viernes, 8 de mayo de 2015

Día 7. Munébrega - Monreal del Campo 99,10 Km

Kilómetros: 99,10
Distancia ascendiendo: 67,91 km 
Desnivel acumulado positivo: 1.035,50 metros
Altura máxima: 960,80 metros
Porcentaje máximo de subida: 8,95%
Porcentaje máximo de bajada: 10,30%
Tiempo pedaleando: 7:11 horas
Tiempo ascendiendo: 5:18 horas
Vel. media en movimiento: 13,79 km/h
Vel. media total: 8,52 km/h
Vel. máxima: 58,86 km/h
Saliendo de Munébrega

Puerta amurallada de Daroca

Fuente de los 20 caños de Daroca

Con la cocinera y camareras del Molino de Burbáguena. Qué rico todo

El Poyo del Cid

Puente romano cerca de Luco de Jiloca

De nuevo noche de descanso del tirón. Nada como hacer ejercicio para sentir bien el cuerpo y dormir como un lechoncito. Me levanto con el canto del gallo, arreglo el cuarto y me vuelvo a apañar los trastos en la bici para empezar a pedalear a las 08:45. Otra mañanita fresca que anticipa jornada de sol de justicia. Por ahora he visto alguna tormenta en lontananza por las tardes, pero no me ha llovido. Toquemos madera.

Comienzo por carretera remontando el valle en permanente ascenso, en paraleo al valle del Jiloca, buscando Daroca. En Castejón de Alarba, tras 10 kilómetros de subida, decido que me he cansado de carretera y opto por correr el riesgo de adentrarme por caminos; a ver si aquí vuelven a ser ciclables. Si hasta ese momento he podido divisar algún agricultor trasegando, a partir de aquí me meto por montaña aislada y voy yo con mi sombra haciendo un bucle que, aparte del paisaje que me acompaña, no me aporta gran cosa más que más kilómetros por caminos pedregosos de monte.

Y así regreso a algo civilizado en Acered tras un bucle por el monte de unos 10 kilómetros que por carretera se cubren en poco más de 3. Decido parar en un bar que veop abierto para desayunar, que aún no lo he hecho y son ya las 10:50 y he hecho 21 kilómetros.

Tras escasa media hora retorno a la carretera en un terreno totalmente quebrado que finaliza en unos 4 kilómetros de delicioso descenso hasta llegar a Murero, ya en el valle del Jiloca, donde llego al punto más bajo en altitud del día de hoy. A partir de aquí y en todo lo que reste de etapa, tó parriba..

Desde aquí iré remontando el Río Jiloca por caminos por un sinfín de arboledas. Los caminos se cruzan de continuo y las señales del Camino a veces se pierden, por lo que en más de una ocasión llego a sitios que mueren en el río y debo desandar algo. Pero tampoco importa mucho porque el paisaje junto al río es agradable.

Llego a Daroca a las 13:00 tras 44 kilómetros recorridos. Hay fiestas. Tienen varias atracciones a la entrada del pueblo, en la puerta amurallada, con exhibición de rapaces incluida. Voy a sellar a la oficina de turismo y me doy una vuelta por todo el pueblo y sus distintos barrios. A las 13:35 decido seguir ruta. Y lo hago de nuevo siguiendo los caminos que discurren paralelos al Jiloca.

Y así iré poco a poco hasta que llegue a algún sitio donde vea algo para comer. Y eso será en Burbáguena, a las 15:30 tras 66 kilómteros recorridos, en un antiguo molino rehabilitado como restaurante donde me clavo unos garbanzos con ternera como Dios manda, que ya estoy un poco necesitado de dejar los bocadillos ligeros y meterme algo en condiciones. Y no solo el tipo de comida hoy es distinto, hoy estoy comiendo mucho más tarde que otros días.Comida espectacular y siestecilla de 10 minutos para entonar el cuerpo. Mientras hago la siestecilla cae una pequeña tormenta. Con estos días de tanto calor ya ha habido algún día, por Soria y ahora por Aragón, que he visto tormentas por el horizonte, aunque aún no me ha caido ninguna encima. Esta es la primera y me pilla parado y dura poco.

Retomo Camino, ahora por carretera que despues de la comida de hoy estoy para pocos esfuerzos por el monte, en dirección Calamocha. A partir de aquí lo que haga hasta rematar el día ya estará bien porque lo voy disfrutando a tope con el paisaje y el día que hace.

