miércoles, 24 de junio de 2015

Día 12. Sagunto - Valencia 39,92 Km

Kilómetros: 39,92
Distancia ascendiendo: 13,270km 
Desnivel acumulado positivo: 113,50 metros
Altura máxima: 57,40 metros
Porcentaje máximo de subida: 4,92%
Porcentaje máximo de bajada: 3,38%
Tiempo pedaleando: 2:25 horas
Tiempo ascendiendo: 0:46 horas
Vel. media en movimiento: 16,53 km/h
Vel. media total: 12,19 km/h
Vel. máxima: 46,41 km/h
Sagunto

Massamagrell

A las 12:30 ya con 37 grados. Y eso que estamos en  Septiembre

Calle de La Paz hacia la plaza de la Reina

Plaza de la Reina y el Miguelete

En la puerta del Tribunal de las Aguas

Ya en Madrid, haciendo los últimos kilómetros

Caballero del Cid, ahí es nada

Pese al calor asfixiante que había en la habitación anoche, el aire acondicionado ha obrado milagro y he podido dormir. Según me levanto y desayuno en el bar del hotel vuelvo a sentir el shock de haber pasado una decena de días en un aislamiento casi completo en mitad de la naturaleza a entrar sin solución de continuidad en el ruido y bullicio constante de la civilización más rutinaria. Y no me gusta nada.

Tras desayunar de nuevo veo que la cámara que ayer tuve que cambiar al empezar el día está floja. Debe ser que ésta no la arreglé bien en Ateca o no dejé el tiempo suficiente para que secara el parche. Igual da. La cambio y salgo hacia Sagunto para tomar el camino hacia Valencia. Ya son las 09:40.

Hoy debiera hacer unos 40 kilómetros hasta Valencia y otros casi 100 más hasta Vallada, ya lindando las provincias de Alicante y Albacete, en busca de completar el bucle hasta Madrid a través del Camino de Levante y el Real de Guadalupe.

Y según salgo tranquilamente hacia Sagunto y siguiendo ya enfilado hacia Valencia a través de Puzol, Puig y La Puebla de Farnals, voy pensando en que esto es todo plano, todo asfalto, todo calor, todo coches, todo cruces, todo calor, todo mosquitos; en fin, todo lo que no quiero después de venir de los días en los que tanto he disfrutado yo solo en plena naturaleza.

Así que aunque el camino es llano y fácil, el ánimo se me va viniendo abajo. Hasta Madrid, según la ruta que tengo planificada, me quedan otros 500 o 600 kilómteros de tierras que conozco sobradamente, que no presentan en su mayoría ningún aliciente natural, que serán 4 o 5 días de pasar calor y comerme polvo.

Según voy dando pedales me va pareciendo que después de estas casi dos semanas sensacionales, lo poco que tengo por delante hasta Madrid no me representa aliciente alguno. Va cobrando cuerpo la idea de llegar a Valencia, tabicarme una buena paella, meter la bici en el autobús y estar por la tarde en casa dándome un baño en la piscina y durmiendo en mi cama.

Y así paso la mañana acercándome poco a poco a Valencia, pasando calor y tratando de ir con la boca cerrada para no comerme muchos mosquitos.

Todo llano, la mayoría por carriles bici de esos que han aflorado por todos los lados, en los que se aprovechan aceras y arcenes que se pintan de color rojo o verde, para poner una señal de carril bici y estar teniendo que cruzar todo el rato por cruces de carreteras y similar.

En Puig paro a desayunar, a las 11:00, tras solo 17 kilómetros recorridos. La idea de la paella y el autobús para casa ya no hay quien me la quite de la cabeza.

Más terreno llano pasando por Massamagrell, Massafallser y entrar en Valencia por Meliana y Alboraya.

En Valencia paso por la plaza del Ayuntamiento, por la plaza de la Reina, por el Miguelete y pongo el último sello en el salvoconducto y solicito que me lo manden. No te lo expiden en el momento sino que una vez que ven que tienes los sellos acreditativos de haber hecho el Camino, mandan la información a Burgos y desde la oficina del Camino del Cid en la que estuve al empezar el camino ahora hace 12 días, te lo mandan por correo a casa. Y bien chulo que es. Se lo tienen currado.

Me voy a la estación de autobuses, cerca del curso antiguo del Turia, saco billete para primera hora de la tarde y me voy a comer una paella tranquilamente.

Y lo demás ya es de poca historia. Tomo el autobús, llego a Madrid poco antes de las 21:00. En Madrid vuelvo a montar las alforjas en la bici y me voy dando pedales hasta mi casa a través de Madrid Río y de la Casa de Campo. Llegada a casa sin mayor contratiempo, ya anochecido, y reencuentro con la familia.

Y así de repentino termino este Camino del 2.014. Lo interesante lo hice, lo accesorio no. Lo suyo serái haberlo hecho entero, pero creo que los 5 días que me ahorré no me hubieran aportado nada frente a los 12 anteriores. El trayecto que no hice ya lo haré en otro Camino.

Hoy he pasado por Puerto de Sagunto, Sagunto, Puzol, Puig, La Pobla de Farnals, Massamagrell, Massalfassar, Albuixech, Meliana, Alboraya, Valencia.

viernes, 5 de junio de 2015

Día 11. Mora de Rubielos - Sagunto 127,93 Km

Kilómetros: 127,93
Distancia ascendiendo: 47,26 km 
Desnivel acumulado positivo: 2.361,30 metros
Altura máxima: 1.122,40 metros
Porcentaje máximo de subida: 20,28%
Porcentaje máximo de bajada: 28,60%
Tiempo pedaleando: 7:15 horas
Tiempo ascendiendo: 3:15 horas
Vel. media en movimiento: 17,63 km/h
Vel. media total: 11,42 km/h
Vel. máxima: 64,22 km/h
Rubielos de Mora

Rubielos de Mora

Hoces y valle del Mijares

Playas naturales del Mijares en Montanejos

Empezando a bajar el puerto de Arenillas

Llegando a Sagunto

De nuevo mañana fresca y despejada con perspectivas de calor durante el día. He vuelto a dormir del tirón tras el cansacio de ayer.

Me levanto con idea de hacer hoy muchos kilómetros porque aunque la mayoría del día de hoy la tengo que hacer recorriendo la sierra de Gúdar, creo que será todo por carretera o similar, lo que me dará para poder hacerlos pese a tener por delante terreno montañoso.

Otra razón por la que creo que haré muchos kilómetros es que Sagunto debe quedar como a 130 kilómetros y Valencia a unos 30 más; así que si el día se da bien igual me puedo llegar hasta allí.

Pero la primera en la frente para restarme tiempo según me levanto. Nada más ir a poner los bártulos en la bici veo el por qué ayer me costaba tanto pedalear al final del día. No era solo el cansancio que llevaba. Tengo una rueda pinchada. Así que echo una media hora en cambiar la cámara tranquilamente. Eso hace que hasta las 09:45 no empiece a dar pedales. Bieno, por otro lado eso me ahorra el frío de la primera hora de la mañana que sufrí ayer.

Enfilo por carretera hacia Rubielos de Mora. Toda la sierra delante de mí, fresca y apetecible como la mañana para disfrutar de ella plenamente. El perfil de la etapa será prácticamente descendente durante los 40 primeros kilómetros, hasta alcanzar el pantano de Arenillas y el pueblo de Montanejos.

