martes, 29 de abril de 2008

Día 3. 59 Km. Sahagún - León

Lamento no haber podido escribir ayer. Uno que se dice filántropo colapsó el internet y no pude. Excusas.

Al llegar ayer a Sahagún entramos en el albergue Viatoris. Está muy original y limpio. Es muy recomendable. El trato es muy bueno. Y no da sensación de hacinamiento. Llegamos junto a un grupo de unos 10 polacos con coche de asistencia incluido. Qué despliegue. En vez de a las 10, nos dicen que cierran a las 11. Una hora de más es todo un lujo asiático.

Por la tarde, después de arreglarnos, estuvimos charlando con el dueño, Tino. Nos reimos mucho. Visitamos el pueblo y cenamos muy bien, con un buen vino. Al volver al albergue sólo quedaba en recepción Germán, filólogo inglés, y Peggy, que está oyendo el partido del Madrid. Germán se define como el último latinista vivo. Les enseñamos nuestras camisetas y nos reimos mucho. Le comentamos que nuestro lema bicigrino 2008 es ortum tedeum. Dice que no sabe qué es ortum, pero que vendrá de orto, que es un agujero del que sale algo. Le decimos que ahí le has dado y nos reimos un buen rato. Peggy va cantando los goles del Madrid y veo que tiene una bandera del Madrid. Yo saco la bufanda que había traido para pasársela por los morros a Julio. Más risas.

Germán dice que las fotos las va a poner en su página y en la del albergue. Pongo el link: http://www.studium.es/ http://www.viatoris.es/ Dormimos muy bien. Por la mañana a salir zumbando a las nueve de la mañana.

A partir de aquí la esencia del Camino y el ambiente peregrino que se respira por esas rutas solitarias de Burgos y Palencia se pierde. El Camino va casi siempre al lado de la carretera nacional y no ves pasar más que coches y camiones a tu lado.

Al llegar al primer pueblo, Calzada del Coto, decidimos coger una ruta alternativa que va por la antigua Via Trajana. El día se levantó muy encapotado y con mucho viento. Al pasar el día el cielo fue despejando, pero el viento arreciaba de frente y en muchos tramos llanos no pasábamos de 10 por hora. En las cuestas abajo había que dar pedales para que la bici no se parara.

Durante 40 kilómetros, hasta Mansilla de las Mulas, sólo cruzamos un pueblo, Calzadilla de los Hermanillos. Y en todos esos kilómetros sólo vimos dos parejas de peregrinos a pie. Había tramos en los que parecía que el camino conservaba el empedrado original de la calzada romana y se nos saltaban hasta los empastes.

Se nos hizo infinito. Hacíamos media de 10 por hora, pero pedaleando de contínuo contra el viento con un esfuerzo enorme. La sensación era de estar subiendo un puerto de rampas muy empinadas, y eso durante 40 km. Extenuante. A falta de 6 km. para Mansilla de las Mulas se divisa el pueblo desde un pequeño alto. Parecía que en un momento íbamos a llegar, pero se nos hizo eterno. No llegabas nunca del viento que soplaba. Tardamos en hacer esos 40 km unas 3 horas.

Al llegar a Mansilla de las Mulas tenía las piernas como tarugos. Abotargadas. Me bajé de la bici como un click. Lo que parecía una etapa de transición, prácticamente llana, se convirtió en un suplicio. Durísima.

En Mansilla dejamos las bicis en el albergue y nos fuimos a comer al bar de al lado. Además del correspondiente menú, nos apretamos unos callos y unas morcillas. Todo muy rico. Al volver a por las bicis vimos que había un patio interior con sillas y que daba un sol muy rico. ¡ Y sin viento!. Nos quedamos rezando un padrenuestro con los ojos cerrados. Al volver en sí nos damos bálsamo de tigre en las patas y de nuevo en marcha hacia León.

Camino infame, pasando al lado de carreteras muy transitadas e incluso hay que ir por el arcén de la autovía a la entrada de León. El bálsamo hace efecto y las piernas no duelen ahora. Al llegar a León nos dirigimos al albergue municipal. Nos dicen que podemos llegar a la hora que queramos, que no cierran por la noche. Alucinante.

