viernes, 5 de junio de 2009

Camino de Santiago 2009. Desenlace




Como dije el año pasado al finalizar el Camino, todo llega en esta vida, y todo pasa. Otro año más. Ojalá queden muchos otros.

He tardado casi un mes en publicar este desenlace. Lo ha motivado el que quiero poner muchos datos de las etapas hechas. Me ha llevado mucho trabajo hacerlo y no le he dedicado el tiempo necesario.

Ahora ya he recopilado y digerido toda la información y puedo comentarla.

Hago un inciso para indicar que los bojjjjjjjjjjsssss de mis colegas estarán actualizados. He añadido el enlace al de Pani y al de Pedro. Leedlos también.

Antes de nada quiero dar las gracias a mis colegas por haberme permitido realizar este fantástico viaje junto a ellos: los ya añejos Luis y Julio, el novel en estas lides Pedro y el experto pero primer año junto a nosotros, Pani. Tampoco quiero olvidar a Andrés, a quien sólo la mala fortuna en forma de indisposición física en el último momento le impidió hacer el Camino con nosotros. Seguro que todos, más los que se quieran unir, repetiremos.

Y gracias, por supuesto, a todos los que estuvieron pendientes de nosotros y nos dieron su apoyo y ánimo, ya sea vía comentarios al blog, vía llamadas y mensajes, o simplemente por acordarse de estos impenitentes pecadores.

Este Camino ha sido muy diferente al del año pasado, por la orografía, por el poco ambiente peregrino, por las escasas infraestructuras peregrinas, el mal tiempo metereológico que nos acompañó casi todos los días (aunque más benigno que el previsto antes de comenzar), los muchos percances físicos y mecánicos sufridos (los psíquicos son ajenos al Camino) y por tantas otras cosas.

Eso no hace más que refrendar el dicho de que Caminos hay tantos como peregrinos. Cada peregrinaje es un Camino distinto. Con la poca experiencia ya cosechada, diría que para hacer un Camino con encanto y ambiente peregrino, hay que hacer el Camino Francés. Para hacer bicicleta y disfrutar de paisajes como ninguno, este del Salvador y Primitivo. Y un Camino para recordar siempre, cualquiera de ellos.

Cuando repita el Camino, algo que no voy a dejar que vuelva a pasarme es ir sin la debida preparación. Durante el mes anterior a empezar, y por distintos motivos, sólo había salido en una ocasión y para hacer poco más de 20 km por el carril ciclista. Lo pagué caro. El primer día lo hice sin problemas hasta que los tuve. Subí sin muchos problemas las dificultades de ese día (Loma de San Pelayo, Buiza, Collada de Villasimpliz), pero cuando las patas dijeron basta y empezaron los amagos de tirones, llevábamos ya más de 50 km, juntándose con la tormenta de nieve y tardé una hora en hacer los últimos 5 km de subida a Pajares, cuando de haber estado en condiciones normales lo hubiera hecho en menos de la mitad de tiempo y sin el calvario psicológico que sufrí. El ánimo de mis colegas, en especial Pedro que no me dejó un sólo instante, la llegada al Alto y el café caliente en Casa Pernales fueron suficientes, e imprescindibles, para poder seguir.

Otro incidente serio fue el problema del desviador del cambio que sufrí nada más empezar el tercer día. Gracias a María José por querer solucionarlo subiéndome otra bici desde Madrid (que por los tiempo tan apretados con los que nos movíamos lo hacían irrealizable), gracias a mis colegas por tratar de solventarlo y acompañarme hasta Trubia y gracias a mis salvadores, cuyos nombres lamento no recordar, del taller mecánico Tino de Trubia y el panadero del pueblo. Gracias a ellos pude continuar el Camino.

Una de las cosas maravillosas del Camino y que te hace reconciliarte con la especie humana son todas estas personas con las que te cruzas y que de forma desinteresada te prestan un poco de su tiempo y dedicación para poder solventar cualquier necesidad o apuro que tengas. Gracias a Marisa del Albergue de Pajares, a los ya mencionados de Trubia, a Tino de Cornellana, a Antonín de la Nueva Allandesa, la dueña del Cantábrico en Fonsagrada, y tantos otros que me dejaré a buen seguro en el tintero.

Hay otras muchas cosas que se me quedarán en el recuerdo de este Camino para siempre: la alegría al reencontrame con mi familia, la cantidad de problemas físicos y mecánicos, los bellísimos paisajes por los que transcurre continuamente, la cantidad de puertos pasados (recuérdese que vamos con las alforjas lo que hace las cuestas arriba especialmente penosas, más áun si es en tierra y con piedras sueltas), las gozosas y kilométricas bajadas a lo belga (Pajares, Tineo, Grandas de Salime), la increíbles cuestas de los caminos (nos costó dos días darnos cuenta que en este Camino hay muchísimos tramos no ciclables y recordaremos siempre la Loma de San Pelayo y el camino entre Santa Marina y Llanos de Somerón), las grandes y provechosas jamadas en Mieres, Cornellana (espectacular Casa Dany), Pola de Allande (pedazo cena de entrante y tres platos, incluido pote asturiano, en la Nueva Allandesa), el pulpo en Fonsagrada y Melide, el chuletón de kilo en Lugo, la mariscada en Santiago (mejor la del año pasado), las frases de los lugareños de Santa Marina cuando nos vieron queriendo seguir subiendo hacia Llanos de Somerón ("habéis pasado lo malo, ahora os queda lo peor" o "ahí morís"), y tantas otras cosas vividas.