El ir por carretera no es problemático debido a la baja circulación de estas carreteras. No me atrevo a cruzar toda la sierra por caminos porque la poca documentación que llevo del Caminono parece que lo aconseje y quiero evitar situaciones vividas en días anteriores de caminos no ciclables que me hacen retroceder y perder fuerzas y tiempo. Seguro que haber planificado bien la ruta me hubiera permitido conseguir trazados por montaña que fueran practicables, pero no lo hice y debo amoldarme a lo que tengo. En cualquier caso la ruta que he ido haciendo hasta ahora ha sido bien bonita y la que estoy empezando a disfrutar hoy también lo es. Y mucho.

Tras 12 kilómetros llego a Rubielos de Mora. Sello y me entretengo un buen rato en pasear por el pueblo que tiene calles muy chulas para ello. Salgo de Rubielos por la subida hacia la Cruz de los Huertos, desde la que se contempla una buena vista del pueblo y de todos los alrededores.

Antes de hacer 20 kilómetros llego a Fuentes de Rubielos. Este es un pueblo en el que pretendía dormir en la planificación inicial medio improvisada que ya descabalé en el segundo día de la ruta. Menos mal que no la he seguido porque aquí por no haber creo que no se ve ni un bar. Y para dormir hay un par de casas rurales donde trato de parar a sellar pero que están cerradas.

Desde aquí mi ruta sigue encajonándose cada vez más entre montañas buscando primero, y siguiendo después, el curso del río Mijares. Voy bajando de altitud a marchas forzadas. El paisaje precioso. La sierra de Gúdar para mí. El día espectacular. Qué gusto ir haciendo kilómetros así en la bici.

Al llegar al emblase del Arenoso hago una parada a desayunar en La Puebla de Arenoso. Son las 12:15 y llevo recorridos 30 kilómetros. Teniendo en cuenta la hora que es y que voy por carreterea se diría que llevo mucho retraso; pero el día es largo y nadie me persigue.

Tras escasa media hora prosigo bordeando el embalse hasta llegar a la pared de la presa. El agua sale enloquecida por el aliviadero. La carretera atraviesa túneles buscando salida por el estrecho cañón que forma el río. Vaya delicia de paisaje.

Justo antes de llegar a Montanejos el río forma unas piscinas naturales de aguas azules cristalinas que invitan al baño. Hay mucha gente que las está disfrutando. Son una maravilla. Y Montanejos está lleno de gente y de hoteles con aguas termales. Bien bonita toda esta zona. Son las 13:30 y llevo 42 kilómetros recorridos.

Desde aquí el río va abriendo valle tratando de dejar atrás los escarpes de la sierra de Gúdar buscando la costa de Castellón. Pero yo debo dirigirme hacia Sagunto, por lo que tras toda la mañana de disfrutar sin esfuerzo de la bici me toca trabajar un poquito y debo remontar todo lo bajado para cruzar el puerto de Arenillas. Hace un calor de justicia y, como otros días, me quito hasta la camiseta para empezar a subir el puerto tras reponer agua. En este Camino es en el que he bebido más agua de todos los que he hecho. Normalmente bebo muy poco cuando hago ejercicio; pero en este Camino, ya sea por el calor, por ir solo, por el kilometraje casi excesivo que hago en cada etapa, o por lo que sea, pero no paro de beber agua todo el día y de reponer la botella de agua en cada pueblo o fuente por la que paso.

El puerto de Arenillas es bonito de subir. Es lo suficientemente largo por esta vertiente, 12 kilómetros, y tiene el suficiente desnivel, 400 metros, para que tenga sus buenas rampas pero que no te mate. Una vez llego al alto el cambio de paisaje de una vertiente a otra es drástico: paso de las montañas y los farallones y las hoces de los ríos a una especia de meseta por la que discurre la vía natural de comunicación entre Valencia y Teruel. Es por ahí, a la altura de Caudiel, donde retomaré la Vía Verde de los Ojos Negros que abandoné poco después de Teruel hará un par de días.

Desde el alto del Arenillas, al que llego a las 15:00 tras 55 kilómetros recorridos, lo que me queda es tomar la Vía Verde en permanente bajada para restar los 900 metros de desnivel que hay desde aquí hasta el mar en Sagunto, destino que me fijo para hoy pese a que aún estoy a más de 70 kilómetros. La Vïa Verde y el perfil descendente me ayudarán.

La Vía Verde está muy bien acondicionada en casi todos sus tramos y el único inconveniente para mi ruta es que suele pasar cerca de los pueblos pero sin adentrarse en ellos, lo que no me permite ir visitándolos si no es desviándome de su recorrido cada vez que se pasa cerca de un pueblo. En Caudiel paro a comer un bocadillo rápidamente y continuo pedaleo en dirección Jérica y Altura.

La Vïa Verde termina a la altura de Torres Torres. Son las 19:00 y llevo recorridos 101 kilómetros. He hecho casi tantos kilómetros en las últimas tres horas que en el resto del día. Ahora me toca tomar la carretera hasta Sagunto.

Son unos 20 kilómetros en los que me parece pasar del cielo al infierno. Pasar de estar disfrutando por el campo y por la montaña de un silencio y aislamiento casi total a estar rodeado de coches, ruido, calor con una humedad asfixiante, mosquitos y yo qué sé cuantas incomodidades más.

Al llegar a Sagunto ya casi va anocheciendo y los lugares que veo para dormir no me gustan. Me pregunto si me compensa hacer unos kilómetros más hasta Puzol o hasta la playa de Sagunto. Al menos así podría dormir en algún sitio viendo el mar. Y en un hotel me recomiendan ir hacia el Puerto de Sagunto. Hasta allí me voy llegando ya cuando el sol deja de alumbrar. No sé si es mejor opción ésta que la de Puzol. El mar ni lo veo, la humedad es terrible, el calor de la habitación es bárbaro, los mosquitos están por todos los lados, coches, ruido, gente chillando, bullicio, uuuufffffffff. Llevo 11 días en una paz y entorno casi monacal y me doy de bruces con la civilización más desesperante. El cambio es demasiado brusco y me entra el bajón.

Voy a tratar de cenar algo y de asimilar que el Camino del Cid ya lo he disfrutado y que los 600 kilómetros que tengo planificados de vuelta a Madrid por el Camino del Levante y el Real de Guadalupe he de hacerlos con el mismo empuje que hasta ahora aunque van a ser exactamente el polo opuesto a lo que he disfrutado en estos 11 días.

Hoy he pasado por Mora de Rubielos, Rubielos de Mora, Fuentes de Rubielos, Olba,  Los LUcas, Los Cantos, La Puebla de Arenoso, Montanejos, Montán, Caudiel, Jérica, Navajas, Altura, Soneja, Algimia de Alfara, Torres Torres, Estivella, Gilet, Sagunto, Puerto de Sagunto.

martes, 19 de mayo de 2015

Día 10. Noguera de Albarracín - Mora de Rubielos 126,64 Km

Kilómetros: 126,64
Distancia ascendiendo: 45,12 km 
Desnivel acumulado positivo: 1.473,30 metros
Altura máxima: 1.397,50 metros
Porcentaje máximo de subida: 15,49%
Porcentaje máximo de bajada: 18,11%
Tiempo pedaleando: 7:33 horas
Tiempo ascendiendo: 3:20 horas
Vel. media en movimiento: 16,76 km/h
Vel. media total: 11,03 km/h
Vel. máxima: 47,53 km/h

En el puerto de Noguera con el valle del Guadalaviar y Albarracín al fondo

Hace frío y se me hiela hasta el vello de los dedos

Entrando a Albarracín

Y ahora en la Vía Verde hace un calor tremendo

Recorriendo el Alfambra para encontrar la entrada a Teruel

En la Plaza del Torico

Camino de Valbona y Mora de Rubielos
En la plaza de Mora de Rubielos y el hotel al fondo

Otro día más que duermo casi del tirón debido al cansancio acumulado. Ha debido de llover casi toda la noche. El cielo está algo encapotado y la mañana está más que fresca. Me abrigo bien porque aunque mi primera idea era ir hasta Albarracín por caminos, las lluvias de la tarde y de la noche me hacen pensar que estarán muy embarrados y finalmente me decido a ir por carretera.