Nos duchamos y a visitar el barrio húmedo. Hacemos las visitas de rigor y empezamos a tomar vinos y a ir picando algo. En una tasca nos encontramos a dos tías, Conchi y Antonia. Antonia después nos dice que el nombre es falso, que no quiere dar el verdadero nunca. Es fisioterapeuta y me bajo los pantalos para que me mire las patas. Le da mucho corte, pero a Conchi no. Unas cuantas fotos y nos llevan a otro garito que regenta una conocida de ellas, Agustina.

Agustina es la caña. Nos da un muy buen vino y nos da una tortilla de patatas entera recién hecha en plan picho. Le digo que si me puedo sacar una foto con ella y me la hacen agarrándola las berzas. Se parte la caja con nosotros. A su marido le pedimos que nos enseñe un estoque que tiene en el techo. Es bueno, hecho en Toledo. Como si de una iglesia se tratara, tienen en una esquina un atril con velas. Echo una limosna y enciendo tres velas mientras hago que pido por los tres para que lleguemos con bien a Santiago. Seguimos tomándonos unos vinos más. Pasamos un rato estupendo. Muchas gracias por tratarnos tan bien y reirnos tanto.

Al rematar la faena nos despedimos y nos volvemos al albergue medio pedos. Es la una de la madrugada y mañana hay que madrugar. Al entrar vemos que lo nuestro es nada. Un tío en calzoncillos va de lado a lado del pasillo dando arcadas y sin saber ni el nombre de su madre. Antes de llegar al baño, si acaso hubiera podido llegar alguna vez en el estado en que estaba, echa toda la raba en la puerta de una habitación. Se lo decimos a la hospitalera, bajita y con mala uva, y empieza a llamarle cerdo y a amenazarle con echarle desnudo a la calle. Le decimos que no insista, que el animal no está oyendo ni entendiendo nada.

La noche la pasamos muy mal. Hace un calor insoportable, lo que unido a la sequedad de garganta propia de un estado pre-etílico hace que no veamos el momento de que amanezca. Esperamos que mañana no haga viento y que no nos llueva.

Hoy hemos hecho 59 km.
Tiempo real pedaleando 4h 25 min
Vel. media 13,3 km/h
Vel. máxima 40,16 km/h
Hemos pasado por Calzada del Coto, Calzadilla de los Hermanillos, Mansilla de las Mulas, Puente de Villarente, Arcahueja, Valdelafuente, Puente de Castro y León.


En Calzadilla de los Hermanillos:



Mansilla de las Mulas:



Entrando a León por Puente Castro:



Catedral de León. Julio es un crack haciendo fotos, menos mal que no hizo de esto su medio de vida. Obsérvese a man-in-the-middle:



Nuestra Agustina de León, la tía más cañera de España:

Día 4. 76 Km. León - Rabanal del Camino

Teóricamente hoy era un día de transición, casi todo llano y con el homenaje que nos queríamos dar con el cocido maragato, pero al final se ha convertido en el día más duro.

Dormimos poco, eso porque quisimos, y mal, esto porque hacía un calor insoportable. Anoche Luis se desvaneció y empezó a roncar incluso antes de acostarse. Estaba en un estado lamentable. Compartimos habitación con un peregrino a pie y con una pareja de ciclistas vascos.

Salimos de León por el casco histórico. El día es frío, pero sin el viento fuerte de ayer. A ver si hay suerte. La etapa hasta Hospital de Orbigo es monótona, siempre yendo junto a la carretera nacional. Paramos a comernos un bocata a la salida de Villadangos del Páramo. Unos colegas de Madrid con los que hemos coincidido desde ayer nos hacen una foto y la suben a su web. La dirección es esta http://www.caminosantiago.pabloche.com/. Para ver la foto pincha en Galería y en Fotografías. Está en la parte media-baja.