En Fonsagrada mi cuentakilómetros marcaba 2.500 km, que unidos a los 2.000 aproximadamente que tendría el anterior, indican que en los dos años que venimos saliendo muchos fines de semana, más lo hecho en estos dos Caminos, llevo hechos unos 4.500 km, que es algo más de la distancia entre Madrid y Moscú, pasando por Francia, Luxemburgo, Alemania, Polonia y Bielorrusia. Ya se sabe, tacita a tacita.

También me acuerdo del día de la subida al puerto de La Espina. Al llegar a Tineo, punto intermedio de la etapa, ya se nos había echado la tarde encima y la necesidad de llegar como fuere antes de que anocheciera a Pola de Allande nos hizo ir por la carretera que se nos señalizaba a la salida de Tineo. Si hubiera mirado el GPS, hubiera comprobado que había otra carretera, por la que me dirigía el track, cinco kilómetros más corta y prácticamente llana sin más dificultad que el pequeño puerto de 3 km de Piedratecha a la salida de Tineo. Por contra, disfrutamos de una bajada de 14 km deliciosa hasta Gera, pero sufrimos una subida interminable de 16 km que nos costó dos horas y cuarto rematarla, lo que nos hizo llegar a Pola de Allande en estado pre-mortem.

También quiero recordar a la anciana que vimos casi desfallecida, sin más apoyo que su bastón, antes de llegar al Monte del Gozo. Era una señora de muy avanzada edad que caminaba con mucha dificultad. La habíamos visto la noche anterior en Arzúa. Mientras que íbamos a cenar a eso de las diez de la noche, vimos a esa señora caminar encorvadamente con su mochila a la espalda. Ya nos llamó la atención. Era la misma señora que estaba detenida, de pie, a un lado del camino bajo un sol abrasador y con aspecto de derrumbarse en cualquier momento. Afortunadamente nos dimos cuenta al pasar a su lado que quizá necesitaba ayuda y nos dimos la vuelta para ofrecérsela. Resultó que, en efecto, la señora no llevaba agua y estaba sufriendo una especie de lipotimia. Nos aprestamos a darle la nuestra. Para encontrarnos a esa señora en ese punto resulta necesario deducir que hizo el tramo Arzúa-Santiago caminando sin descanso toda la noche. ¿Desde dónde venía?. ¿Cuántos días y noches llevaba haciéndolo?. ¿Qué le impulsaba a ello?. Es increíble la capacidad del ser humano.

Antes de pasar a indicar los datos del Camino recorrido, sí quiero destacar las extremada dureza de la subida a la Loma San Pelayo (gran momento vivido observando la capacidad logística del cuerpo de zapadores e ingeniería mecánica metrera), el tramo de subida que hicimos en Santa Marina (14% de pendiente media), los muchos puertos de más del 5% de pendiente media que atravesamos, los 16 km de subida extenuante en forma de continuos dientes de sierra desde Gera, los 20 km de subida también extenuante desde la presa de Grandas de Salime hasta el puerto del Acebo, sin olvidarnos del Pajares, La Espina y El Palo.

En cuanto a números, hemos hecho 508 km, a una media diaria de 63,43. Lo previsto eran 460 a una media diaria de 57,43. Nos salieron por tanto 48 km extra, lo que hace que sólo hiciéramos 25 km menos que el año pasado. Hemos estado en total 39 horas y 41 minutos pedaleando (hay que sumar los tiempos de parada y descanso), lo que nos da una media diaria de 4 horas y 57 minutos, con etapas, como las del Pajares y El Palo, con más de 6 horas pedaleando. La velocidad media pedaleando ha sido de 12,88 km/h, sólo 1 km/h menos que el año pasado, lo que indica que además de hacer muchos puertos, los hemos hecho a buen ritmo. En cuantos a tramos puramente llanos, el GPS ha detectado que hemos hecho un total de 66,5 km (lo que supone sólo un 13,6 % del total recorrido) a una media de 18,03 km/h.

Adjunto los datos de la veintena de puertos que nos hemos metido entre pecho y espalda. Hacen un total de 110 km a un porcentaje medio del 4% para los que tardamos algo más de 20 horas.
Según el GPS, que no grabó todo el recorrido pero sí más de un 85% del mismo, la cota máxima ha sido de 1.392 metros y la mínima de 39 metros. El desnivel de subida acumulado ha sido de 18.458 metros (dos veces y cuarto la subida al Everest) y el desnivel de bajada acumulado de 19.111 metros (casi dos inmersiones a la fosa de las Marianas). Hemos estado ascendiendo 229 km (es decir, además de los 110 km de tramos que son considerados puertos, hemos estado subiendo otros 119 km), lo que representa el 45% del total recorrido.





