Distancia ascendiendo: 48,07 km
Desnivel acumulado positivo: 1.737,30 metros
Altura máxima: 1.165,10 metros
Porcentaje máximo de subida: 20,47%
Porcentaje máximo de bajada: 17,66%
Tiempo pedaleando: 6:05 horas
Tiempo ascendiendo: 3:49 horas
Vel. media en movimiento: 15,26 km/h
Vel. media total: 10,46 km/h
Vel. máxima: 54,38 km/h
Castillo y Parador de Sigüenza |
Saliendo de Atienza |
Congostrina y la sierra de Ayllón al fondo |
Llegando a Pelegrina, en el Río Dulce |
Desde el patio de la casa del Duque de Kakas |
La noche la paso de nuevo del tirón, descansando lo suficiente para descansar y reponer fuerzas. Aunque me estoy haciendo ya 90 kilómetros al día con jornadas de más de 6 horas reales pedaleando, como voy yo solo me voy gestionando los tiempos de pedaleo y descanso según lo voy necesitando. Ayer hubiera hecho más de 100 kilómetros, para haber dormido por el Río Dulce, si no llego a perder las 2 horas con la rotura de la cadena; pero eso es lo bueno y lo malo de ir solo: te has de arreglar siempre por tí mismo a la vez que te permite gestionarte completamente sin dependencias externas.
Otra mañana que despierto temprano pero sin exagerar, otra vez la rutina de vestirme de ciclista, guardar todo en las alforjas, poner todo en la bici y a dar pedales. Y otra mañana que se levanta fresca pero apuntando a día de sol radiante. Y con esas comienzo a pedalear, dejando atrás la bonita silueta de Atienza con su castillo abarcándolo todo, a eso de las 09:00.
Ayer ya empecé a ver como las distancias crecen exponencialmente si sigues por la ruta oficial del Camino en lugar de hacer el trayecto lo más rectilineo posible. Este Cid no tenía gps, ni carreteras abiertas por mitad de los montes ni nada que no fuera ir de aquí para allá peleando con moros y más moros. Y así hace que el Camino que trata de recrear el recorrido que siguió en su exilio se convierta en un continuo zigzag. Y si ayer ya lo pude comprobar, hoy me será bien palpable. Mi destino hoy ha de ser Sigüenza. Según miro en la documentación, la distancia por el Camino será de unos 90 kilómetros de idas y venidas varias por los montes de la zona, para lo que echaré toda la jornada. Sin embargo, según salgo de Atienza veo un cartel en la carretera que indica que está a solo 30 kilómetros. Esa distancia, por carretera y terreno más o menos llano, me la podría hacer en poco más de una hora y sin sudar. Pero la realidad es que haré el triple de kilómetros y sudando la gota gorda; pero compensa, y mucho, por los paisajes que se recorren y los sitios y gentes que vas viendo y conociendo.
Empiezo por tanto como todos los días, con ganas de tener un día de bici reconfortante, con ganas de hacer kilómetros y kilómetros y con idea de que ya llevo una pila de kilómetros hechos, casi 300, pero sabiendo que aún me quedan más de 1.000 por hacer. Y pensar todo lo que me queda por recorrer y por disfrutar me motiva y anima a seguir dando pedales durante todo el día.
Tomo carretera en dirección Hiendelaencina. Creo que hasta Robledo de Corpes se podría ir por La Cañada Real Riojana que recorre los collados de toda esta estribación de la sierra de Ayllón; pero llegar hasta ella desde Atienza no sé muy bien si lo podría hacer con la bici y las alforjas, así que me decido por ir por la carretera que transcurre por el valle. De nuevo carretera secundaria solitaria que voy recorriendo muy agradablemente mientras se va encajonando entre farallones de piedra y comienza a repechar de forma constante hasta llegar al desvío hacia Robledo de Corpes a los 16 kilómetros de haber salido de Atienza. Son las 10:00.
Como hay alguna versión que localiza aquí algún episodio de la afrenta de Corpes o hechos asociados a la afrenta, me decido a desviarme hasta Robledo para sellar y ver si hay algo que lo recuerde. Tiempo perdido. Ni sello ni nada de nada que merezca la pena el desviarse. 5 kilómetros y 20 minutos invertidos para nada.
Continuo por la carretera, ahora por terreno más bien descendente, hacia Hiendelaencna, donde llego a las 10:35 tras 23 kilómteros recorridos. Parada para desayunar algo en la plaza del pueblo y sellar en una casa rural cercana. Retomo camino, de nuevo por carretera, a las 11:20 en dirección Jadraque. De nuevo sé que si tratara de seguir el reccorido oficial por camino podría lograrlo y que me llevaría junto al embalse de Pálmaces, de reciente construcción y por donde iba a montar en bici hace 25 años cuando no estaba construido, pero sigo sin fiarme mucho del estado de estos caminos tan poco transitados por bicis. En cualquier caso la ruta por carretera no se aleja mucho del posible recorrido por caminos y voy viendo el mismo paisaje del que disfrutaría yendo por los caminos.