Empiezo a dar pedales a las 08:30 en ascenso hacia el puerto deNoguera. Alcanzo el alto en poco y empiezo bajada hacia Tramacastilla y Albarracín. El paisaje es precioso, con el frío de la mañana, retazos de helada en las umbrías, la neblina que lo cubre todo y el campo empezando a cobrar vida esperando que el sol salga del todo, disipe la neblina y lo caliente todo. Realmente bonitos estos días por la Serranía de Cuenca, Montes Universales y Sierra de Albarracín.

El recorrido no presenta prácticamente ninguna dificultad: por asfalto, mayoritariamente descendente y sin tráfico alguno; los kilómetros van cayendo sin disficultad mientras voy disfrutando del paisaje. Y así me llego a Albarracín a las 10:00 tras 20 kilómetros recorridos. Toca parada a desayunar conforme al esquema que voy haciendo a diario y que tan buen resultado me está dando. Pongo sello.

Pese a que no tenía hecha ninguna planificación en detalle antes de empezar este Camino, sí que había hecho una tentativa de etapas basado casi solo en kilometrajes y sin tener en cuenta altimetrías en detalle. Según aquella planificación tentativa, debo llevar algo más de un día de adelanto pese a la pérdida de tiempo acumulada que llevo con las averías mecánicas. Tenía planificada por ejemplo una etapa desde Molina de Aragón hasta Orihuela del Tremedal. Ayer fue cuando salí de Molina y no solo llegué a Orihuela, sino que pasé hasta llegar a Noguera y me hubiera llegado sin problema hasta Albarración si no hubiera decidido evitar mojarme con las tormentas de la tarde. Al final hice una etapa de más de 10 kilómetros más larga que podrían haber sido más de 30 sin problema alguno. Y me da la sensación que la etapa de hoy es mayoritariamente descendente, al menos hasta Teruel, y mucha por asfalto, por lo que creo que no solo llegaré hasta Teruel sino que me dará para hacer muchos más kilómetros y tener otro día en los que pasar largamente de los 100 kilómetros.

Tras media hora de desayuno prosigo Camino en dirección Cella. Desde allí tengo intención de tomar la Vía Verde de Los Ojos Negros, que usaré en varios momentos durante su recorrido hasta Sagunto.

En Cella pongo sello en la oficina de turismo y tomo la Vía Verde que está a la salida del pueblo, en medio de una zona industrial. Vaya cambio de repente al pasar de la sierra a la industrialización más fea. Desde aquí hasta Teruel voy haciendo kilómetros en un recorrido casi plano y con un paisaje que nada tiene que ver con la hermosura que acabo de dejar. Poco antes de Teruel paro a admirar la escena de unas decenas de buitres que están comiendo algún bicho que les hayan dejado. Se puede divisar fácilmente desde la Vía Verde.

Como no dispongo apenas de planos me creo que la Vía Verde pasa por las cercanías de Teruel y me fio de que haya algún cartel que la señalice.Me doy cuenta de que algo va mal porque aunque queda medio escondida entre unas lomas, algo me dice que me estoy pasando Teruel. Después de mirar algo de documentación y hacer alguna suposición, creo que en efecto me he debido de pasar y decido regresar sobre mis pasos y salir de la Vía Verde por el primer camino que veo que sale en dirección a donde supongo está Teruel. Y así pierdo más de tres cuartos de hora tratando de entrar a la ciudad mientras voy bordeando el Río Alfambra en un recorrido que si hubiera ido de paseo lo hubiera disfrutado; pero que en estas circunstancias, y dando continuas vueltas por caminos que no llevaban a ningún sitio, solo pude alegrame cuando por fin pude salir de allí y entrar en la ciudad por la zona de la Universidad.

Tras recorrer un poco la ciudad, ver la catedral y la Plaza del Torico, cruzo el viaducto y paro a comer algo. Son las 14:50 y llevo 75 kilómetros recorridos.

Media hora para comer un bocadillo y salgo de nuevo, en mitad de un calor que si no es asfixiante a estas horas como en días pasados, también calienta lo suyo. Paso por el Dinópolis en busca de la Vía Verde. La tomo solo a unos pocos kilómetros de donde la dejé antes, a la altura de la Estación de Valdecebro.

Desde aquí es todo Vía Verde en ascenso, unos 20 kilómetros hasta subir el puerto de Altura. Si bien la pendiente es moderada, por ser una Vía Verde en el trazado de un antiguo ferrocaril minero, la realidad es que me voy acercando al centenar de kilómetros hoy y va empezando a aparecer el cansacio, aunque de forma moderada aún.

Hago toda la subida y me salgo de la Vía Verde para llegar a La Puebla de Valverde. Están en fiestas y no logro sellar en ningún sitio.Son las 17:45 y llevo 104 kilómteros recorridos.

Desde aquí veo claro que me queda tiempo aún por delante y piernas como para tratar de llegar hasta Mora de Rubielos. Son unos 25 kilómetros más, casi todo por caminos, pero me apetece hacerlo. Así que voy a por ello. Hagan paso que voy.

Y hacerlo me compensa porque ya no voy por asfalto o similar, sino por un camino bien bonito y con toda la sierra de Gúdar enfrente mío. Qué disfrute. Vuelvo así a recuperar el ir por camino en bosque y tener vistas de una sierra tras este paréntesis sufrido desde Cella hasta aquí.

Tras recorrer todo el monte de Barranco Hondo hasta las masías del Molinero, del Gordo, de Gálvez y del Paso, el camino practicable se desvía cruzando el río del Cubillo y termina en la carretera poco antes de llegar a Valbona, que lo hago a las 19:15 tras 120 kilómetros recorridos. Desde aquí ya tomo carretera hasta Mora de Rubielos. Carretera que es ascendente y se me empiezan a atragantar los pocos kilómetros que me faltan pero que se me van empezando a hacer eternos. No sé si la bici va pinchada o el que estoy pinchado soy yo. Empieza a parecerme que igual andando iría más deprisa. Como me cuestan estos últimos kilómetros. Me temo que la rueda delantera va floja de aire y por eso la bici no tira y me cuesta un mundo pedalear, pero a estas alturas paso de pararme a cambiar la cámara; quiero llegar a destino aunque sea arrastrándome.

Por fin llego a Mora de Rubielos, anocheciendo, a las 20:10 tras 127 kilómetros. Es el doble de kilometraje de lo que suele ser habitual en una etapa normal del Camino. Me hago con una habitación en un hotel en la plaza y despues del duchazo me doy un paseo por el pueblo y me ceno algo en una terraza la mar de agradable. Se me parte media muela con no recuerdo qué y me voy al catre a descansar, que jornadas como las de hoy con 12 horas de bici y más de 7 horas dándole a los pedales dejan el cuerpo cansado.