Por último, un fuerte Ortum Tedeum y rematamos adjuntando el track realizado y los datos estadísticos extraidos del GPS:







Camino del Salvador y Primitivo















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lunes, 4 de mayo de 2009

Día 8. Arzúa - Santiago. 41,91 Km





Kilómetros: 41,91
Tiempo pedaleando: 3:14:11
Vel. media: 12,94
Vel. máxima: 58,70

El albergue estaba hasta la bandera. Casi todos andarines y muchos franceses. A las seis y media han empezado a sonar despertadores. A las siete han encendido las luces.

Los andarines no han estado más que dando voces, hablando alto y creyéndose solos en el albergue. Ha habido un anormal que iba arrastrando los pies al andar. Iba con unas chanclas y ha estado yendo y viniendo haciendo el trenecito unas cuantas veces. Le hubiera matado.

Despues de que se fueran los andarines han vuelto a apagar la luz y hemos seguido durmiendo hasta las nueve. Desayuno y a volver a montar en la bici. Antes de empezar a pedalear Pani se da cuenta que tiene un eslabón de la cadena mal. A cambiarlo. Menos mal que trajo repuesto.

Empezamos a hacer kilómetros con otro día soleado por la campiña gallega sin más contratiempo. Como se nota que ya estamos en el Camino Francés. Hay peregrinos por todos los lados.

Antes de hacer la subida a Lavacolla Pedro pincha. La verdad es que este año no nos ha faltado de nada.

Por fin, a eso de las tres de la tarde llegamos a Santiago. Las familias nos esperan con las camisetas conmemorativas en la Plaza del Obradoiro. Hoy se ha sumado Yolanda.

Abrazos múltiples, fotos y demás. Otro año más lo hemos hecho. Vamos a abrazar al Santo, a sellar credencial y a obtener la Compostela. Terminamos comiendo algo y yéndonos al hotel a ducharnos y a descansar.

Esta noche a dormir a gusto para ir mañana a la misa del peregrino y mañana vuelta a la rutina de Madrid.

Hoy hemos pasado por Arzúa, Pregontoño, A Peroxa, Calzada, Calle, Boavista, Salceda, Brea, Cerceda, Santa Irene, A Rúa, Pedrouzo, San Antón, Amenal, Cimadevilla, San Paio, Lavacolla, Sabugieria, Vilamaior, San Marcos, Monte do Gozo, Santiago de Compostela.

Día 7. Lugo - Arzúa. 66,86 Km




Kilómetros: 66,86
Tiempo pedaleando: 5:15:42
Vel. media: 12,70
Vel. máxima: 60,61

Anoche nos fuimos a cenar con mi familia a un restaurante del centro de Lugo. Nos metimos un buen homenaje con chuletón de Lugo de a kilo incluido.

El hostal donde estábamos está en un sitio lleno de bares. No dejamos de escuchar gritos y gente borracha hasta las 5 de la madrugada. Con todo eso nos levantamos no muy temprano, ya es habitual, y desayunamos antes de visitar la catedral y empezar a pedalear.

Por primera vez el día es luminoso y bonito. Veamos si podemos disfrutar de él.

Hoy también se incorporan a la caravana de seguidores mi hermano Alvaro con la su muller e filla. Lo harán por la tarde, cuando tenemos previsto llegar a Melide para tabicarnos un pulpo.

Por fin podemos hacer muchos kilómetros por caminos en vez de carreteras. Caminos además muy bonitos por los que es una delicia ir.

Hacemos la primera parada para reponer algo en San Román de Retorta. Nos ponen unas cervezas y un plato de embutidos en una mesa al sol bajo un horreo. Qué placer.

Proseguimos viaje a eso de las tres, tras una horita de descanso. Aún hemos de pasar el último puerto de este Camino, el del Toques, que separa Lugo de La Coruña. Cuando tenga un rato voy a contar todos los puertos por los que hemos pasado, habremos hecho una veintena casi seguro. ¡Qué Camino tan duro!. El Francés es un paseo comparado con este.

Julio se ha vuelto a tomar la pastilla y va petao. Luis a ratos. Coronamos Toques a eso de las cinco y media. Vamos viendo por la hora que es, y teniendo en cuenta que hemos de parar en Melide a meternos el pulpo, si elegimos quedarnos en Melide, si seguimos hasta Ribadixo, o si volvemos a hacer más kilómetros de los previstos y nos llegamos a Arzúa.

Llegamos a Melide a las seis y media. Encuentro de nuevo con mi familia, pulpo en Ezequiel y, dado que en Ribadixo cierran el albergue a las diez, nos decidimos a llegarnos hasta Arzúa para tener más tiempo para la cena con mi familia.

Desde Melide hasta Arzúa hacemos buena media y nos llegamos sin mucho esfuerzo, pero la acumulación de kilómetros y de días se va haciendo notar.

