Nos queda ya poco más de dos semanas para empezar el Camino. Estamos decididos desde hace tiempo, pero según se acerca el día de partir comienza a recorrerme un gusanillo por todo el cuerpo. Como el chiste del loro, ¡a ver si nos vamos a poner nerviosos a estas alturas!.
Tenemos decididas las etapas a realizar, estamos revisando información diversa a llevar para no perdernos nada, nos hacemos con las listas de materiales a llevar, direcciones de los albergues, mapas y no sé cuantas cosas más que estoy seguro que si al final lo llevamos todo, le meteremos fuego en cuanto veamos que no aporta nada y, sin embargo, es un peso más a llevar. Por si esto último es lo que sucede, me llevaré un petardo de esos de trueno para celebrarlo mientras arde.
Las etapas que realizaremos son:
Día 1: Burgos - Frómista. 65 km
Día 2: Frómista - Sahagún. 58 km
Día 3: Sahagún - León. 55 km
Día 4: León - Rabanal del Camino. 69 km
Día 5: Rabanal del Camino - Villafranca del Bierzo. 55 km
Día 6: Villafranca del Bierzo - Sarria. 74 km
Día 7: Sarria - Melide. 62 km
Día 8: Melide - Santiago de Compostela. 53 km
Salimos un sábado desde Burgos y acabamos al cabo de ocho días, el siguiente sábado, en Santiago. Y el domingo siguiente para emular al Creador, descansando. Eso sí, asistiendo a la misa del peregrino de la Catedral.
Desde que empezamos hace unos meses a rodar todos los fines de semana para tener el fondo suficiente para abordar el Camino, creo que nos hemos hecho con forma física sobrada para hacerlo. Cuando nos planteamos las etapas, hace un mes y pico, lo hicimos con cautela ante la duda de si nos estábamos planteando hacer muchos kilómetros al día.
Una vez que estamos a punto de empezar, de comprobar nuestro estado en las últimas salidas realizadas y de leer en otros blogs los kilómetros que otros peregrinos se meriendan todos los días al hacer el Camino, me temo que nos hemos podido quedar cortos y que habrá días en los que, además de perder el tiempo que queramos parándonos en cuantos sitios queramos visitar, nos va a sobrar la mitad del día. Pero bueno, al fin y al cabo no nos persigue nadie. ¡Ya veremos, dijo un ciego!.
Además resulta que el día que más kilómetros hacemos es el día en el que subimos el puerto de Piedrafita. Somos unos cracks planificando. La realidad es que viene condicionado por la necesaria parada de final de día que hemos de realizar un par de días antes una vez demos cumplida cuenta de uno de los hitos imprescindibles del Camino: un cocido maragato en Castrillo de Polvazares.
Otro de los hitos imprescindibles es la jamada de Polbo en Melide, en Ezequiel a más señas, donde también pernoctamos después de la etapa a la que, a priori, tengo más miedo, la rompepiernas desde Sarria a Melide, al día siguiente de habernos hecho la etapa más larga con subida a Piedrafita incluída. Creo que va a ir por la Faba la madre del topo.
Pues una vez que nos queda tan poco tiempo y que creemos tener las bicis a punto, sólo nos queda ir haciendo la cuenta atrás de los días restantes, terminar de acaparar el material que vayamos a llevar y hacer un par de fines de semana más de rutas largas de preparación. Por lo poco que conozco a Luis, estoy seguro que lo tendrá todo más o menos preparado y que estará tranquilo. Es quiet man. Por lo mucho que conozco a Julio, sé que por mucho que se prepare las cosas, siempre tendrá que estar cambiando o arreglando algo a última hora. Y en el transporte hasta Burgos seguro que querrá cambiar no sé qué y se acordará de María santísima porque no metió no sé qué trasto que al final no le serviría para nada. Cago en sos, qué hombre. Ganado se tiene el cielo su mujer. ¿O era al revés?
El transporte hasta Burgos también lo tenemos tramitado, furgo de alquiler, así como el de regreso, la familia nos irá a recibir en olor de multitudes a tierras gallegas, para volvernos en coche con ellos.
Y por hacer el Camino vamos a estar más de una semana sin pensar en mujeres ni fútbol. ¡Vaya aficiones raras que nos entran!. Yo creí que cuando me llegaran estos días en mi vida sólo me apetecería relajo y tranquilidad, pero a la vejez viruelas.
Procuraremos ir metiendo los datos y rutómetro de cada etapa que hagamos según vayamos finalizándolas. Aunque para eso dependemos de las conexiones a internet que nos encontremos en los sitios en los que pernoctemos.
Cuando llegue a Santiago prometo, y espero poder cumplirlo, darle un abrazo al Santo como supongo hiciera mi padre hace 50 años cuando de joven se llegó a Santiago.