Llego a Calamocha a las 18:00 tras 78 kilómetros recorridos. Y como me son pocos y aún queda tarde, decido continuar , al menos, hasta Moreal del Campo. Y esto lo hago por caminos, pasando por el Poyo del Cid, lugar donde parece que el Cid ubicó su acuartelamiento en la época en la que estuvo batallando por el control de todas estas tierras. El perfil, como el de casi todo el día, sigue siendo ascendente, pero el pedaleo no se hace fatigoso y llego sin más incidencia a Monreal del Campo a las 20:!0 tras 99 kilómteros recorridos. El final del día ya se me ha hecho algo cansado por el continuo paso de los kilómetros en ascenso y los he hecho muy suave con la seguridad que llego a un pueblo grande donde no me faltará sitio para poder dormir. Lo hago en un hotel de carretera a las afueras del peublo, donde tienen un precio especial de alojamiento y cena. Me da para tomar posesión dela habitación, ducha, paseo tranquilo por el pueblo, cena suave y al catre a dormir.

La jornada de ayer fue bastante ligera comparada con la de hoy. La de hoy más kilometraje y casi todo cuesta arriba, de nuevo con más de 1.000 metros de desnivel acumulado positivo. Y hoy me he hecho más de 7 horas pedaleando, con más de 5 cuesta arriba. 12 horas en total desde que empecé a pedalear hasta que lo dejo. ¡Qué malas costumbres estoy volviendo a tomar!.

Hoy he pasado por Munébrega, Castejón de Alarba, Alarba, Acered, Atea, Murero, Manchones, Daroca, Villanueva de Jiloca, San Martín del Río, Báguena, Burbáguena, Luco de Jiloca, Calamocha, El Poyo del Cid, Fuentes Claras, Caminreal, Torrijo del Campo, Monreal del Campos

Día 6. Medinaceli - Munébrega 93,68 Km

Kilómetros: 93,68
Distancia ascendiendo: 41,69 km 
Desnivel acumulado positivo: 961,20 metros
Altura máxima: 1.022,20 metros
Porcentaje máximo de subida: 7,82%
Porcentaje máximo de bajada: 12,68%
Tiempo pedaleando: 5:27 horas
Tiempo ascendiendo: 2:59 horas
Vel. media en movimiento: 17,20 km/h
Vel. media total: 9,63 km/h
Vel. máxima: 56,54 km/h
Somaén

Camino de Montuenga de Soria con su castillo al fondo

Camino de Ariza

Campos cerca de Cetina con la señalización del Camino

Cruzando la vía del tren en Bubierca

Ateca

De nuevo noche relajada, durmiendo del tirón y reponiendo fuerzas sin mayor novedad.. Así que ni madrugo ni me duermo, como el resto de días, y me pongo a dar pedales a las 09:00.

Creo que el Camino oficial sigue por Medinaceli y lo reodea por el norte para buscar Lodares, pero como me bajé a la Estación, no me voy a meter la pechá de subir otra vez el rampón hasta Medinaceli. Tomaré la antigua carretera nacional siguiente el curso, muy bonito, del río Jalón. Antiguamente la carretera era un hervidero de coches y camiones. Es curioso ver como hoy esa misma carretera parece un carril bici, sin apenas tráfico y por el que se puede ir tranquilamente disfrutando del paisaje. Y como además el recorrido es en casi permanente descenso, se va de maravilla con el frescor de la mañana.

Es un placer recorrer todo el desfiladero y  pasar por Lodares, Jubera y Somaén; este último bien bonito y con unas casas rehabilitadas preciosas y un hotel en el castillo asomándose al desfiladero que es una preciosidad.

Llego a Arcos de Jalón a las 10:00 tras 18 kilómetros recorridos y, como norma que va imponiéndose, llevo el tiempo y kilometraje perfecto para parar a desayunar. Lo hago tranquilamente en un bar en mitad del pueblo y retomo camino tras media hora.

He abandonado las tierras de Castilla que he recorrido en los últimos cinco días. Casi 500 kilómetros que me dejan una sensación muy agradable y me empujan con más ganas a seguir afrontando este Camino del Cid ahora por tierras aragonesas.

Desde Arcos de Jalón abandono carretera para retomar camino hacia Santa María de Huerta y su muy famoso monasterio. De nuevo el día es caluroso y los caminos por los que voy están muy polvorientos. La cadena me suena mucho. Le doy cera de abeja en lugar del aceite de toda la vida, pero me temo yo que ese invento no vale para nada en jornadas tan polvorientas como las que estoy teniendo.