Julio ha debido coger frío y va petao. Luis arrastra algo también. Ibamos a hacer una ruta alternativa más exigente por el monte hasta Astorga para evitar la carretera, pero tras 5 km de intento, lo descartamos porque Julio tira menos que el walkman de Drácula. Volvemos a arrastrarnos al lado de la carretera.

En Hospital de Orbigo encontramos a una peregrina que parece va escapando de algún loco peregrino que anda dándole la coña. La acompañamos un rato. Nos recuerda el suceso del Rompechinas de hace un par de días. Resulta que cuando estuvimos comiendo en Calzadilla de la Cueza, en la mesa de al lado había una pareja de peregrinos. Ella japa, él francés el doble que ella. Daba la sensación de que habían coincidido y como lo normal en el Camino es compartir, decidirían comer juntos. El se pasó todo el rato diciéndola tonterías y tratando de cogerle la mano a la china. Al final la cuenta la pagó él y la china salió por pies. Nosotros salimos un rato más tarde y la vimos caminando, ella sola, con celeridad. Estaría huyendo. Si la coge el animal ese, la rompe. Seguro que el esperará una nueva presa. No es más que esperar a que la estadística se cumpla. Qué gentuza.

Seguimos hasta Astorga sin novedad. La visitamos y al salir se me rompe la pata de cabra. Nada reseñable, pero mal presagio. Son las 15:00 y decidimos salir corriendo para poder comer el cocido en Castrillo de los Polvazares, a poco más de 7 km. En lo que salimos y llegamos al pueblo siguiente, Murias de Rechivaldo, nos dan más de las tres y cuarto. Como Julio va lento, le digo a Luis que por 5 minutos vamos a llegar tarde y que me hago un sprint hasta Castrillo para que al menos uno de nosotros llegue antes de las tres y media. Llego extenuado. Entro en el primer restaurante que encuentro, el Mesón del Arriero, y está completamente vacío, con los dueños comiendo. Me digo que mal panorama, seguro que hace rato que cerraron. Pregunto que si podemos comer, que seremos los últimos. Me dice que somos los últimos y los primeros. No había comido nadie. Nos tabicamos un cocido maragato con mayúsculas. Me como todo el chorizo porque los demás no lo quieren.

Salimos de Castrillo de los Polvazares creyendo que nos queda muy pocos kilómetros. La realidad es que si bien son sólo 20 km a hacer, son todos de subida. Vamos empezando a subir con dirección a Santa Catalina de Somoza. Al llegar estamos un rato hablando con un paisano que vende artilugios para los peregrinos. Le compro una concha porque yo no llevaba.

Nos empieza a chispear y como aún quedan 14 km nos vamos corriendo. Al principio la lluvia era fina para pasar a ser un calabobos. Nos ponemos traje de agua y a seguir. Pasamos el Ganso, el anterior pueblo a nuestro destino.

Parece que queda poco, pero la lluvia arrecia con fuerza. La subida va haciendo mella y el frío empieza a invadirnos. Voy dejando atrás a Luis y a Julio que las están empezando a pasarlo mal de veras. Yo no tardo mucho más. La lluvia, el frío y la constante subida te van minando poco a poco. Además el chorizo me repite mazo. Ve voy quedando sin fuerzas. No tengo más piñones ni platos para cambiar.

Voy dando pedales casi instintivamente, tratando de mirar al suelo, sin fijarme en el horizonte que te engaña continuamente, como queriendo enseñarte lo que nunca te va a dar. Aunque tengo ganas de parar porque no puedo más, sé que si me paro no sigo. Y eso la muerte segura.

Está lloviendo, tengo frío y no puedo casi moverme pero sé que tengo que tirar. Me acuerdo de mi familia, de mis hijos, de mi mujer, dentro de dos días les voy a ver. Su recuerdo me da mucha fuerza. Sigo pedaleando. Es una muerte dulce. La carretera, la lluvia y el frío está jugando con nosotros. Nos está agotando hasta la extenuación. Sigo pensando en mi familia y sigo pedaleando como un autómata. La pila que lo hace funcionar es mi familia.

