martes, 29 de abril de 2008

Día 4. 76 Km. León - Rabanal del Camino

Teóricamente hoy era un día de transición, casi todo llano y con el homenaje que nos queríamos dar con el cocido maragato, pero al final se ha convertido en el día más duro.

Dormimos poco, eso porque quisimos, y mal, esto porque hacía un calor insoportable. Anoche Luis se desvaneció y empezó a roncar incluso antes de acostarse. Estaba en un estado lamentable. Compartimos habitación con un peregrino a pie y con una pareja de ciclistas vascos.

Salimos de León por el casco histórico. El día es frío, pero sin el viento fuerte de ayer. A ver si hay suerte. La etapa hasta Hospital de Orbigo es monótona, siempre yendo junto a la carretera nacional. Paramos a comernos un bocata a la salida de Villadangos del Páramo. Unos colegas de Madrid con los que hemos coincidido desde ayer nos hacen una foto y la suben a su web. La dirección es esta http://www.caminosantiago.pabloche.com/. Para ver la foto pincha en Galería y en Fotografías. Está en la parte media-baja.

Julio ha debido coger frío y va petao. Luis arrastra algo también. Ibamos a hacer una ruta alternativa más exigente por el monte hasta Astorga para evitar la carretera, pero tras 5 km de intento, lo descartamos porque Julio tira menos que el walkman de Drácula. Volvemos a arrastrarnos al lado de la carretera.

En Hospital de Orbigo encontramos a una peregrina que parece va escapando de algún loco peregrino que anda dándole la coña. La acompañamos un rato. Nos recuerda el suceso del Rompechinas de hace un par de días. Resulta que cuando estuvimos comiendo en Calzadilla de la Cueza, en la mesa de al lado había una pareja de peregrinos. Ella japa, él francés el doble que ella. Daba la sensación de que habían coincidido y como lo normal en el Camino es compartir, decidirían comer juntos. El se pasó todo el rato diciéndola tonterías y tratando de cogerle la mano a la china. Al final la cuenta la pagó él y la china salió por pies. Nosotros salimos un rato más tarde y la vimos caminando, ella sola, con celeridad. Estaría huyendo. Si la coge el animal ese, la rompe. Seguro que el esperará una nueva presa. No es más que esperar a que la estadística se cumpla. Qué gentuza.

Seguimos hasta Astorga sin novedad. La visitamos y al salir se me rompe la pata de cabra. Nada reseñable, pero mal presagio. Son las 15:00 y decidimos salir corriendo para poder comer el cocido en Castrillo de los Polvazares, a poco más de 7 km. En lo que salimos y llegamos al pueblo siguiente, Murias de Rechivaldo, nos dan más de las tres y cuarto. Como Julio va lento, le digo a Luis que por 5 minutos vamos a llegar tarde y que me hago un sprint hasta Castrillo para que al menos uno de nosotros llegue antes de las tres y media. Llego extenuado. Entro en el primer restaurante que encuentro, el Mesón del Arriero, y está completamente vacío, con los dueños comiendo. Me digo que mal panorama, seguro que hace rato que cerraron. Pregunto que si podemos comer, que seremos los últimos. Me dice que somos los últimos y los primeros. No había comido nadie. Nos tabicamos un cocido maragato con mayúsculas. Me como todo el chorizo porque los demás no lo quieren.

Salimos de Castrillo de los Polvazares creyendo que nos queda muy pocos kilómetros. La realidad es que si bien son sólo 20 km a hacer, son todos de subida. Vamos empezando a subir con dirección a Santa Catalina de Somoza. Al llegar estamos un rato hablando con un paisano que vende artilugios para los peregrinos. Le compro una concha porque yo no llevaba.

Nos empieza a chispear y como aún quedan 14 km nos vamos corriendo. Al principio la lluvia era fina para pasar a ser un calabobos. Nos ponemos traje de agua y a seguir. Pasamos el Ganso, el anterior pueblo a nuestro destino.