Hoy he pasado por Noguera de Albarracín, Tramacastilla, Torres de Albarracín, Albarracín, Gea de Albarracín, Cella, Caudé, Teruel, La Puebla de Valverde, Valbona, Mora de Rubielos.

martes, 12 de mayo de 2015

Día 9. Molina de Aragón - Noguera de Albarracín 80,63 Km

Kilómetros: 80,63
Distancia ascendiendo: 49,72 km 
Desnivel acumulado positivo: 1.827,60 metros
Altura máxima: 1.719,20 metros
Porcentaje máximo de subida: 19,14%
Porcentaje máximo de bajada: 18,17%
Tiempo pedaleando: 5:51 horas
Tiempo ascendiendo: 4:12 horas
Vel. media en movimiento: 13,79 km/h
Vel. media total: 9,44 km/h
Vel. máxima: 64,96 km/h


De nuevo el sendero señalizado se pierde en un campo arado

Al fondo Chequilla

Plaza del Ayuntamiento de Checa

Llegando a Orihuela del Tremedal

Saliendo de Orihuela del Tremedal

Saliendo de Bronchales
Antes de Noguera con la tormenta descargando sobre Albarracín

Tras el accidentado día de ayer me toca hoy adentrarme el la Serranía de Cuenca y Montes Universales. Día de exigencia física y paisaje espectacular. Por mirar el lado positivo de ayer, apenas gasté fuerzas para poder afrontar el día de hoy en condiciones e intentar llegar hasta Albarración en lo que podrían ser unos 100 kilómetros de etapa bonita de verdad.

Volviendo a lo de que el Cid no tenía gps y que le salían batallas por todos los sitios, resulta que estoy a solo 40 kilómetros de Maranchón. Y por allí pasé hace 4 días y he hecho desde entonces unos 300 kilómetros. Lo que era no tener tele ni cine con los que pasar el rato por aquella época.

Amanezco y, por primera vez, desayuno en el mismo sitio en el que pernocto. Y salgo a dar pedales a las 08:30.

Otro día más de fresco por la mañana que deja atisbar día de sol y calor. A diferencia de otros días, hoy estoy entrando en la serranía y el frescor es más acentuado. Además hay una neblina que lo cubre todo de forma perceptible pero que en lugar de molestar aporta un tono más al paisaje que hace que se disfrute aún más. Es como la espuma en un buen café, no solo no molesta sino que si el café está rico hace que aún sepa mejor. La verdad es que el día y el lugar no pueden ser más agradables para afrontar una etapa como la de hoy. Por delante me queda mucha montaña, muchos kilómetros, muchas subidas, mucho desnivel acumulado positivo, muchas rampas duras del 20%. A por elloooooooooooooooo.

Salgo de Molina de Aragón por carretera en dirección Taravilla, Checa, Chequilla, Perlajeo de las Truchas, ... qué nombres tan sugerentes para una zona que conozco de cuando venía a disfrutarla con la moto de trail y atravesaba con mis hermanos toda esta serranía por pistas forestales, además de las numerosas veces que he venido con familia o amigos.

Salgo de Molina en subida hasta llegarme a Teroleja. Intento tomar algún camino pero, como de costumbre, los caminos son solo aptos para andarines y mi bici con alforjas será incapaz de usarlos; así que me debo la vuelta por donde he venido y me hago a la idea de que el día será de carretera; carretera que en este entorno se disfruta casi igual que los caminos.

Habiendo desayunado en el hotel en el que he dormido voy dando pedales con la única preocupación de ir haciendo kilómetros mientras disfruto del espectacular paisaje. Así voy haciendo kilómetros sin mayor reseña que las grandes subidas que debo ir superando hasta que pasado las Salinas de Almalla trato de volver a tomar el camino señalizado. De nuevo me encuentro que a escasos centenares de metros el camino se ve cortado por un campo arado y me toca empujar la bici hasta poder encontrar de nuevo la carretera. Qué cruz. Escarmentado ya no volveré a abondonar la carretera en todo el día. Al menos me ha dado para ver un corzo con su cría salir de estampida buscando el cobijo del bosque.

Tras pasar el valle de Megina se sube el puerto de Chequilla y desde el alto se divisa el paisaje que forma Chequilla y sus formaciones rocosas y el río Cabrillas a sus pies. El paisaje es merecedor del esfuerzo que se hace para poder llegar.

Finalmente llego a Checa y me llego a su plaza mayor para sellar. Tras un rato de esperar al secretario del ayuntamiento, logro hacerlo y me hartyo de beber el agua casi helada de su fuente. Tiene un sabor fantástico. Son las 12:30 y llevo 46 kilómetros. Hay que seguir dando pedales y seguir subiendo. Hasta Orea casi 10 kilómetros remontando el río Cabriullas, y desde ahí a seguir subiendo otros casi 10 kilómetros hasta Orihuela del Tremedal, donde intento sellar sin éxito porque llego a las 15:00 y no hay nadie en el ayuntamiento. No es la primera vez que me ocurre, ni será la última, que no puedo sellar por estar cerrado el sitio donde lo hacen. Es una pena perderse los sellos porque son todos muy bonitos y originales.

Sigo en continuo ascenso hasta lo que es el punto más alto de la etapa de hoy y al que se denomina balcón de España, Bronchales. Aquí hay un desnivel de casi 800 metros respecto a Molina de Aragón. Los 7 kilómetros entre Orihuela y Bronchales los hago por camino y se me atragantan un poco por el esfuerzo acumulado y lo empedrado del camino. Son las 16:00 cuando llego a Bronchales, tras 72 kilómetros recorridos, y busco sitio para comer algo. Lo hago en el hotel Suiza. Comida de menú en apenas 20 minutos, en un salón en el que estoy yo solo, y salgo a la calle de nuevo a las 16:25.

Remonto en poco más de 3 kilómetros lo que me queda de subida hasta ell collado de La Mata, al pie de Sierra Alta, en dirección Noguera y Tramacastilla. Antes de llegar al alto empiezan a caerme las primeras gotas de una tormenta enorme que se cierne delante de mí y a la que me acerco irremediablemente. Desde el alto me lanzo cuesta abajo para llegar lo antes posible a Noguera y evitar mojarme más con la tormenta.

Llego a Noguera de  Albarracín a las 17:03 y la lluvia me impide hacer más ruta. Desde aquí hasta Albarracín son casi otros 20 kilómetros que igual perdono con tal de no ir mojándome ya que hoy llevo 80 kilómetros y tampoco me es estrictamente necesario llegarme hasta Albarracín. Eso sí, cambiaré una noche en un lugar precioso y lleno de sitios para pasar la atrde y noche por otro casi aislado y con el único aliciente de una pequeño bar en el que, desde que llego, todo el mundo me mira como si fuera un extraterrestre.

Me alojo en un albergue, estoy yo solo, y tras la pertinente ducha me voy a aprovechar que la lluevia ha parado momentaneamente para dar una vuelta al pueblo, pequeña ha de ser por necesidad, y me meto en el bar a hacer una merienda-cena y me recojo en la cama a descansar antes incluso que las gallinas.

Hoy he pasado por Molina de Aragón, Teroleja, Tierzo, Salinas de Almalla, Terzaga, Pinilla de Molina, Megina, Checa, Orea, Orihuela del Tremedal, Bronchales, Noguera de Albarracín.