La carretera sigue mayoritariamente por terreno descendente, aunque con algún repecho que me hace esforzarme de vez en cuando, hasta que las ganas de dejar la carretera y tomar caminos me hacen parar en Congostrina y tratar de retomar desde ahí el Camino que va a Pinilla de Jadraque. Y lo hago porque veo en la documentación que llevo que indica que se puede hacer y, de hecho, veo alguna indicación de ello en el pueblo.
Las indicaciones me marcan que debo remontar un cerro empinado en cuyas faldas se asienta Congostrina. Tras media hora de empujar la bici termino por comprobar que el camino señalizado no es ciclable con alforjas y vuelvo a ver demostrado que este Camino del Cid está orientado a hacerlo en coche o a pie, pero el recorrido con bici con alforjas aún no está logrado.
Despues de media hora de intento vano y dejarme la mitad de las fuerzas del día empujando la bici cuesta arriba por el cerro, vuelvo a la carretera y continuo dirección Jadraque, con intención de llegar lo antes posible para comer algo y tener toda la tarde libre para hacer la hoz del Río Dulce tranquilamente.
Y así es como a las 13:20 llego a Jadraque tras 50 kilómetros recorridos. El pueblo está en fiestas y en la oficina de turismo, dond evoy a sellar, no paran con banderines, carteles, indicaciones, y no sé cuantas cosas. Me voy a las piscinas a tomarme un buen bocadillo a la sombra porque hoy de nuevo es día de sol de justicia.
Tras el pertinente descanso para comer retomo ruta a las 14:30, dejando a mis espaldas el imperionante castillo del Cid. Ahora no trato de buscar los caminos que pueda seguir; enfilo directo en dirección a la Hoz del Río Dulce, donde podré disfrutar de caminos sin asfalto. Según salgo de Jadraque veo que han debido soltar algo en algún comedero de buitres cercano porque debe haber al menos 30 sobrevolando bajo, más lo que haya en el suelo comiendo. Un espectáculo.
La salida de Jadrauqe se hace por una cuesta arriba bien pronunciada para rmontar el Alto del Pendón. No está mal para estar recién comido, a las 14:30 y con un sol de justicia. A partir de ahí, y hasta llegar a Aragosa que es la puerta sur de la Hoz del Rïo Dulce, son casi 22 kilómetros de ruta ascendente en los que tardo una hora en recorrerlos. En Aragosa sello y veo más buitres rondando.
Hasta Aragosa llevo 72 kilómetros. Desde aquí me resta hacer los poco más de 10 kilómetros de la Hoz más la distancia desde Pelegrina hasta Sigüenza. Tengo tiempo más que de sobra poruqe hoy quiero dormir sin duda en Sigüenza para así poder compartir cena con mi amigo el Duque de Kakas. Obviamente ese no es su nombre, pero así se hace llamar en plan colega. Es un tipo al que encontré paseando mientras yo iba con la bici en paralelo a la tapia del Pardo en las inmediaciones de Tres Cantos. Entablamos conversación, nos cambiamos los móviles y hemos tratado de vernos un par de veces desde entonces. Hoy le he llamado y me ha confirmado que está en Sigüenza y que estoy invitado a su casa. Todo un detalle por su parte.
Hago la Hoz del Río Dulce, que es un paseo de lo más agradable, y me planto en Pelegrina a las 17:00 tras 83 kilómteros recorridos. Desde aquí subida fuerte de casi 4 kilómetros hasta alcanzar la carretera, ya en terreno lano, que me llevará hasta Sigüenza.
Llego a Sigüenza a las 17:45, hora más que razonable y con más de 90 kilómetros hechos. Me da para sellar en la oficina de turismo y de llamar al Duque de Kakas y tomarme con él una cerveza junto a la catedral donde está la sepultura del Doncel. De ahí a su casa, donde me meto duchazo, y me lleva en su coche a ver la iglesia de la Virgen de la Salud de Barbatona, los nacederos del río Dulce en Estriégana y ver atardecer en Saúca mientras tomamos una cerveza. Qué cielos tan bonitos los de Castilla. Despues regreso a su casa donde tendré el honor de cenar con su madre y su hermana Pilar. Nos atiende Magda, una polaca jovencita que atiende la casa y que me dice qu ele gustaría hacer el Camino de Santiago. Quedamos en que saldremos a montar en bici cuando regresen a Madrid y haremos el Camino del Norte.
Hoy el desnivel acumulado de ascenso ha sido aún mayor del de ayer, con un par de tramos de rampas del 20%, pese a lo que la velocidad media en movimiento ha pasado de 15 km/h y sobrepasando los 90 kilómetros de atapa; así que me merezco de nuevo un buen descanso.
Me voy a dormir a la habitación que tan amablemente me han dejado. Muchas gracias Pablo y familia por el trato dispensado, de matrícula sin duda.
Hoy he pasado por Atienza, Naharros, Robledo de Corpes, Hiendelaencina, Congostrina, La Toba, Jadraque, Bujalaro, Matillas, Mandayona, Aragosa, La Cabrera, Pelegrina, Sigüenza.
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