Al llegar a Arzúa nos alojamos en el albergue y nos vamos a cenar. Mañana último día y llegada a Santiago.

Hoy hemos pasado por Lugo, A Ponte, San Lázaro, Casa Balea, Fornelo, Seoane, Carrigueiros, Burgo de San Vicente, Uceira, Bacurín, San Miguel de Bacurín, San Pedro de Abaixo, San Román de Retorta, O Burgo, Vilacarpide, Pacio, Pena da Galiña, Mosteiro, Ferreira, A Leboreira, Codeseda, San Xurxo, Montecelo, Ribadal, Merlán, Castro das Seixas, Pazo do Monte da Baixo, Hospital, Alto de Toques, Vilouriz, Pazo de Arriba, Eirexe, Villamor, Irago de Arriba, Mascaño, Melide, O Carballal, Barreiro de Abaixo, Boente, Alto Fonte da Plata, Castañeda, Ribadixo da Baixo, Arzúa.

jueves, 30 de abril de 2009

Día 6. Fonsagrada - Lugo. 63,45 Km





Kilómetros: 63,45
Tiempo pedaleando: 4:36:22
Vel. media: 13,77
Vel máxima: 55,36

Amanece lloviendo. Hemos dormido de miedo. Desayunamos en un bar y empezamos la etapa.

Hoy sí que nos llueve con ganas desde el minuto cero y con frío. La carretera mezcla continuamente subidas a pequeños puertos con bajadas vertiginosas. El problema es que la lluvia es incesante y vamos empapados hasta los tuétanos. Pasado Montouto, en Paradavella, paramos a tomar algo caliente y tratamos de escurrir lo que se puede de los guantes y los abrigos. Podríamos rellenar varias botellas. Tenemos los pies y las manos más mojados que si los hubiéramos metido en una piscina.

El no haber forzado mucho ayer en los puertos lo veo recompensado en que hoy me duelen menos las patas.

Seguimos con la lluvia incesante. Lástima que despues de los días de enorme esfuerzo que llevamos cruzando y cruzando interminables montañas y haciendo siempre kilómetros de más respecto a los previstos, en el día de hoy que aparentaba ser una etapa más descansada y de disfrute, la lluvia nos impida hacerlo.

Pese a todo, llegamos a Castroverde, mitad de la etapa de hoy, hacia la una. Paramos de nuevo a escurrir y a tomar algo con la idea de despues seguir del tirón hasta Lugo. A ver si por un día llegamos medianamente temprano a destino.

Tenemos la suerte de que para de llover y, aunque no sale el sol, el pedalear se hace más comodo. Además tenemos la oportunidad de empezar a coger caminos de nuevo entre bosques, por lo que en esta parte de la etapa empezamos de nuevo a disfrutar.

Llegamos finalmente a Lugo. Mi familia ha salido también de Madrid al medio día y nos juntaremos esta noche para cenar. Se agradece porque los echo mucho de menos.

Llegamos al albergue de peregrinos, dentro de las murallas de Lugo, pero al decirnos que cierran a las diez, volvemos a buscar una pensión y a tratar de disfrutar un poco de la noche con mi familia.

Ya sólo nos quedan dos días para llegarnos a Santiago. Poco más de 110 kilómteros. Hemos pasando un calvario en estos días y nos ha costado, pero estamos a tiro de piedra. Y con la familia al lado. Vale la pena el esfuerzo.

Hoy hemos pasado por Fonsagrada, Padrón, Vilardongo, Pedrafitelas, Alto de Montouto, Montouto, Alto de Cerredo, Paradavella, A Degolada, Lastra, Alto de Fontaneira, Fontaneira, Alto de Carballín, O Cádavo, Alto de Vaqueriza, Vilalle, Castroverde, San Miguel do Camiño, Penalonga, Souto de Torres, Moreira, Nadela, Vilar de Cas, Soutomerille, Muiño de Pallota, Gondar, Bascuas, Carballido, Fazai, Lugo.

Día 5. Pola de Allande - Fonsagrada 75,12 Km




Kilómetros: 75,12
Tiempo pedaleando: 6:17:52
Vel. media: 11,92
Vel. máxima: 52,50

Nos levantamos con propósito de no salir tarde, pero todos los días lo hacemos más tarde de lo previsto, aunque hoy no mucho. Lo primero del día es subir el Puerto del Palo, de 14 kilómetros y el que dicen más duro de toda la ruta.

A diferencia del camino Francés del año pasado en el que tras dormir las patas se recuperaban sin problemas, en este camino es imposible y cuando te levantas por la mañana te duelen todas las patas de arriba a abajo.

Pese a que me pongo Bálsamo de Tigre, y con los puertos que hay que subir hoy, me propongo no forzar en absoluto y me hago todo el puerto a 6 km/hora. Hoy Pani está como una moto y tira en toda la subida sin parar.

El puerto es bellísimo y se disfruta mucho con las vistas. Cuando llegamos al alto, hace mucho frío, llueve y hace niebla. Hemos tardado en subirlo unas dos horas, subiendo 900 metros de altura.