Día 8. Monreal del Campo - Molina de Aragón 49,55 Km

Kilómetros: 49,55
Distancia ascendiendo: 31,46 km 
Desnivel acumulado positivo: 569,70 metros
Altura máxima: 1.276,00 metros
Porcentaje máximo de subida: 6,19%
Porcentaje máximo de bajada: 10,23%
Tiempo pedaleando: 2:27 horas
Tiempo ascendiendo: 1:46 horas
Vel. media en movimiento: 20,17 km/h
Vel. media total: 15,91 km/h
Vel. máxima: 43,05 km/h

La patilla que se rompió

Hacia los Ojos del Jiloca

La bici con los piñones colgando

Primer día que me mojo
Día el de hoy raro en todos los sentidos ya que como comentaré ahora tuve una avería mecánica grave que me hizo estar parado todo el día, así que el poco tiempo de bici del que dispuse lo empleé para tratar de hacer algún kilómetros por carretera para no perder el día por completo.

Me levanto como todos días, poco antes de las 8, y me encuentro lo de todos los días, mañana fresca que promete día de calor. Me pongo en marcha al filo de las 9 con idea de tomar camino, ascendente, en dirección Pozuel del Campo. Pero la marcha me dura poco. Además de la tormenta de ayer por la tarde, ha debido estar lloviendo por la noche y los caminos están muy embarrados. En cuanto salgo de Monreal ya tengo que andar esquivando grandes charcos y lodazales. En uno de ellos, al hacer más esfuerzo para atravesarlo, la bici hace un ruido grande y se queda bloqueada. Me bajo en mitad del lodazal para descubrir que se ha partido la patilla que une los piñones con el chasis. Esa pieza antes era de hierro o al menos de aluminoi reforzado; ahora las harán de calamina o de vete a saber qué, pero el caso es que se parten con frecuencia. Y cuando se parte te deja en tierra sin remedio. Hay que cambiarla, pero no llevo repuesto de eso.

Regreso empujando como puedo hasta Monreal, con la bici bloqueada y de barro hasta las orejas, y trato de buscar un taller de motos que anoche vi mientras daba un paseo. Lo localizo y debe ser por las pintas que llevo, o debe ser por la generosidad de quien lo regenta, el caso es que el hombre me dice que tratará de arreglarlo pese a que hace años que no arregle bicis.

Tras tratar de hacer algún apaño con alguna pieza que tenía, al final comprobamos que el único remedio es comprar la patilla. Como la he conservado, le hago un par de fotos que le enviamos a no sé quien que conoce en Zaragoza, quien a su vez, por el tamaño y forma, identifica marca y modelo y nos la envía por mensajero desde Zaragoza. No llegará hasta primera hora de la tarde.

Pues ya tengo el día perdido. Para pasar la mañana me dedico a limpiar a fondo la bici. Cuando el del taller me ve la porquería esa de cera de abeja me dice que eso no vale para nada y me unta la cadena con una buena dosis de grasa consistente. Con eso la cadena me dejará de hacer ruido con total seguridad y evitará que el polvo se meta en los eslabones.

Para completar la mañana me voy caminando hasta los Ojos del Jiloca, el nacimiento del río. Hay una laguna grande pero casi no se puede ver de la cantidad de juncos que hay; pero el paseo no es largo y resulta agradable.

El mensajero con la patilla llega poco despues de comer y la montan. Al ajustar los cables del cambio vemos que los piñones no entran convenientemente. Debe ser que el desviador se dió de sí en el esfuerzo cuando se rompió la patilla y dobló todo, así que ahora hay que cambiar desviador y piñones. Y otra vez que tengo que sustituir algo de lo que, por lógica, no llevo repuesto. El del taller me dice que vamos a mirar entre el material que le queda de cuando arreglaba las bicis porque igual algo tiene que pueda valer. Y así es, algo encuentra que me monta y que parece que funciona.

Cuando terminamos de volver a tener la bici en orden de marcha son las 17:30 pasadas. Llevo todo el día parado y aunque no sea lo que tenái previsto, me hago idea de tratar al menos de llegar a Molina de Aragón por carretera y así no echar a perder el día por completo.

Pese a que otra vez se ven tormentas en el horizonte en la dirección a la que me voy a dirigir, me subo a la bici y empiezo a dar pedales por la carretera a las 17:45. Hasta Molina tendré unos 50 kilómetros de los que los primeros 30 son todo de ascenso; pero si me respeta el viento y la lluvia creo que podré llegar de día a Molina.

Con esa idea, y con las fuerzas intactas de haber descansado todo el día, voy tratando de rodar lo más fuerte y cisntante que puedo por el arcén de la carretera; una carretera que tiene tráfico y por el que van muchos camiones. Paso Pozuel del Campo y sigo en dirección Pobo de Dueñas que marca el final del ascenso y comienzo de los últimos kilómetros de descenso hasta Molina.

Llego al Pobo de Dueñas a las 19:15 tras 28 kilómetros recorridos. Están empezando a caer las primeras gotas. Busco una casa rural donde sello y no encuentro ni una bar donde tomar algún refresco.

A la salida del pueblo me cruzo con un ciclista que lleva bici de carretera y que toma mi mismo sentido de marcha. Aunque el terreo ahora es más llano que antes y pretendo ir algo ligrero, yo con mi bici de montaña y mis alforjas voy a la mitad de velocidad que él.

A partir de El Pobo de Dueñas el terreno es predominantemente de descenso. Y empieza a lloverme. Me pongo los avíos de lluvia y tapo las alforjas y continuo mientras la lluvia arrecia. Desde prácticamente El Pobo podía haber optado por ir por camino, pero ni el poco tiempo disponible que tengo hasta que anochezca ni el previsible lodazal que pueda encontrarme hacen que me inclinen por ir por caminos esta tarde.

A la altura de Castellar de la Muela, el de la bici de carretera está parado cambiando la cámara. Ha pinchado pero me dice que no necesita ayuda. Prosigo. Y llego a Molina de Aragón ya con las primeras sombras de la noche a las 20:50 despues de 50 kilómetros recorridos. Pese a que tengo idea de ir hasta un hotel que he visto que hay por la plaza de San Francisco, al otro lado del pueblo, me paro directamente en el priemr hotel que veo, justo según entro al pueblo. Es un hotel muy bonito y tranquilo. Duchazo, cena suave en un bar muy cercano y a dormir con idea de descansar y levantarme temprano mañana porque la etapa se mete en la serranía y promete ser larga y dura.

Jornada la de hoy atípica como ninguna.

Hoy he pasado por Monreal del Campo, Pozuel del Campo, El Pedregal, El Pobo de Dueñas, Castellar de la Muela, Molina de Aragón.

viernes, 8 de mayo de 2015

Día 7. Munébrega - Monreal del Campo 99,10 Km

Kilómetros: 99,10
Distancia ascendiendo: 67,91 km 
Desnivel acumulado positivo: 1.035,50 metros
Altura máxima: 960,80 metros
Porcentaje máximo de subida: 8,95%
Porcentaje máximo de bajada: 10,30%
Tiempo pedaleando: 7:11 horas
Tiempo ascendiendo: 5:18 horas
Vel. media en movimiento: 13,79 km/h
Vel. media total: 8,52 km/h
Vel. máxima: 58,86 km/h
Saliendo de Munébrega

Puerta amurallada de Daroca

Fuente de los 20 caños de Daroca

Con la cocinera y camareras del Molino de Burbáguena. Qué rico todo

El Poyo del Cid

Puente romano cerca de Luco de Jiloca

De nuevo noche de descanso del tirón. Nada como hacer ejercicio para sentir bien el cuerpo y dormir como un lechoncito. Me levanto con el canto del gallo, arreglo el cuarto y me vuelvo a apañar los trastos en la bici para empezar a pedalear a las 08:45. Otra mañanita fresca que anticipa jornada de sol de justicia. Por ahora he visto alguna tormenta en lontananza por las tardes, pero no me ha llovido. Toquemos madera.

