Kilómetros: 51,25
Tiempo pedaleando: 4:01:19
Vel. media: 12,79
Vel máxima: 48,20
Tras dormir y desayunar fantásticamente en el hotel que nos buscó María José, vamos a vistar la Catedral de Oviedo. Bien bonita. Visitamos al Salvador, que para eso hacemos esta parte del camino, y salimos de Oviedo. La salida está mal señalizada. Gracias a los mapas que llevamos nos vamos orientando.
Lo primero que nos toca es hacer una subida de 10 kilómteros por caminos hasta Cornellana, pero poco antes, a la altura de Loriana, Julio pincha. Lo arreglamos rápido y al volver a coger mi bici el cambio suena mucho. Despues de tratar de ver qué le pasa, de tocar los tornillos del cambiador y no sé cuantas cosas más nos damos por rendidos. La pieza entera del desviador se ha movido y éste va dando en la corona, impidiendo caminar.
Preguntamos el sitio más cercano donde puede haber un taller de bicis y nos dicen que en Oviedo. Eso significaría renunciar porque no disponemos de días para perder. Dejamos la cadena para que me funcione sólo el plato pequeño (las marchas más cortas) y con eso decidimos terminar la subida a Escamplero y desviarnos de la ruta hasta Trubia. Allí nos dicen que hay tiendas de bicis.
Nos llegamos a Trubia y allí nos dicen que no, que donde hay tiendas de bicis es en Proazas, otros 14 km más desviados aún de la ruta. En ese momento ya creo que debo desistir y dejar que mis compañeros sigan sin mí. María José me pone un mensaje diciéndome que se coge un día libre y me lleva otra bici, pero no compensa.
Veo que hay un taller de coches y pregunto. Sale un chaval que empieza a mirarme la bici. Despues se acerca el panadero con la furgoneta y entre uno y otro dan con el problema. La pieza entera del desviador debe haberse aflojado y a base de ir mirando el cambio logran ponérmela para que, aunque los cambios no terminan de ir bien del todo, sí lo suficiente para proseguir ruta. El taller se llama Tino. Muchas gracias a los dos por salvar mi Camino.
Comemos algo rápido y vemos que ya son las dos de la tarde y no hemos hecho más que 10 kilómetros. Seguimos por carretera hasta Grado. Al hacer una foto en grupo con el automático, a la altura de Peñaflor, la bici se desestabiliza y se cae. La cámara estaba apoyada en el sillín de la bici. La carcasa del objetivo se abolla, pero la cámara aparenta seguir pudiendo hacer fotos.
Seguimos camino y nos proponemos, ya que vamos yendo por carretera y avanzamos más, tratar de recuperar el tiempo perdido por la mañana. El objetivo es llegar a Cornellana, al pie del puerto de la Espina, o incluso subir éste hasta Bodeyana.
Subimos el alto de Cabruñana por paisajes bien bonitos y duros caminos por los que en algún momento tenemos que bajar de la bici y empujar porque la pendiente no hay quien la suba. Subiendo este puerto empieza a llovernos. Aunque no de forma intensa, sí lo suficiente para mojarte. No hay día que nos estemos librando de la lluvia por la tarde.
Cuando llegamos a la altura de Cornellana, destino inicial de la etapa, llueve con insistencia y son las siete y media de la tarde. Llevamos pedaleando mucho, pero decidimos subir el Alto de la Espina. Son 10 kilómetros más. Cuando llevamos sólo dos, paramos y llamamos al albergue de destino y nos dicen que hay sitio aún, pero ante la duda del tiempo que necesitamos para subir La Espina, la lluvia, la hora que es y el cansancio de la tarde, decidimos dar la vuelta y quedarnos en Cornellana.
Todo un acierto porque el albergue estaba muy bien, en el antiguo monasterio de San Salvador y Tino, el hospitalero nos atendió muy bien. Pudimos lavar ropa y nos fuimos a cenar a Casa Dany. Nos metimos un homenaje muy digo. Gracias Toñi.
Hoy hemos pasado por Oviedo, San Lázaro Paniceres, Lampajúa, Loriana, Faberín, Gallegos, Alto de Escamplero, Trubia, Berció, La Fueja, Nores, Llera, Vega de Anzo, Anzo, Peñaflor, Grado, Acebedo, Alto del Fresno, Alto de Cabruñana, Rebollada, Barrudo, La Rodriga, Cornellana, Espinedo, Cornellana (Monasterio San Salvador).