Afortunadamente el Camino nos da un respiro un 1 km antes del destino. Deja de llover ligeramente, espero a Julio y a Luis, nos reagrupamos y aprovechamos para hacernos una foto en un roble centenario. La entrada al pueblo vuelve a ser una empinada cuesta arriba. Como caballeros sin honor, nos bajamos de las burras los tres y entramos en el pueblo con ellas de la mano. Las caras desencajadas, los cuerpos rotos, pero le hemos echado hasta lo que no teníamos y hemos llegado.

Entramos al albergue. Son más de las 8 de la tarde. Prácticamente somos los últimos en llegar. Está petado. Estamos ateridos de frío. Yo tirito sin control. Nos ponen en barracones separados. En el mío no hay calefacción. Ya se sabe, siempre le toca al más tonto o al más débil.

Cenamos un vaso de leche caliente y nos acostamos. Mañana nos toca subir a la Cruz de Hierro, el punto más alto de todo el Camino. Y está empezando a nevar. Nos decimos que cuando nos levantemos al día siguiente, dependiendo del día que haga y del estado de Julio y de Luis decidiremos si seguir o renunciar.

Hoy hemos hecho 76 km.
Tiempo real pedaleando 5h 42 min
Vel. media 13,3 km/h
Vel. máxima 42,55 km/h
Hemos pasado por La Virgen del Camino, Valverde la Virgen, San Miguel del Camino, Villadangos del Páramo, San Martín del Camino, Hospital de Orbigo, Villares de Orbigo, Santibáñez de Valdeiglesias, San Justo de la Vega, Astorga, Murias de Rechivaldo, Castrillo de los Polvazares, Santa Catalina de Somoza, El Ganso y Rabanal del Camino.


Hostal de San Marcos en León:



Puente del Passo Honroso en Hospital de Orbigo:



Astorga. Museo de los Caminos de Gaudí:



Castrillo de los Polvazares:



Entrando a Santa Catalina de Somoza:

domingo, 27 de abril de 2008

Día 2. 63 Km. Frómista - Sahagún

Antes de nada pedir perdón porque ayer tuve que escribir muy rápido, sin tiempo para revisar nada porque me cortaban el internet. La entrada estaba con fallos. La he rectificado ya.

También quiero agradecer las llamadas y mensajes de apoyo. Se agradecen mucho.

El albergue de esta noche estaba mucho mejor que el de Burgos, eran habitaciones grandes con literas y no eran barracones. Y era mucho más higiénico. Lo malo es que nos ha tocado dormir con alemanes. Creía que era leyenda, pero la verdad es que tienen muy poca educación. Esta mañana, al despertarse, han empezado a encender la luz, hacer ruido, dar portazos. Muy mal estos kartofen.

Hemos salido hacia las nueve y cuarto y hemos llegado a Sahagún hacia las seis y cuarto. Y esto así todos los días. Estamos parando mucho a sellar, a hacer fotos y a ver los sitios de interés.

El día hoy también ha sido bueno. Refresca por la mañana y hace calor al mediodía. La de hoy ha sido una etapa de falso llano. Excepto al final que ha habido que superar un par de cuestas largas, pero llevaderas, casi todo aparentaba ser llano aunque si miras el perfil ves que va subiendo poco a poco. Hay muchos riachuelo con mucho agua. Se ve mucho regadío.

Hay más peregrinos que ayer, pero todos a pie, excepto al final de la etapa que hemos visto una decena de bicis y al llegar a Sahagún hemos llegado a la vez que un grupo de una media docena de polacos.

Hemos estado visitando Carrión de los Condes durante más de una hora. Tiene varios ejemplos de romámico muy bonito. En la plaza del pueblo me ve un señor mayor y creyéndome despistado me empieza a decir cosas en francés. Le digo C'est moi?. Y me sigue dando explicaciones en francés. Le digo como al italiano de Burgos, que cuál de los dos es el inglés, si él o yo. Y se empieza a reir. Dice que estuvo 25 años trabajando en Estrasburgo. Esrepublicano, pero muy simpático. Después de un rato de charla nos despedimos.