Desde ese momento empezamos, siempre por carretera porque los caminos están impracticables, a tirar en dirección Grandas de Salime.

Otra diferencia con el Camino Francés es que los albergues están casi todos cerrados, las iglesias también y los caminos están casi sólo practicables para andarines, lo que te condena a hacer mucha carretera cuando lo haces en bicicleta.

A la altura de Lago paramos a tomarnos un reconfortante café. Tras otros pocos kilómetros de fatigosa subida, nos esperan unos diez kilómetros de deliciosa bajada hasta el embalse de Grandas de Salime. Espectacular paisaje.

Desde el embalse nos quedan 6 kilómetros de otra penosa subida hasta el pueblo de Grandas de Salime. En él nos quedamos a comer antes de proseguir camino, de nuevo por carretera, dirección Fonsagrada.

Según salimos de comer hay que seguir subiendo otros diez kilómetros. Estamos haciendo más puertos en este Camino que los que vamos a hacer en el resto del tiempo que montemos en bici. Llevamos 3 días absolutamente difíciles y exigentes, si no los 5 que llevamos.

Nos llegamos finalmente, de nuevo muy cansados, a Fonsagrada y de nuevo nos encontramos que el albergue está pasado el pueblo. Otra vez que dada la hora y el cansancio que llevamos, decidimos no hacer un kilómetro de más y nos quedamos en la Pensión Cantábrico. Cenamos como reyes, pulpo incluido, y nos vamos a dormir.

Hoy hemos pasado por Pola de Allande, El Mazo, Colobredo, Peñaseita, Fuente Les Muyeres, Puerto del Palo, Montefurado, Lago, Berducedo, Vistalegre, Grandas de Salime, Cereijeira, Castro, Peñafuente, Puerto del Acebo, Fonfría, Paradanova, Fonsagrada.

Día 4. Cornellana - Pola de Allande. 68,67 Km




Kilómetros: 68,67
Tiempo pedaleando: 5:21:57
Vel. media: 12,79
Vel máxima: 47,25

Hemos dormido muy bien y vamos a desayunar a Casa Dany de nuevo. Desayuno fenomenal y empezamos la subida al Alto de la Espina por el Camino. Antes pasamos por Salas y nos compramos unos Carajitos, unos dulces de avellana muy ricos.

Saliendo de Salas empieza realmente la subida del puerto. Se hace por un bosque precioso con un río al lado. A mitad de subida, y tras un par de rampas en las que había que bajarse de la bici y empujar, decidimos terminar la subida por la carretera.

Pani va desde el segundo día tocado de la rodilla. Hoy Julio se ha debido pasar con alguna pastilla y tira menos que el pedo de un marica. A Pedro también empieza a molestarle una rodilla.

Cuando llegamos al alto hemos tardado casi dos horas en completarlo. Si ayer nos hubiéramos empeñado en subirlo en vez de dormir en Cornellana, hubiéramos muerto seguro.

Nos vamos llegando sin mucho contratiempo hasta Tineo, mitad de etapa. Nos quedan 30 km todavía hasta Pola de Allande. Poco más adelante está la varinate de Hospitales, 15 kilómetros de solitarios e inhóspitos parajes que sólo se recomienda hacerlo por la mañana y con buen tiempo.

Como además son las cinco de la tarde, decidimos otra como la de ayer, carretera como locos y a hacer kilómetros. A partir de Tineo pillamos una bajada preciosa de unos 14 kilómetros; pero a partir de ese momento y hasta la llegada a Pola de Allande, todo es subida. No sé por qué, pero además de empezar nuevamente a llovernos, los kilómetros que nos van quedando aparentan ser más a medida que avanzamos. Las cuentas no nos salen.

El cansancio es tremendo, las montañas asturianas son muy exigentes. No vemos el momento de llegar y el cansancio físico se une al psíquico. Al final llegamos a Pola de Allande hacia las ocho de la tarde, muy cansados.

El albergue está tres kilómetros pasado el pueblo, al comienzo del Puerto del Palo. En ese momento todos desistimos de seguir y nos quedamos en la Nueva Allandesa a dormir. Bueno, y a cenar. Nos acoge Antonín, el propietario, y estamos conversando con él un buen rato. Nos prepara un menú de peregrino de los que hacen época, con tres platos, el paté de morcilla y el vino. Todo delicioso. Llego a la cama redondo como un botijo y emulo a Luis, me duermo antes de meterme en la cama.

Hoy hemos pasado por Cornellana, Espinedo, Villampero, Puente Villampero, Quintana, Casazorrina, Mallecín, Salas, El Llanón, El Couz, Alto de Porciles, Bodenaya, Alto de La Espina, La Pereda, La Millariega, El Pedregal, El Crucero, Tineo, Piedrafita, Quintaniella, Santullano, La Estrella, El Peligro, Gera, San Roque, San Facundo, Cerviago, San Félix, Ablaneda, Villafrontú, Pola de Allande.