Tiempo pedaleando: 4:01:19
Vel. media: 12,79
Vel máxima: 48,20
Tras dormir y desayunar fantásticamente en el hotel que nos buscó María José, vamos a vistar la Catedral de Oviedo. Bien bonita. Visitamos al Salvador, que para eso hacemos esta parte del camino, y salimos de Oviedo. La salida está mal señalizada. Gracias a los mapas que llevamos nos vamos orientando.
Lo primero que nos toca es hacer una subida de 10 kilómteros por caminos hasta Cornellana, pero poco antes, a la altura de Loriana, Julio pincha. Lo arreglamos rápido y al volver a coger mi bici el cambio suena mucho. Despues de tratar de ver qué le pasa, de tocar los tornillos del cambiador y no sé cuantas cosas más nos damos por rendidos. La pieza entera del desviador se ha movido y éste va dando en la corona, impidiendo caminar.
Preguntamos el sitio más cercano donde puede haber un taller de bicis y nos dicen que en Oviedo. Eso significaría renunciar porque no disponemos de días para perder. Dejamos la cadena para que me funcione sólo el plato pequeño (las marchas más cortas) y con eso decidimos terminar la subida a Escamplero y desviarnos de la ruta hasta Trubia. Allí nos dicen que hay tiendas de bicis.
Nos llegamos a Trubia y allí nos dicen que no, que donde hay tiendas de bicis es en Proazas, otros 14 km más desviados aún de la ruta. En ese momento ya creo que debo desistir y dejar que mis compañeros sigan sin mí. María José me pone un mensaje diciéndome que se coge un día libre y me lleva otra bici, pero no compensa.
Veo que hay un taller de coches y pregunto. Sale un chaval que empieza a mirarme la bici. Despues se acerca el panadero con la furgoneta y entre uno y otro dan con el problema. La pieza entera del desviador debe haberse aflojado y a base de ir mirando el cambio logran ponérmela para que, aunque los cambios no terminan de ir bien del todo, sí lo suficiente para proseguir ruta. El taller se llama Tino. Muchas gracias a los dos por salvar mi Camino.
Comemos algo rápido y vemos que ya son las dos de la tarde y no hemos hecho más que 10 kilómetros. Seguimos por carretera hasta Grado. Al hacer una foto en grupo con el automático, a la altura de Peñaflor, la bici se desestabiliza y se cae. La cámara estaba apoyada en el sillín de la bici. La carcasa del objetivo se abolla, pero la cámara aparenta seguir pudiendo hacer fotos.
Seguimos camino y nos proponemos, ya que vamos yendo por carretera y avanzamos más, tratar de recuperar el tiempo perdido por la mañana. El objetivo es llegar a Cornellana, al pie del puerto de la Espina, o incluso subir éste hasta Bodeyana.
Subimos el alto de Cabruñana por paisajes bien bonitos y duros caminos por los que en algún momento tenemos que bajar de la bici y empujar porque la pendiente no hay quien la suba. Subiendo este puerto empieza a llovernos. Aunque no de forma intensa, sí lo suficiente para mojarte. No hay día que nos estemos librando de la lluvia por la tarde.
Cuando llegamos a la altura de Cornellana, destino inicial de la etapa, llueve con insistencia y son las siete y media de la tarde. Llevamos pedaleando mucho, pero decidimos subir el Alto de la Espina. Son 10 kilómetros más. Cuando llevamos sólo dos, paramos y llamamos al albergue de destino y nos dicen que hay sitio aún, pero ante la duda del tiempo que necesitamos para subir La Espina, la lluvia, la hora que es y el cansancio de la tarde, decidimos dar la vuelta y quedarnos en Cornellana.
Todo un acierto porque el albergue estaba muy bien, en el antiguo monasterio de San Salvador y Tino, el hospitalero nos atendió muy bien. Pudimos lavar ropa y nos fuimos a cenar a Casa Dany. Nos metimos un homenaje muy digo. Gracias Toñi.
Hoy hemos pasado por Oviedo, San Lázaro Paniceres, Lampajúa, Loriana, Faberín, Gallegos, Alto de Escamplero, Trubia, Berció, La Fueja, Nores, Llera, Vega de Anzo, Anzo, Peñaflor, Grado, Acebedo, Alto del Fresno, Alto de Cabruñana, Rebollada, Barrudo, La Rodriga, Cornellana, Espinedo, Cornellana (Monasterio San Salvador).
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