Comienzo por carretera remontando el valle en permanente ascenso, en paraleo al valle del Jiloca, buscando Daroca. En Castejón de Alarba, tras 10 kilómetros de subida, decido que me he cansado de carretera y opto por correr el riesgo de adentrarme por caminos; a ver si aquí vuelven a ser ciclables. Si hasta ese momento he podido divisar algún agricultor trasegando, a partir de aquí me meto por montaña aislada y voy yo con mi sombra haciendo un bucle que, aparte del paisaje que me acompaña, no me aporta gran cosa más que más kilómetros por caminos pedregosos de monte.

Y así regreso a algo civilizado en Acered tras un bucle por el monte de unos 10 kilómetros que por carretera se cubren en poco más de 3. Decido parar en un bar que veop abierto para desayunar, que aún no lo he hecho y son ya las 10:50 y he hecho 21 kilómetros.

Tras escasa media hora retorno a la carretera en un terreno totalmente quebrado que finaliza en unos 4 kilómetros de delicioso descenso hasta llegar a Murero, ya en el valle del Jiloca, donde llego al punto más bajo en altitud del día de hoy. A partir de aquí y en todo lo que reste de etapa, tó parriba..

Desde aquí iré remontando el Río Jiloca por caminos por un sinfín de arboledas. Los caminos se cruzan de continuo y las señales del Camino a veces se pierden, por lo que en más de una ocasión llego a sitios que mueren en el río y debo desandar algo. Pero tampoco importa mucho porque el paisaje junto al río es agradable.

Llego a Daroca a las 13:00 tras 44 kilómetros recorridos. Hay fiestas. Tienen varias atracciones a la entrada del pueblo, en la puerta amurallada, con exhibición de rapaces incluida. Voy a sellar a la oficina de turismo y me doy una vuelta por todo el pueblo y sus distintos barrios. A las 13:35 decido seguir ruta. Y lo hago de nuevo siguiendo los caminos que discurren paralelos al Jiloca.

Y así iré poco a poco hasta que llegue a algún sitio donde vea algo para comer. Y eso será en Burbáguena, a las 15:30 tras 66 kilómteros recorridos, en un antiguo molino rehabilitado como restaurante donde me clavo unos garbanzos con ternera como Dios manda, que ya estoy un poco necesitado de dejar los bocadillos ligeros y meterme algo en condiciones. Y no solo el tipo de comida hoy es distinto, hoy estoy comiendo mucho más tarde que otros días.Comida espectacular y siestecilla de 10 minutos para entonar el cuerpo. Mientras hago la siestecilla cae una pequeña tormenta. Con estos días de tanto calor ya ha habido algún día, por Soria y ahora por Aragón, que he visto tormentas por el horizonte, aunque aún no me ha caido ninguna encima. Esta es la primera y me pilla parado y dura poco.

Retomo Camino, ahora por carretera que despues de la comida de hoy estoy para pocos esfuerzos por el monte, en dirección Calamocha. A partir de aquí lo que haga hasta rematar el día ya estará bien porque lo voy disfrutando a tope con el paisaje y el día que hace.

Llego a Calamocha a las 18:00 tras 78 kilómetros recorridos. Y como me son pocos y aún queda tarde, decido continuar , al menos, hasta Moreal del Campo. Y esto lo hago por caminos, pasando por el Poyo del Cid, lugar donde parece que el Cid ubicó su acuartelamiento en la época en la que estuvo batallando por el control de todas estas tierras. El perfil, como el de casi todo el día, sigue siendo ascendente, pero el pedaleo no se hace fatigoso y llego sin más incidencia a Monreal del Campo a las 20:!0 tras 99 kilómteros recorridos. El final del día ya se me ha hecho algo cansado por el continuo paso de los kilómetros en ascenso y los he hecho muy suave con la seguridad que llego a un pueblo grande donde no me faltará sitio para poder dormir. Lo hago en un hotel de carretera a las afueras del peublo, donde tienen un precio especial de alojamiento y cena. Me da para tomar posesión dela habitación, ducha, paseo tranquilo por el pueblo, cena suave y al catre a dormir.

La jornada de ayer fue bastante ligera comparada con la de hoy. La de hoy más kilometraje y casi todo cuesta arriba, de nuevo con más de 1.000 metros de desnivel acumulado positivo. Y hoy me he hecho más de 7 horas pedaleando, con más de 5 cuesta arriba. 12 horas en total desde que empecé a pedalear hasta que lo dejo. ¡Qué malas costumbres estoy volviendo a tomar!.

Hoy he pasado por Munébrega, Castejón de Alarba, Alarba, Acered, Atea, Murero, Manchones, Daroca, Villanueva de Jiloca, San Martín del Río, Báguena, Burbáguena, Luco de Jiloca, Calamocha, El Poyo del Cid, Fuentes Claras, Caminreal, Torrijo del Campo, Monreal del Campos

Día 6. Medinaceli - Munébrega 93,68 Km

Kilómetros: 93,68
Distancia ascendiendo: 41,69 km 
Desnivel acumulado positivo: 961,20 metros
Altura máxima: 1.022,20 metros
Porcentaje máximo de subida: 7,82%
Porcentaje máximo de bajada: 12,68%
Tiempo pedaleando: 5:27 horas
Tiempo ascendiendo: 2:59 horas
Vel. media en movimiento: 17,20 km/h
Vel. media total: 9,63 km/h
Vel. máxima: 56,54 km/h
Somaén

Camino de Montuenga de Soria con su castillo al fondo

Camino de Ariza

Campos cerca de Cetina con la señalización del Camino

Cruzando la vía del tren en Bubierca

Ateca

De nuevo noche relajada, durmiendo del tirón y reponiendo fuerzas sin mayor novedad.. Así que ni madrugo ni me duermo, como el resto de días, y me pongo a dar pedales a las 09:00.

Creo que el Camino oficial sigue por Medinaceli y lo reodea por el norte para buscar Lodares, pero como me bajé a la Estación, no me voy a meter la pechá de subir otra vez el rampón hasta Medinaceli. Tomaré la antigua carretera nacional siguiente el curso, muy bonito, del río Jalón. Antiguamente la carretera era un hervidero de coches y camiones. Es curioso ver como hoy esa misma carretera parece un carril bici, sin apenas tráfico y por el que se puede ir tranquilamente disfrutando del paisaje. Y como además el recorrido es en casi permanente descenso, se va de maravilla con el frescor de la mañana.

Es un placer recorrer todo el desfiladero y  pasar por Lodares, Jubera y Somaén; este último bien bonito y con unas casas rehabilitadas preciosas y un hotel en el castillo asomándose al desfiladero que es una preciosidad.

Llego a Arcos de Jalón a las 10:00 tras 18 kilómetros recorridos y, como norma que va imponiéndose, llevo el tiempo y kilometraje perfecto para parar a desayunar. Lo hago tranquilamente en un bar en mitad del pueblo y retomo camino tras media hora.

He abandonado las tierras de Castilla que he recorrido en los últimos cinco días. Casi 500 kilómetros que me dejan una sensación muy agradable y me empujan con más ganas a seguir afrontando este Camino del Cid ahora por tierras aragonesas.