Día 3 Oviedo - Cornellana. 51,25 Km





Kilómetros: 51,25
Tiempo pedaleando: 4:01:19
Vel. media: 12,79
Vel máxima: 48,20

Tras dormir y desayunar fantásticamente en el hotel que nos buscó María José, vamos a vistar la Catedral de Oviedo. Bien bonita. Visitamos al Salvador, que para eso hacemos esta parte del camino, y salimos de Oviedo. La salida está mal señalizada. Gracias a los mapas que llevamos nos vamos orientando.

Lo primero que nos toca es hacer una subida de 10 kilómteros por caminos hasta Cornellana, pero poco antes, a la altura de Loriana, Julio pincha. Lo arreglamos rápido y al volver a coger mi bici el cambio suena mucho. Despues de tratar de ver qué le pasa, de tocar los tornillos del cambiador y no sé cuantas cosas más nos damos por rendidos. La pieza entera del desviador se ha movido y éste va dando en la corona, impidiendo caminar.

Preguntamos el sitio más cercano donde puede haber un taller de bicis y nos dicen que en Oviedo. Eso significaría renunciar porque no disponemos de días para perder. Dejamos la cadena para que me funcione sólo el plato pequeño (las marchas más cortas) y con eso decidimos terminar la subida a Escamplero y desviarnos de la ruta hasta Trubia. Allí nos dicen que hay tiendas de bicis.

Nos llegamos a Trubia y allí nos dicen que no, que donde hay tiendas de bicis es en Proazas, otros 14 km más desviados aún de la ruta. En ese momento ya creo que debo desistir y dejar que mis compañeros sigan sin mí. María José me pone un mensaje diciéndome que se coge un día libre y me lleva otra bici, pero no compensa.

Veo que hay un taller de coches y pregunto. Sale un chaval que empieza a mirarme la bici. Despues se acerca el panadero con la furgoneta y entre uno y otro dan con el problema. La pieza entera del desviador debe haberse aflojado y a base de ir mirando el cambio logran ponérmela para que, aunque los cambios no terminan de ir bien del todo, sí lo suficiente para proseguir ruta. El taller se llama Tino. Muchas gracias a los dos por salvar mi Camino.

Comemos algo rápido y vemos que ya son las dos de la tarde y no hemos hecho más que 10 kilómetros. Seguimos por carretera hasta Grado. Al hacer una foto en grupo con el automático, a la altura de Peñaflor, la bici se desestabiliza y se cae. La cámara estaba apoyada en el sillín de la bici. La carcasa del objetivo se abolla, pero la cámara aparenta seguir pudiendo hacer fotos.

Seguimos camino y nos proponemos, ya que vamos yendo por carretera y avanzamos más, tratar de recuperar el tiempo perdido por la mañana. El objetivo es llegar a Cornellana, al pie del puerto de la Espina, o incluso subir éste hasta Bodeyana.

Subimos el alto de Cabruñana por paisajes bien bonitos y duros caminos por los que en algún momento tenemos que bajar de la bici y empujar porque la pendiente no hay quien la suba. Subiendo este puerto empieza a llovernos. Aunque no de forma intensa, sí lo suficiente para mojarte. No hay día que nos estemos librando de la lluvia por la tarde.

Cuando llegamos a la altura de Cornellana, destino inicial de la etapa, llueve con insistencia y son las siete y media de la tarde. Llevamos pedaleando mucho, pero decidimos subir el Alto de la Espina. Son 10 kilómetros más. Cuando llevamos sólo dos, paramos y llamamos al albergue de destino y nos dicen que hay sitio aún, pero ante la duda del tiempo que necesitamos para subir La Espina, la lluvia, la hora que es y el cansancio de la tarde, decidimos dar la vuelta y quedarnos en Cornellana.

Todo un acierto porque el albergue estaba muy bien, en el antiguo monasterio de San Salvador y Tino, el hospitalero nos atendió muy bien. Pudimos lavar ropa y nos fuimos a cenar a Casa Dany. Nos metimos un homenaje muy digo. Gracias Toñi.

Hoy hemos pasado por Oviedo, San Lázaro Paniceres, Lampajúa, Loriana, Faberín, Gallegos, Alto de Escamplero, Trubia, Berció, La Fueja, Nores, Llera, Vega de Anzo, Anzo, Peñaflor, Grado, Acebedo, Alto del Fresno, Alto de Cabruñana, Rebollada, Barrudo, La Rodriga, Cornellana, Espinedo, Cornellana (Monasterio San Salvador).

lunes, 27 de abril de 2009

Día 2. Pajares - Oviedo 68,34 km





Kilómetros: 68,34
Tiempo pedaleando: 4:43:46
Vel. media: 14,45
Vel máxima: 62,04

Amanece de nuevo nublado pero sin lluvia despues de haber nevado durante la noche. Las vistas de las montañas son espectaculares. Hemos dormido bien, pero con calor. Desayunamos un vaso de Leche con unas rosquillas que nos ha hecho Marisa, la hospitalera. Marisa nos ha tratado de miedo. Muchas gracias Marisa.