Está empezando a soplar viento del noroeste. Malo porque además de soplarnos de cara significa que el tiempo va a empeorar.

Al salir de Carrión de los Condes nos chupamos casi 20 km de una estepa sin un sólo pueblo circulando por una antigua calzada romana, la Via Aquitania, que iba desde Burdeos hasta Astorga. El camino es muy pedregoso y se hace muy penoso. Hay que hacer mucho esfuerzo. Además nunca se llega a alcanzar el final y se hace malo también psicológicamente.

Comemos a las 14:00 en Calzadilla de la Cueza y al salir nos echamos una siesta en medio de una chopera. Qué gusto.

Al despertarnos empezamos creyendo que sólo nos quedaban 15 km, pero han sido más y además con mucha cuesta arriba, por lo que hemos llegado más tarde de lo pensado a Sahagún, pero con tiempo suficiente para ducharnos, afeitarnos, lavar ropa, etc. Sin el estrés de los dos días anteriores.

Mañana nos espera, creo, un día muy similar al de hoy hasta León. Ya veremos. Ojo al viento.

Hoy hemos hecho 63 km.
Tiempo real pedaleando 4h 03 min
Vel. media 15,6 km/h
Vel. máxima 39,21 km
Hemos pasado por Población de Campos, Villarmentero de Campos, Villalcázar de Sirga, Carrión de los Condes, Calzadilla de Cueza, Lédigos, Terradillos de Templarios, Moratinos, San Nicolás del Real Camino y Sahagún.

En Villalcázar de Sirga:





En Carrión de los Condes:


La siesta después de comer en Calzadilla de la Cueza:


Junto a San Tirso, en Sahagún:


Con Peggy y con Luis en el Viatoris. El Madrid ganaba en ese momento 2-0 al Ath. C. Bilbao y la liga estaba en el bote:

sábado, 26 de abril de 2008

Día 1. 68 Km. Burgos- Frómista

Arrrrrancaaaaaaaaaaaaaaaaaamos. Hemos empezado. Parecía que siempre nos falta mucho para empezar, pero todo llega en esta vida. Ayer no pude escribir nada de las maniobras de aproximación a Burgos porque no teníamos internet y sufrimos algún contratiempo adicional.

Cuando llegamos a Burgos, dejamos el coche del alquiler con el que habíamos ido desde Madrid y nos fuimos al albergue. Cuando llegamos al sitio que creíamos que estaba, no lo encontrábamos. Al final nos dijeron que estaba cerrado y que teníamos que irnos a otro. El otro estaba en la afueras. Cuando por fin llegamos y nos instalamos, habíamos perdido hora y media en el trasiego. Como en estos albergues de peregrinos cierran las puertas y las luces a las diez de la noche, nos vimos obligados a volver a ver la catedral y tomar algo a toda prisa, en menos de una hora.

En la catedral, al sacar una foto, se me cruzó uno. Con un gesto como si se le hubiera caído un pedo sin querer, me dice ¿ok?. Me pareció español y le dije ¿Quién de los dos es inglés, tú o yo?. Me responde ¿Escusi?. Y le digo que no problemo piccolo amico.

De nuevo en el albergue me encuentro en un barracón todo lleno de literas con un cuarto de baño que tiene una ducha y dos retretes. El estado deja mucho que desear y me digo que cuán desacostumbrado estaba ya a estar en este tipo de sitios. En el barracón hay de todo y revuelto, hombres, mujeres, mayores y menos mayores. Esto es igualdad y no lo que nos quieren vender.

Algo me sentó mal y estuve toda la noche con contínuos retortijones, todos los gases y los cuerpos ciertos se agolpaban como cuando la gente dentro del metro se hacina en la puerta cuando el vagón está entrando en el andén.

Aunque Luis dice que me adelanté y estuve roncando, lo cierto es que cuando yo me dormí, él ya se había metido un par de roncadas buenas. Con buenas hechuras, contundentes y serias.

Por la mañana los que van a pie empiezan a espabilar a las seis. Encienden la luz a las siete. A las ocho estábamos pedaleando.