Desde Arcos de Jalón abandono carretera para retomar camino hacia Santa María de Huerta y su muy famoso monasterio. De nuevo el día es caluroso y los caminos por los que voy están muy polvorientos. La cadena me suena mucho. Le doy cera de abeja en lugar del aceite de toda la vida, pero me temo yo que ese invento no vale para nada en jornadas tan polvorientas como las que estoy teniendo.

Voy recorriendo todo el valle de la zona de Montuenga con el perfil imponenete del castillo de Montuenga de Soria al fondo. La verdad es que parece que te va hiptonizando y hace que vayas pedaleando sin esfuerzo a su encuentro.

Pasado Aguilar de Montuenga y Montuenga de Soria alcanzo Santa María de Huerta y voy corriendo al monasterio. Y chasco del quince. Además de no sellar no puedo ni ver el claustro. Para acceder a cualquier sitio tengo que comprar una entrada y de nada valen mis suplicas al monje negrito que hay en la entrada para que me deje al menos sacarme una foto en el claustro. Que soy un peregrino, coño. Ni por esas. Le pregunto finalmente si tienen una cafetería o algo para poder descansar tomando un refresco y me señala una máquina de bebidas. Anda y que le den.

Salgo de la intentona de nuevo a la calle decidido a seguir ruta. Son las 12:00 y llevo 32 kilómetros; quizás algo menos de lo que debiera llevar, pero da igual porque no tengo prisa ni nadie que me la meta.

De nuevo el Camino me hace tomar carretera local, ahora en continuo ascenso durante casi 5 kilómetros, abandonando el curso del Jalón en dirección Torrehermosa. Ahora el Camino va a ir buscando Alhama de Aragón.

Desde aquí y durante los próximos 40 kilómetros, hasta que llegue a Ateca, el trazado es netamente descendente.En Monreal de Ariza abandono la carretera y tomo de nuevo camino que no abandono durente casi 25 kilómetros hasta llegar a Alhama de Aragón. Entre medias paro a tomar un refresco en Cetina. Me llego a Alhama de aragón a las 14:00 tras 65 kilómetros recorridos. Se nota que el día de hoy es practicamente descendente en su totalidad; se hacen kilómetros por camino sin problema.

Parada a comer algo en un bar pequeñito, casi a la salida, donde anuncian algo de bacalao que tiene buen aspecto. Y además tenía buen sabor. Una comida bien rica que me he metido.

Salgo de Alhama, de nuevo por camino, a las 15:00. Tomo dirección Castejón de las Armas. Tengo interés en verlo porque nunca he parado allí. Denuevo voy siguiendo el Jalón, a veces por la antigua carretera, a veces por caminos paralelos.

Cuando deben quedarme apenas dos kilómetros para llegar a Castejón, el camino cruza la vía del tren y se mete en un meandro del río donde el sendero se pierde. Y al parar a tratar de distinguirlo veo que lo que también pierde es la rueda delantera. Pinchazo. Cambio la cámara y trato de regresar para intentar llegarme a la carretera de nuevo. Y no pasan ni dos minutos cuando de nuevo pincho. El campo en el que estoy debe estar plagado de espinos que no se ven y si sigo así no tendré cámara sin pinchar para poder seguir viaje. Así que decido ir no arreglar el pinchazo y tratar de salir de alli empujando la bici a pie.

El camino por el que había llegado a tan desdichado paraje hacía un par de cuestas para tratar de evitar la vía del tren. Con la rueda pinchada no creo que pueda hacerlo porque hay mucha arena y resbala mucho. Mi única alternativa es tratar de subirme a la vía del tren. Para subirme tengo que superar un talud de casi dos metros de altura que me cuesta Dios y ayuda subir la bici a pulso con todo el peso que lleva. Y después, casi sin fuerzas, continuo por el borde de la vía, salvando por un puente el curso del río y llegando por fin a un sitio desde el que pude descender el talud y acercarme a la carretera. No sé la de rezos que hice para que no viniera ningún tren en el tiempo que estuve en la vía. Llegado de nuevo a la carretera cambio la cámara pinchada. He pinchado en un santiamén las dos cámaras de repuesto que llevaba. La tercera la di por perdida el primer día cuando la reventé llegando a Santo Doningo de Silos. Y como no me puedo permitir volver a pinchar, decido que no voy a Castejón y que sigo por carretera hasta el siguiente pueblo importante, Ateca, donde ojalá haya algún taller o tienda donde poder hacerme con otras dos o tres cámaras de repuesto.

Y así me llego a Ateca a las 16:40 tras 80 kilómetros recorridos. Y esto tiene mala pinta porque están en fiestas, grandes fiestas, y no sé si habrá algo abierto que no sea un bar. Pregunto en la plaza a unas señoras si saben de una tienda de bicis o similar. Y me mandan a un paisano que saben que no tiene tienda pero algo arregla. El sitio al que me mandan está cerrado así que vuelvo a la plaza. Llego a tiempo de ver como las reinas de las fiestas salen en descapotable hacia la plaza de toros, donde hay corrida de lujo en apenas 15 minutos. Las paisanas de antes me vuelven a ver y se apiadan de mí. Hacen que alguien vaya a avisar a no sé quien para que me traiga parches con los que yo poder reparar los pinchazos. Este es otro de los problemas de no haber revisado nada en condiciones antes de iniciar mi viaje: no me acordé de coger las zapatillas de ciclista, no tenía eslabón de enganche (Aunque sí el tronchacadenas) ni tengo parches. Bueno, estas son las pequeñas dificultades a las que te ves sometido y de las que tengo que salir airoso sin mayot problema.

Al cabo del rato llega el chaval, recontracagado porque por acercarme los parches igual llega tarde a los toros, y me pongo a arreglar las cámaras pinchadas. En ese afán invierto casi una hora y cuando creo que ya han pegado suficientemente los parches retomo mi camino. Devuelvo los parches restantes a las señoras, a las que les esaré eternamente agradecido por su amabilidad y generosidad, y tomo carretera en permanente subida hacia Munébrega en busca del Río Jiloca.

Mientras estaba arreglando los pichazos me dio tiempo para hablar con varios paisanos. La mayoría siempre te preguntan que de donde vienes y a donde vas. Y cuando se lo dices, que para qué lo hago. Y cuando se lo digo siempre se extrañan y te miran como escrutando el mal que te puede estar afectando al cerebelo. Bueno, aquí en Ateca me han dicho "mucho te tié que gustar maño, mucho te tié que gustar".

El Camino oficial hace un pequeño bucle para adentarse unod 15 kilómteros hasta Calatayud y desde ahí remontar el Jiloca, pero como son las 17:45 prefiero hacer esos 15 kilómetros adentrándome en la sierra repleta de olivos, almendros y viñas hacia Munébrega ya que además las paisanas me dicen que en Munébrega podré encontrar hospedaje.

A diferencia del resto del día, en casi continua bajada, desde Ateca me toca ir en permanente subida. Llego a Munébrega a las 18:40 y trato de buscar hospedaje. Hay dos casas rurales; una está cerrada y en la otra me dicen que la tienen completamente reservada unos que están precisamenete saliendo en ese instante. Se trata de los mamarrachos de Seguridad Social, que tocan esta noche en las fiestas de Ateca. Vaya casualidad.