Aunque Marisa nos recomendó bajar el puerto por la carretera, decidomos tratar de seguir el Camino por el valle, por lo que bajamos a San Miguel de Río por un camino de tierra empinadísimo. Desde allí subimos por una carretera de muy fuerte subida hasta Santa Marina.

Todas las iglesias por las que pasamos están cerradas o no tienen sello. El año pasado llenamos de sellos dos credenciales completas. Este año nos sobrará la mitad de una.

Al salir de Santa Marina con dirección a Llanos de Somerón hay de nuevo un camino de tierra y piedra empinadísimo. Vuelta a bajar de las bicis y a empujar. Cuando llevamos más de 500 metros vemos que el camino aún se empina más y que queda mucho, por lo que decimos desistir y regresar por donde nos recomendó Marisa.

Damos la vuelta y subimos por una carretera local hasta la N-630. Tenemos que subir un desnivel de unos 350 metros y cuando llegamos a la N-630 lo hacemos despues de dos horas de haber salido de Pajares y resulta que estamos a sólo 3 kilómetros de distancia. Menos mal que las vistas son preciosas y aún no llueve.

La bajada hasta Campomanes la hacemos por la carretera a velocidad de vértigo. El descenso del Pajares por la vertiente asturiana tiene muchísimo desnivel. En Campomanes paramos a tomarnos un bocata.

Aún con el tiempo perdido en el primer tramo de la mañana, dado que ayer hicimos kilómetros de más, estamos pensando en que si no se nos da mal el resto del día, podríamos terminar incluso pasado Oviedo.

Seguimos pasando pueblos y al llegar a Mieres a eso de las 3 paramos a comer. Al final, en vez de tomar algo liviano y seguir en dirección al puerto del Padrún, nos sentamos en una sidrería a tomar un mençu de tres platos. Al salir de MIeres y comenzar el puerto del Padrún empieza a llovernos- Nos ponemos los tratos de la lluvia y para arriba. Hoy ya las piernas se portan y hago la subida a buen ritmo y sin problema. Como en Pajares, la cara que ascendemos es más suave que la norte. Al llegar al alto deja de llovernos. La bajada es larga y empinada. El asfalto está muy mojado. Luis se calza una piña seria, pero como iba primero y como una loca, ninguno le hemos visto. Casi se mete debajo de un autobús que venía subiendo el puerto. Parece que tiene un golpe en un codo, pero lo demás bien y se queda en un susto grande.

Seguimos y nos creemos muy cerca de Oviedo, pero lo que queda tiene aún muchas cuestas arriba muy empinadas. Al final llegamos a Oviedo muy cansados, casi a las nueve de la noche y en el albergue no nos dan cobijo por lo tarde que es. Llamo a María José y nos encuentra por internet un hotel al que vamos y resulta estar digno. Salimos a cenar y nos volvemos a dormir casi a las doce.

Estamos medio rotos y necesitados de descanso. Con lo de los 10 kilómetros extra del primer día, resulta que ya hemos hecho dos etapas de 70 kilómetros cuando no había prevista ninguna de más de 60. Y con todos los puertos que estamos pasando, se nota mucho. Me temo que este es un Camino muy cansado.

Hoy esperamos acabar en Salas, siguiendo ganando algunos kilómetros respecto a lo previsto inicialmente. Amanece algo lluvioso. Por ahora hemos tenido suerte ya que pese a la ventisca de nieve en Pajares y a la lluvia en el Padrún, el resto el tiempo nos ha respetado. Esperamos seguir teniendo suerte. A ver cuando puedo seguir actualizando el blog. Un beso a todos.

Hoy hemos pasado por San Miguel del Río, Santa Marina, Puente de los Fierros, Campomanes, Santa Cristina de Lena, Pola de Lena, Villayana, Ujo, Santullano, Mieres, La Peña, Rebollada, Alto del Padrún, Olloniego, El Portazgo, Alto de Picu Llanza, Los Prietos, La Manjoya, Oviedo.

Día 1. León - Pajares. 71,81 Km.



Kilómetros: 71, 81
Tiempo pedaleando: 6:10:03
Vel. media: 11,64
Vel. máxima: 49,63

Nos levantamos a la hora prevista y nos vamos a una churrería cercana a desayunar pensando que desayunaríamos dignamente. Fue un fracaso. Los churros malos y escasos. Al final salimos de León más tarde de lo previsto y con pocas reservas.

El día está nuboso pero sin lluvia. Vamos avanzando por el valle del Bernesga sin muchas novedades. Una vez salimos de León se va adentrando por pequeños bosques de encinares. Para subir a la Loma de San Pelayo, antes de Cabanillas, el camino remonta una loma no muy alta pero que la subida parece un circuito de motocross. Es imposible subir pedaleando y tenemos que subir las bicis una a una entre tres. Julio y Pani, para aligerar un poco de peso y poder subirlas, incluso quitan las alforjas. Al final remontamos la loma despues de mucho esfuerzo y tiempo.

Seguimos pedalenado y según las previsiones nos debiera estar nevando, pero el día sigue estando sólo nublado.

