especie de reportaje diario sobre la Vía de la Plata.

Nos vamos a dormir. Me toca dormir junto con Luis. Cuando no ronca uno ronca el otro. Me despierta dos o tres veces tratando de que no ronque, pero lo hace con tal intensidad que me despierta de golpe. Y no pasan ni dos segundo y empieza él a roncar. Le hubiera matado 2 o tres veces.

Hoy hemos pasado por: Torremejía, Mérida, Proserpina, El C arrascalejo, Aljucén, Alcuéscar.