Enel ir y venir de un lado a otro me he estado cruzando con un matrimonio mayor que están sentados a la fresca en un poyete. Hablo un momento con ellos y como se han enterado de todo me dicen que si busco alojamiento que ellos disponen de una casa donde puedo pasar la noche. ¡Y como decir que no!. Así que allá que me voy a que me enseñe la casa. Es el piso alto de la casa donde viven, totalmente independiente, con su habitación, cocina, baño, etc. Le doy a la paisana 20€ en compensación y tomo aposento de la casa y me doy el rutinario duchazo para relajar músculos.

Me dirijo al único sitio donde poder cenar algo, al bar de las piscinas. Allí se está de miedo. A las afueras del pueblo, yo solo. Me tomo un par de bocadillos y encadeno dos o tres cubatas mientras va anocheciendo y yo voy dejándome a mis pensamientos medio tumbado mirando el cielo estrellado.

La etapa de hoy marca una diferencia en todo: dejo Castilla para adentrarme en Aragón, paso de los campos agistados y polvorientos a las montañas y ríos aragoneses, velocidad media en movimiento de 17 km/h, desnivel acumulado ascendiendo inferior a los 1.000 metros, tiempo de pedaleo ascendiendo similar al de descendiendo, porcentaje máximo de subida inferior al 10%, ... Parece que no solo cambio de comunidad autonóma.

Hoy he pasado por Medinaceli, Lodares, Jubera, Somaén, Arcos de Jalón, Aguilar de Montuenga, Montuenga de Soria, Santa María de Huerta, Torrehermosa, Monreal de Ariza, Ariza, Cetina, Alhama de Aragón, Bubierca, Ateca, Valtorres, La Vilueña, Munébrega.

jueves, 7 de mayo de 2015

Día 5. Sigüenza - Medinaceli 94,66 Km

Kilómetros: 94,66
Distancia ascendiendo: 48,56 km 
Desnivel acumulado positivo: 1.517,70 metros
Altura máxima: 1.361,70 metros
Porcentaje máximo de subida: 11,07%
Porcentaje máximo de bajada: 11,21%
Tiempo pedaleando: 6:09 horas
Tiempo ascendiendo: 4:00 horas
Vel. media en movimiento: 15,39 km/h
Vel. media total: 9,37 km/h
Vel. máxima: 55,67 km/h

Arco romano del sigol I de Medinaceli

Anguita

Hoz del Río Tajuña

EL camino se pierde en mitad de un campo arado en Maranchón

Con Medinaceli al fondo

Olaza de Medinaceli
Tras pasar la tarde y la noche de ayer con Pablo en Sigüenza, gracias de nuevo a tí, a tu familia y a Magda,  toca levantarse en una nueva mañana fresca y soleada para salir a pedalear en un nuevo día en el que creo que seguiré zigzagueando por estas tierras de Castilla. De nuevo, como ayer, me haré casi 100 kilómetros subiendo y bajando caminos por montes, cuando la distancia entre origen y destino por carretera es poco más de 30 kilómetros. De hacerlo en una hora y media tranquilamente por carretera, se tornará en casi 10 horas de esfuerzo de las cuales 6 serán dando pedales. Por supuesto que esto de ir por el monte pasando por sitios que seguramente en otra circunstancia no vería, es más gratificante y placentero, pese al esfuerzo, que lo de ir tranquilamente por la carretera.

Inicio ruta a las 08:30. Da gusto notar el frescor de la mañana en contraste con el sol asfixiante de estas tardes. Ayer me tuve que quitar incluso la camisa subiendo desde Pelegrina hacia Sigüenza.

Voy por camino remontando los pinares hasta el Santuario de la Virgen de la Salud que ayer visité con Pablo y sigo por camino hasta llegar a los nacederos del Dulce en Estiégana. El camino, pese a ir en constante ascenso, es muy llevadero y agradable de recorrer a estas horas.

Llego a Alcolea del Pinar a las 10:30 tras casi 20 kilómetros de recorrido. Paro a desayunar en un bar de la antigua carretera. Un café y unas magdalenas que me den energía hasta la comida. La verdad es que me encuentro muy a gusto con este planteamiento que estoy haciendo todos días de hacer unos 20 killómetros antes de parar a desayunar y tratar de llegar a la hora de la comida con unos 50 killómetros recorridos. Ese horario me permite parar poco para comer, reponer las fuerzas en los momentos precisos y disponer de toda la tarde para pedalear y poder completar jornadas de casi 100 kilómetros sin notar excesivo desgaste.

Continuo por un mixto entre carretera y camino hasta Anguita, donde sello y me tomo una cocacola para afrontar los siguientes 30 kilómetros que son de continuo ascenso. Desde Anguita hasta Luzón voy por la Hoz del Río Tajuña; un recorrido bien bonito de hacer. Y desde Luzón a Maranchón voy por carretera local.

Hago parada técnica en Maranchón a las 14:20 tras 56 kilómetros recorridos. De nuevo comida ligera en bar en la carretera y salida en dirección Medinaceli remontando hacia La Cruz de Hierro. Esto de tener que subir según acabo de comer se está convirtiendo en costumbre.

La subida la inicio por carretera y voy como loco buscando un camino paralelo. A poco más de un kilómetro de iniciar la subida veo un letrero del Camino que enfila un sendero. Y allí que voy. Y voy para volver a encontrarme lo de siempre: el camino deja de ser ciclable enseguida y se adentra en unos campos arados cuesta arriba. Así que decido que igual si empujo la bici por el campo arado volveré a encontrar el sendero enseguida. Tras más de media hora de empujar la bici por el campo arado, que deja exhausto al más pintado, decido salir como sea y sigo empujando por mitad del campo hasta conseguir volver a la carretera que había abandonado. No sé la de cagamentos que solté en esa media hora.

Tras recuperar la carretera continuo por el alto de un páramo, en terreno descendende, hasta llegar a Layna. Desde ahí vuelvo a camino hasta Urex de Medinaceli. Y ya por fin en carretera hasta mi destino.

Llego a Medinaceli Estación a las 17:00 despues de 88 kilómetros recorridos. Tengo por delante de mí la fuerte subida a Medinaceli. Antes de comenzar el ascenso veo que hay tres o cuatros hoteles en la carretera, por si acaso lo que hubiera arriba no me convence.

Al llegar a Medinaceli lo primero que hago es parar a sellar en la Oficina de Turismo. Luego me doy una vuelta por el pueblo: chulo de pasear pero vacío totalmente, sin vida alguna. Me tomo un refresco en uno de los pocos sitios abiertos y me vuelvo a bajar hacia Medinaceli Estación, donde reservo una habitación y paso el resto de la tarde tan tranquilo, aunque a diferencia de otros días aquí no estoy solo porque es un hotel en medio de la antigua carretera nacional. Despues de una cena liviana me voy a dormir para descansar la paliza de hoy.

La etapa de hoy muy similar en datos a la de ayer: en distancia, en desnivel acumulado ascendiendo, en tiempo pedaleando, en velocidad media en movimiento, en tiempo ascendiendo. O sea, la misma paliza que ayer. Ya me estoy acostumbrando y las piernas ya son vigas.. Igual en posteriores etapas ya no me quedaré en 90 kilómetros sino que sobrepasaré los 100 kilómetros diarios.

Hoy he pasado por: Sigüenza, Barbatona, Jodra, Estriégana, Alcolea del Pinar, Aguilar de Anguita, Anguita, Luzón, Ciruelos del Pinar, Maranchón, Layna, Urx de Medinaceli, Salinas de Medinaceli, Medinaceli.