La salida de Burgos la hicimos por carretera. Nos pasamos el desvío al Camino e hicimos 10 km por la carretera. Como le dije al italiano, no problemo. En Villalbilla nos reincorporamos al Camino y listo.

Desayuno en Tardajos y para Rabé de las Calzadas. Todos son pueblo pequeños. Cuando hemos estado buscando información en los días previos, hemos encontrado algo de información de todos los sitios, explicando su historia, iglesias y sitios relevantes. La realidad es que son pueblos que alguno no tiene ni la última cagada de Carlomagno. Los vamos pasando sin piedad. Da un poco de lástima porque imaginaba sitios de más contenido. Pero esto es la Castilla profunda.

Hay mucho peregrino extranjero. Y mucha mujer. La mayoría van a pie. Pocas bicis. Y pocos peregrinos. No hemos encontrado muchos.

Las cuestas por las que hemos pasado hoy no son excesivas, pero la mayoría del Camino se hacen por caminos de tierra con piedra, por lo que se hace algo penoso. Pero hemos hecho lo previsto sin problemas. Con el apretón que llevo, alguna cuesta se me ha atragantado. Y la realidad es que algún tramo, aunque poco pronunciado, picaba de contínuo hacia arriba.

Algún peregrino va al revés, alejándose de Santiago. Me cruzo con uno de ellos que va todo cubierto como Lawrence de Arabia y me dice en inglés que el año pasado ya hizo el Camino normal. Que este año está yendo desde Santiago hasta Roma. A pie. Caramba. Le digo que está crazy y me dice que no, que sólo es un peregrino. Me descubro.

Nos hemos encontrado a unos kartofen antes de San Antón, a las puertas de Castrojeriz. Duermen en algún hotel de un pueblo grande. Les llevan en autobús a algún sitio cercano al destino, hacen 5 km andando y les recoge el autobús para ir al hotel de destino. Vaya peregrinación. Como ocupaban todo el camino, he tenido que abrirnos paso al grito de Achtung.

El cerro de Mostelares, pasado Castrojeriz, ha sido para echar el bofe. Hemos hecho la mitad andando. Pero también estaba previsto. En Castrojeriz un albergue muy recomendable que es medio casa rural: El Manzano.

Antes de llegar a Itero de la Vega, donde hemos comido, nos hemos encontrado a Antonio, de Oporto. Se estaba echando un peta. Nos ha dicho que sus padres y 6 hermanos murieron todos en un accidente de autobús en el puente sobre el río Duero en 2004. Desde entonces lleva haciendo todos los Caminos posibles. Nos saca cantidad de credenciales todas llenas de sellos. Tiene una del Vaticano, numerada, de Juan Pablo II. Ahora dice que está yendo desde Fátima hasta Lourdes.

Al salir de Itero de la Vega paramos a sellar en un albergue, se llama Albergue Itero, y la hospitalera nos dice que si queremos nos invita a un vino ecológico de producción propia. Muy rico. La hospitalera se llama Candelas, como mi suegra. Nos dice que este año hay 4 veces menos de peregrinos que el año pasado y que ayer estuvo ahí Antonio, el portugués. Que le tuvo que echar porque se metía con todos los huespedes.

Bueno y llegamos por fin a Frómista. Fin de trayecto. Henos visitado un poco el pueblo. Impresionante de bonita la iglesia de San Martín.

Hoy hemos hecho 68 km.
Tiempo real pedaleando 4h 30 min
Vel. media 15,5 km/h
Vel. máxima 47,34 km/h
Hemos pasado por Villalbilla, Tardajos, Rabé de las Calzadas, Hornillos del Camino, Arroyo San Bol, Hontanas, San Antón, Castrojeriz, Itero de la vega, Boadilla del Camino y Frómista.

Arancha, Nacho y M. José. Os quiero. Besos


Llegando a Hontanas:



Antonio, el petas, y sus cerdenciales:


Hacia Boadilla del Camino:


En el Alto de Mostelares con Castrojeriz al fondo:


En Frómista, junto a San Martín:

sábado, 19 de abril de 2008

Camino de Santiago 2008. En capilla

Alea jacta est. A falta de justo una semana para iniciarnos, esperemos que lo que no esté preparado no lo necesitemos.