Aunque seguimos ganando altitud a medida que avanzamos, es lentamente y apenas se nota en el pedalear. Así llegamos a La Robla y antes de alcanzar La Pola de Gordón, hacia el kilómetro 30, paramos a comer algo al lado de la ermita del Buen Suceso. Una ración de tortilla de patata muy generosa y un bocata.

Seguimos ruta y dado que nos sigue haciendo bueno, acordamos llegar hasta Pajares, haciendo unos 10 km. más de los previstos inicialmente debido a que el albergue de Busdongo está cerrado.

Ahora el camino sí que empieza a empinarse de lo lindo y la carretera que sube a Buiza ya tiene buen desnivel. Al llegar a Buiza hay que coger un camino de tierra y piedra para subir al Collado de Villasimpliz, de más de 1.300 metros. La pendiente es muy pronunciada y como es de tierra nos obliga a bajarnos de nuevo de las bicis y empujar. Son casi dos kilómetros de empujar y tardamos algo más de media hora en hacerlo. Arriba llegamos exhaustos, pero las vistas empiezan a ser espectaculares. Hacemos fotos de las montañas y empezamos el descenso. Un descenso vertiginoso a Villasimpliz en el que dedemos de tardar menos de 5 minutos.

A partir de ahí todo es carretera hasta el alto de Pajares. Vamos haciéndolo más o menos bien, pero ya se nota que va picando para arriba y entra mucho viento de cara. En mi caso, en el último mes sólo he salido en bici un sólo día, y lo empiezo a pagar. Se me van poniendo duras las patas y empiezo a ir más despacio para no chascar.

Al llegar a la altura de Busdongo empiezo a notar amagos de tirones en las piernas y empiezan a no responderme. Es a partir de ahí cuando, además, empieza una tormenta de nieve que ya no nos abandonará hasta el destino. Hasta el alto aún quedan unos 8 kilómetros y lo paso realmente mal porque las piernas no tiran. Pedro va dándome ánimos, pero entre la tomenta de nieve, el viento de cara y las piernas, no doy de sí y voy lentísimo.

Alcanzamos el alto con una vestisca muy fuerte, mucha niebla y helados de frío. Paramos en el bar del alto a tomar un café muy caliente. Eso nos recupera. Seguimos, ya bajando por la vertiernte asturiana, unos 4 kilómetros hasta alcanzar Pajares pueblo a eso de las 8 de la tarde. La bajada la hacemos con cuidado porque el suelo está muy mojado y la nieve te da en la cara haciendote daño.

Al llegar a Pajares, nos está esperando la hospitalera, Marisa. Encantadora persona que nos trató inmejorablemente. En el albergue no hay nadie más y está prácticamente nuevo. Cenamos en un bar que hay abierto y nos volvemos para dormir.

La crónica no es muy completa y se me habrán olvidados muchos detalles, pero lo estoy haciendo deprisa. No creo que en este Camino encontremos mucha tecnología para ir escribiendo mucho y con el tiempo suficiente.

Muchas gracias por los ánimos de los mensajes. Se agradecen mucho.

Hoy hemos pasado por Carbajal de la Legua, Villalbura, Loma de San Pelayo, Cabanillas, Cascantes, Llanos de Alba, La Robla, Puente de Alba, Peredilla, Nocedo de Gordón, Pola de Gordón, Beberino, Buiza, Collado de Villasimpliz, Villasimpliz, Villamanín, Villanueva de la Tercia, Busdongo, Arbás del Puerto Alto de Pajares y Pajares.

sábado, 25 de abril de 2009

Dïa 0. Arrrrraaaaaaaaannncamos





Las 8 de la mañana. Empezamos el Camino del 2009. Los pronósticos del tiempo para los próximos días son devastadores: lluvia, frío y nieve. Pero nos hemos despertado con mucho ánimo porque no llueve en León e incluso se ven claros. Ya veremos una vez empecemos a hacer kilómetros.

Ayer salimos con los coches de Madrid con destino León hacia las 5 de la tarde. El vieje normal. Llamamos al albergue del pueblo destino de nuestro final de etapa de hoy, Busdongo, y la primera en la frente: no está abierto. Los albergues más cercanos están diez kilómetros antes y después del previsto. Según vaya el día ya veremos si hacemos kilómetros de más o de menos respecto a los previstos.

Áyer, según tomamos posesión en el albergue de León, fuimos a entregar los coches y a cenar algo tomando unos vinos. Visitamos el bar de Agustina y nos vimos con Conchi, a la conocimos el año pasado, y con Nuria. Muchas gracias a todas ellas por tratarnos tan bien y darnos la bienvenida.

Despues del bar de Agustina, La taberna del Obispo, fuimos a un par de sitios más, entre ellos La Bicha, y la última copa nos la tomamos en un bareto saliendo del Húmedo en el que nos pusieron música de los 80.

La noche la hemos pasado igual a la del año pasado: mucho calor en la habitación y Luis durmiéndose antes de meterse en la cama. Seguiremos contando. Un saludo a todos.