Parece que queda poco, pero la lluvia arrecia con fuerza. La subida va haciendo mella y el frío empieza a invadirnos. Voy dejando atrás a Luis y a Julio que las están empezando a pasarlo mal de veras. Yo no tardo mucho más. La lluvia, el frío y la constante subida te van minando poco a poco. Además el chorizo me repite mazo. Ve voy quedando sin fuerzas. No tengo más piñones ni platos para cambiar.

Voy dando pedales casi instintivamente, tratando de mirar al suelo, sin fijarme en el horizonte que te engaña continuamente, como queriendo enseñarte lo que nunca te va a dar. Aunque tengo ganas de parar porque no puedo más, sé que si me paro no sigo. Y eso la muerte segura.

Está lloviendo, tengo frío y no puedo casi moverme pero sé que tengo que tirar. Me acuerdo de mi familia, de mis hijos, de mi mujer, dentro de dos días les voy a ver. Su recuerdo me da mucha fuerza. Sigo pedaleando. Es una muerte dulce. La carretera, la lluvia y el frío está jugando con nosotros. Nos está agotando hasta la extenuación. Sigo pensando en mi familia y sigo pedaleando como un autómata. La pila que lo hace funcionar es mi familia.

Afortunadamente el Camino nos da un respiro un 1 km antes del destino. Deja de llover ligeramente, espero a Julio y a Luis, nos reagrupamos y aprovechamos para hacernos una foto en un roble centenario. La entrada al pueblo vuelve a ser una empinada cuesta arriba. Como caballeros sin honor, nos bajamos de las burras los tres y entramos en el pueblo con ellas de la mano. Las caras desencajadas, los cuerpos rotos, pero le hemos echado hasta lo que no teníamos y hemos llegado.

Entramos al albergue. Son más de las 8 de la tarde. Prácticamente somos los últimos en llegar. Está petado. Estamos ateridos de frío. Yo tirito sin control. Nos ponen en barracones separados. En el mío no hay calefacción. Ya se sabe, siempre le toca al más tonto o al más débil.

Cenamos un vaso de leche caliente y nos acostamos. Mañana nos toca subir a la Cruz de Hierro, el punto más alto de todo el Camino. Y está empezando a nevar. Nos decimos que cuando nos levantemos al día siguiente, dependiendo del día que haga y del estado de Julio y de Luis decidiremos si seguir o renunciar.

Hoy hemos hecho 76 km.
Tiempo real pedaleando 5h 42 min
Vel. media 13,3 km/h
Vel. máxima 42,55 km/h
Hemos pasado por La Virgen del Camino, Valverde la Virgen, San Miguel del Camino, Villadangos del Páramo, San Martín del Camino, Hospital de Orbigo, Villares de Orbigo, Santibáñez de Valdeiglesias, San Justo de la Vega, Astorga, Murias de Rechivaldo, Castrillo de los Polvazares, Santa Catalina de Somoza, El Ganso y Rabanal del Camino.


Hostal de San Marcos en León:



Puente del Passo Honroso en Hospital de Orbigo:



Astorga. Museo de los Caminos de Gaudí:



Castrillo de los Polvazares:



Entrando a Santa Catalina de Somoza:

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Menos mal que lo bien que lo pasateis anoche compensa el día de hoy, que según Julio "mi gordi" ha sido muy duro,,, pero claro olvidó contarme que hubo jaranaaa,,,de todas formas aparte de fotografiaros con las/os paisanas/os por las noches, también deberíais haceros las fotos del turno de mañna, ara comparar. Espero que os mejore el tiempo y que mañana se os dé bien la jornada.
Saludos . LANAMARI

yolanda dijo...

Menos mal que os habeis estado preparando fuerte durante todo el año para resistir "estados pre-etílicos". Si es que el anís te pone como una moto y da una fortaleza ...........
Mañana me voy con Alvaro a hacer unos hoyitos a Layos. Os tendremos en nuestros corazones en todo momento, sobre todo cuando tengamos que empujar estos pesados carros "con motor".
Que tengais un buen día mañana.