Voy recorriendo todo el valle de la zona de Montuenga con el perfil imponenete del castillo de Montuenga de Soria al fondo. La verdad es que parece que te va hiptonizando y hace que vayas pedaleando sin esfuerzo a su encuentro.

Pasado Aguilar de Montuenga y Montuenga de Soria alcanzo Santa María de Huerta y voy corriendo al monasterio. Y chasco del quince. Además de no sellar no puedo ni ver el claustro. Para acceder a cualquier sitio tengo que comprar una entrada y de nada valen mis suplicas al monje negrito que hay en la entrada para que me deje al menos sacarme una foto en el claustro. Que soy un peregrino, coño. Ni por esas. Le pregunto finalmente si tienen una cafetería o algo para poder descansar tomando un refresco y me señala una máquina de bebidas. Anda y que le den.

Salgo de la intentona de nuevo a la calle decidido a seguir ruta. Son las 12:00 y llevo 32 kilómetros; quizás algo menos de lo que debiera llevar, pero da igual porque no tengo prisa ni nadie que me la meta.

De nuevo el Camino me hace tomar carretera local, ahora en continuo ascenso durante casi 5 kilómetros, abandonando el curso del Jalón en dirección Torrehermosa. Ahora el Camino va a ir buscando Alhama de Aragón.

Desde aquí y durante los próximos 40 kilómetros, hasta que llegue a Ateca, el trazado es netamente descendente.En Monreal de Ariza abandono la carretera y tomo de nuevo camino que no abandono durente casi 25 kilómetros hasta llegar a Alhama de Aragón. Entre medias paro a tomar un refresco en Cetina. Me llego a Alhama de aragón a las 14:00 tras 65 kilómetros recorridos. Se nota que el día de hoy es practicamente descendente en su totalidad; se hacen kilómetros por camino sin problema.

Parada a comer algo en un bar pequeñito, casi a la salida, donde anuncian algo de bacalao que tiene buen aspecto. Y además tenía buen sabor. Una comida bien rica que me he metido.

Salgo de Alhama, de nuevo por camino, a las 15:00. Tomo dirección Castejón de las Armas. Tengo interés en verlo porque nunca he parado allí. Denuevo voy siguiendo el Jalón, a veces por la antigua carretera, a veces por caminos paralelos.

Cuando deben quedarme apenas dos kilómetros para llegar a Castejón, el camino cruza la vía del tren y se mete en un meandro del río donde el sendero se pierde. Y al parar a tratar de distinguirlo veo que lo que también pierde es la rueda delantera. Pinchazo. Cambio la cámara y trato de regresar para intentar llegarme a la carretera de nuevo. Y no pasan ni dos minutos cuando de nuevo pincho. El campo en el que estoy debe estar plagado de espinos que no se ven y si sigo así no tendré cámara sin pinchar para poder seguir viaje. Así que decido ir no arreglar el pinchazo y tratar de salir de alli empujando la bici a pie.

El camino por el que había llegado a tan desdichado paraje hacía un par de cuestas para tratar de evitar la vía del tren. Con la rueda pinchada no creo que pueda hacerlo porque hay mucha arena y resbala mucho. Mi única alternativa es tratar de subirme a la vía del tren. Para subirme tengo que superar un talud de casi dos metros de altura que me cuesta Dios y ayuda subir la bici a pulso con todo el peso que lleva. Y después, casi sin fuerzas, continuo por el borde de la vía, salvando por un puente el curso del río y llegando por fin a un sitio desde el que pude descender el talud y acercarme a la carretera. No sé la de rezos que hice para que no viniera ningún tren en el tiempo que estuve en la vía. Llegado de nuevo a la carretera cambio la cámara pinchada. He pinchado en un santiamén las dos cámaras de repuesto que llevaba. La tercera la di por perdida el primer día cuando la reventé llegando a Santo Doningo de Silos. Y como no me puedo permitir volver a pinchar, decido que no voy a Castejón y que sigo por carretera hasta el siguiente pueblo importante, Ateca, donde ojalá haya algún taller o tienda donde poder hacerme con otras dos o tres cámaras de repuesto.