Ya tenemos la credencial para poder ir sellando a lo largo de la ruta y obtener así la Compostela.

Este fin de semana previo a la salida está lloviendo mucho por lo que no salimos a seguir haciendo fondo con la bici. En su lugar deberemos conformarnos con la estática.

He probado a meter todos los bultos en las alforjas para dejar la bici preparada. Primer inconveniente: peso todos los tratos antes de meterlos y me pesan más de 12 kilos. El fin de semana pasado salí con aproximadamente esa carga, en plan prueba, y no podía ni llanear apenas. Además se me estropeó el desviador de platos y no podía cambiar de plato. Quedé fundido haciendo 40 kms. Malo. Muy malo. Empiezo a quitar un jersey, un pantalón, dos camisas, a sacar los blisters de las medicinas de sus cajas y no sé qué más. Algo hemos aliviado; estamos en 10,5 kilos. El Señor me dé fuerzas. Pienso en Mostelares, en Cruz de Ferro, en La Faba, en Poio, en los rompepiernas de Galicia, y empiezo a sudar y me rilan las canillas sólo de pensarlo.

Segundo inconveniente: meto las cosas en bolsas y trato de meterlas en las alforjas. Las bolsas abultan tanto que no entran por la boca de las alforjas. Empiezo a recontracagarme en todo. Me entra el acongoje y empiezo a decir que me tengo que ir corriendo a por otras alforjas que estas no me valen (lo siento Javier, gran amigo mío que me las ha prestado). Menos mal que mi mujer, que como ni se imagina lo que estoy empezando a cangelarme y está más fresca que una horchata en verano, me dice que no sea de los de la viga atravesada, que vaya metiendo objeto a objeto. Y así sí que entran (gracias de nuevo Javier, que sí que me valen las alforjas). Lo qué no sé es cómo me las voy a apañar con el trasiego diario de las alforjas una vez comencemos el Camino. Lo que ahora quería que fuera todo ordenado y bien colocado, me parece que en un par de días va a parecerse a la habitación de un adolescente droguero.

Después de descansar un poco monto las alforjas en la bici y trato de levantarla en vilo. ¡Casi no puedo de lo que pesa!. Otra vez los sudores fríos y la tiritona. ¿Qué más puedo quitar?. Y empiezo a quitar la luz de atrás, la de delante (que pesa un quintal la batería que lleva) y no sé qué más. Y así lo doy por terminado. No me llega la camisa al cuerpo sólo de pensar tirar de la burra con ese peso por esas cuestas de Dios. No descarto ir metiéndole el fuego purificador a las cosas según vayamos avanzando en el Camino; así llegaré a las etapas duras de Galicia con menos peso y habiendo hecho alguna pira a lo largo del camino. En fin, como decía al principio, alea jacta est.

Vamos a llevar unas camisetas conmemorativas. Nuestros agradecimientos por su colaboración a Piterchampion. Adjunto la parte de delante y la parte de atrás. Todos los derechos reservados.

miércoles, 9 de abril de 2008

Camino de Santiago 2008. Maniobras de aproximación

Nos queda ya poco más de dos semanas para empezar el Camino. Estamos decididos desde hace tiempo, pero según se acerca el día de partir comienza a recorrerme un gusanillo por todo el cuerpo. Como el chiste del loro, ¡a ver si nos vamos a poner nerviosos a estas alturas!.

Tenemos decididas las etapas a realizar, estamos revisando información diversa a llevar para no perdernos nada, nos hacemos con las listas de materiales a llevar, direcciones de los albergues, mapas y no sé cuantas cosas más que estoy seguro que si al final lo llevamos todo, le meteremos fuego en cuanto veamos que no aporta nada y, sin embargo, es un peso más a llevar. Por si esto último es lo que sucede, me llevaré un petardo de esos de trueno para celebrarlo mientras arde.