Y así me llego a Ateca a las 16:40 tras 80 kilómetros recorridos. Y esto tiene mala pinta porque están en fiestas, grandes fiestas, y no sé si habrá algo abierto que no sea un bar. Pregunto en la plaza a unas señoras si saben de una tienda de bicis o similar. Y me mandan a un paisano que saben que no tiene tienda pero algo arregla. El sitio al que me mandan está cerrado así que vuelvo a la plaza. Llego a tiempo de ver como las reinas de las fiestas salen en descapotable hacia la plaza de toros, donde hay corrida de lujo en apenas 15 minutos. Las paisanas de antes me vuelven a ver y se apiadan de mí. Hacen que alguien vaya a avisar a no sé quien para que me traiga parches con los que yo poder reparar los pinchazos. Este es otro de los problemas de no haber revisado nada en condiciones antes de iniciar mi viaje: no me acordé de coger las zapatillas de ciclista, no tenía eslabón de enganche (Aunque sí el tronchacadenas) ni tengo parches. Bueno, estas son las pequeñas dificultades a las que te ves sometido y de las que tengo que salir airoso sin mayot problema.

Al cabo del rato llega el chaval, recontracagado porque por acercarme los parches igual llega tarde a los toros, y me pongo a arreglar las cámaras pinchadas. En ese afán invierto casi una hora y cuando creo que ya han pegado suficientemente los parches retomo mi camino. Devuelvo los parches restantes a las señoras, a las que les esaré eternamente agradecido por su amabilidad y generosidad, y tomo carretera en permanente subida hacia Munébrega en busca del Río Jiloca.

Mientras estaba arreglando los pichazos me dio tiempo para hablar con varios paisanos. La mayoría siempre te preguntan que de donde vienes y a donde vas. Y cuando se lo dices, que para qué lo hago. Y cuando se lo digo siempre se extrañan y te miran como escrutando el mal que te puede estar afectando al cerebelo. Bueno, aquí en Ateca me han dicho "mucho te tié que gustar maño, mucho te tié que gustar".

El Camino oficial hace un pequeño bucle para adentarse unod 15 kilómteros hasta Calatayud y desde ahí remontar el Jiloca, pero como son las 17:45 prefiero hacer esos 15 kilómetros adentrándome en la sierra repleta de olivos, almendros y viñas hacia Munébrega ya que además las paisanas me dicen que en Munébrega podré encontrar hospedaje.

A diferencia del resto del día, en casi continua bajada, desde Ateca me toca ir en permanente subida. Llego a Munébrega a las 18:40 y trato de buscar hospedaje. Hay dos casas rurales; una está cerrada y en la otra me dicen que la tienen completamente reservada unos que están precisamenete saliendo en ese instante. Se trata de los mamarrachos de Seguridad Social, que tocan esta noche en las fiestas de Ateca. Vaya casualidad.

Enel ir y venir de un lado a otro me he estado cruzando con un matrimonio mayor que están sentados a la fresca en un poyete. Hablo un momento con ellos y como se han enterado de todo me dicen que si busco alojamiento que ellos disponen de una casa donde puedo pasar la noche. ¡Y como decir que no!. Así que allá que me voy a que me enseñe la casa. Es el piso alto de la casa donde viven, totalmente independiente, con su habitación, cocina, baño, etc. Le doy a la paisana 20€ en compensación y tomo aposento de la casa y me doy el rutinario duchazo para relajar músculos.

Me dirijo al único sitio donde poder cenar algo, al bar de las piscinas. Allí se está de miedo. A las afueras del pueblo, yo solo. Me tomo un par de bocadillos y encadeno dos o tres cubatas mientras va anocheciendo y yo voy dejándome a mis pensamientos medio tumbado mirando el cielo estrellado.

La etapa de hoy marca una diferencia en todo: dejo Castilla para adentrarme en Aragón, paso de los campos agistados y polvorientos a las montañas y ríos aragoneses, velocidad media en movimiento de 17 km/h, desnivel acumulado ascendiendo inferior a los 1.000 metros, tiempo de pedaleo ascendiendo similar al de descendiendo, porcentaje máximo de subida inferior al 10%, ... Parece que no solo cambio de comunidad autonóma.

Hoy he pasado por Medinaceli, Lodares, Jubera, Somaén, Arcos de Jalón, Aguilar de Montuenga, Montuenga de Soria, Santa María de Huerta, Torrehermosa, Monreal de Ariza, Ariza, Cetina, Alhama de Aragón, Bubierca, Ateca, Valtorres, La Vilueña, Munébrega.