Las etapas que realizaremos son:
Día 1: Burgos - Frómista. 65 km
Día 2: Frómista - Sahagún. 58 km
Día 3: Sahagún - León. 55 km
Día 4: León - Rabanal del Camino. 69 km
Día 5: Rabanal del Camino - Villafranca del Bierzo. 55 km
Día 6: Villafranca del Bierzo - Sarria. 74 km
Día 7: Sarria - Melide. 62 km
Día 8: Melide - Santiago de Compostela. 53 km

Salimos un sábado desde Burgos y acabamos al cabo de ocho días, el siguiente sábado, en Santiago. Y el domingo siguiente para emular al Creador, descansando. Eso sí, asistiendo a la misa del peregrino de la Catedral.

Desde que empezamos hace unos meses a rodar todos los fines de semana para tener el fondo suficiente para abordar el Camino, creo que nos hemos hecho con forma física sobrada para hacerlo. Cuando nos planteamos las etapas, hace un mes y pico, lo hicimos con cautela ante la duda de si nos estábamos planteando hacer muchos kilómetros al día.

Una vez que estamos a punto de empezar, de comprobar nuestro estado en las últimas salidas realizadas y de leer en otros blogs los kilómetros que otros peregrinos se meriendan todos los días al hacer el Camino, me temo que nos hemos podido quedar cortos y que habrá días en los que, además de perder el tiempo que queramos parándonos en cuantos sitios queramos visitar, nos va a sobrar la mitad del día. Pero bueno, al fin y al cabo no nos persigue nadie. ¡Ya veremos, dijo un ciego!.

Además resulta que el día que más kilómetros hacemos es el día en el que subimos el puerto de Piedrafita. Somos unos cracks planificando. La realidad es que viene condicionado por la necesaria parada de final de día que hemos de realizar un par de días antes una vez demos cumplida cuenta de uno de los hitos imprescindibles del Camino: un cocido maragato en Castrillo de Polvazares.

Otro de los hitos imprescindibles es la jamada de Polbo en Melide, en Ezequiel a más señas, donde también pernoctamos después de la etapa a la que, a priori, tengo más miedo, la rompepiernas desde Sarria a Melide, al día siguiente de habernos hecho la etapa más larga con subida a Piedrafita incluída. Creo que va a ir por la Faba la madre del topo.

Pues una vez que nos queda tan poco tiempo y que creemos tener las bicis a punto, sólo nos queda ir haciendo la cuenta atrás de los días restantes, terminar de acaparar el material que vayamos a llevar y hacer un par de fines de semana más de rutas largas de preparación. Por lo poco que conozco a Luis, estoy seguro que lo tendrá todo más o menos preparado y que estará tranquilo. Es quiet man. Por lo mucho que conozco a Julio, sé que por mucho que se prepare las cosas, siempre tendrá que estar cambiando o arreglando algo a última hora. Y en el transporte hasta Burgos seguro que querrá cambiar no sé qué y se acordará de María santísima porque no metió no sé qué trasto que al final no le serviría para nada. Cago en sos, qué hombre. Ganado se tiene el cielo su mujer. ¿O era al revés?

El transporte hasta Burgos también lo tenemos tramitado, furgo de alquiler, así como el de regreso, la familia nos irá a recibir en olor de multitudes a tierras gallegas, para volvernos en coche con ellos.

Y por hacer el Camino vamos a estar más de una semana sin pensar en mujeres ni fútbol. ¡Vaya aficiones raras que nos entran!. Yo creí que cuando me llegaran estos días en mi vida sólo me apetecería relajo y tranquilidad, pero a la vejez viruelas.

Procuraremos ir metiendo los datos y rutómetro de cada etapa que hagamos según vayamos finalizándolas. Aunque para eso dependemos de las conexiones a internet que nos encontremos en los sitios en los que pernoctemos.

Cuando llegue a Santiago prometo, y espero poder cumplirlo, darle un abrazo al Santo como supongo hiciera mi padre hace 50 años cuando de joven se llegó a Santiago.