domingo, 8 de mayo de 2011

Día 6. Embalse de Alcántara - Oliva de Plasencia. 76,01 Km






Kilómetros: 76,01
Tiempo pedaleando: 5:45:18
Vel. media: 13,20 km/h
Vel. máxima: 42,47 km/h

Nos despertamos los últimos (todos los demás que estaban durmiendo eran andarines) y desayunamos muy relajados, nosotros solos, con las vistas del embalse. Desayuno muy relajante. Tan relajante que empezamos a pedalear a las 10.

Hasta Cañaveral no hay nada más que piedras, piedras y más piedras. Arbusto bajo y más piedras. Son 11 km hasta Cañaveral, que sumados a los 22 del día anterior desde Casar de Cáceres, hacen un total 33 kilómetros sin pisar ninguna población. A la hora de planificar el Camino hay que considerar bien los kilometrajes para tener en cuenta este tipo de circunstancias. De hecho, el Camino no pasa ni por Cañaveral, ni por Grimaldo, ni por Riolobos, que son los pueblos más cercanos en el tramo Casar de Cáceres - Galisteo, lo que representa unos 63 kilómetros sin cruzar ningún pueblo si haces el Camino sin desviarte.

Como digo el Camino no pasa por Cañaveral, pero nosotros tomamos una pequeña variante para entrar y comprar algo de fruta.

A la entrada del pueblo se pasa por el puente mediaval de San Benito. Y allí que nos encontramos a un grupo de mujeres mayores en chándal haciendo una tabla de gimnasia bajo las órdenes de un chaval con un escudo del Cacereño en su camiseta. Casi más sorprendidas se quedan ellas que nosotros y empiezan a vitorearnos y aplaudirnos. Nos quedamos un buen rato de charla con ellas y seguimos para entrar al pueblo por un camino en subida.

Al entrar al pueblo lo hago por una acera que al poco se encajona contra las primeras casas y veo que hay un par de abuelos sentados y un par de mujeres ocupando la acera. Y doy un volantazo para salirme a la calzada, En ese momento oigo a uno de los abuelos diciendo ¿dónde vas?. Regreso a la acera y nos paramos a charlar con ellos. El que me chistó debe ser primo del Risitas y no para de decir cachondadas. El otro, como el cuñaaaaoooo, le ríe contínuamente las gracias. Cuando les decimos que donde el puente hay un montón de mujeres, el primo de Risitas hace un gesto como de desaprobación y dice "ná, son todas viudas".

Despues de un buen rato les dejamos y entramos al pueblo a comprar fruta y Pedro se va también a la farmacia a comprar algo porque la alergia le está matando los ojos.

Salimos de Cañaveral para afrontar la subida por carretera al puerto de Los Castaños, de algo menos de 5 kilómetros. Nos juntamos con un grupo de 5 ciclistas que han salido desde Mérida y van también a Salamanca. Como lo que hacen les lleva muy pocos días, apenas llevan alforjas. Al ver las nuestras dicen que saquemos los jamones que llevamos dentro.

La subida del puerto la hago con ellos. Pedro y Luis se descuelgan algo. En la cima hay un bar de luces de colores. Los 5 empiezan a dar gritos por si sale alguna chica a saludar. Como no hay suerte prosiguen el camino mientras yo espero un poco a Pedro y Luis.

El Camino entonces cambia drásticamente. El paisaje en esta vertiente es totalmente distinto y se mete en un robledal, en una zona preciosa llamada Valle de los Muertos, que pasa a la altura de Grimaldo y tras 30 kilómetros debe hacernos llegar a Galisteo. En mitad del robledal se han parado a comer los 5 ciclistas.. Nos vamos a ir cruzando constantemente con ellos durante el resto de días.

Al pasar a la altura de Grimaldo, Pedro para porque tine prácticamente suelta una biela. El tornillo que la ajusta al eje pedalier está suelto y no llevamos ninguna llave para apretarlo bien. Con unos alicates pequeños de Luis se aprieta como se puede. Pero con los continuos baches del camino se afloja cada 5 minutos por mucho que Pedro trata de hacer la menor fuerza posible con esa biela, cargando todo el peso de la pedalada sobre la otra. Parando cada 5 minutos para apretar la biela que se afloja cada dos por tres, vamos tratando de llegar a una carretera o pueblo para poder apretar bien la biela.

Pero como he comentado, estas distancias entre pueblo son matadoras ante cualquier contingencia y no hay nada hasta Galisteo. Bueno, como 5 kilómetros antes está Ríolobos aunque algo separado del camino. Al llegar a las proximidades de Ríolobos, a Pedro se le parte la pletina que une el casette de piñones con el cuadro. Ahora ya sí que no hay solución. Llama a Yolanda para que le vaya a buscar y nos hacemos andando lo que nos restaba hasta llegar a Galisteo.

Cuando llegamos, más allá de las cuatro de la tarde, paramos a comer en El Emigrante. Nos tratan muy bien y coincide que llega una pareja de ciclistas que están haciendo Sevilla - Muxía. Ellos van a hacer noche allí. Como nos ocurrirá con los otros 5 ciclistas, también con ellos nos iremos cruzando de contínuo hasta llegar a Salamanca.

A eso de las 6 de la tarde terminamos de comer y Luis y yo proseguimos para hacer los casi 30 kilómetros que nos quedan aún hasta Oliva de Plasencia. Luis deja las alforjas para que se las lleven Pedro y Yolanda en el coche.

Se sale por carretera hasta Aldehuela del Jerte y Carcaboso. Son solo 11 kilómetros y lo hacemos rápido. A partir de Carcaboso se vuelve a entrar en una dehesa de alcornoques. El sol empieza a caer y la dehesa está solitaria y está cubierta de un manto de verde por el cual solo se dibuja débilmente el sendero por el que circulamos. El paisaje es de lo más bonito del Camino. La sensación es realmente especial.

Llegamos a Venta Quemada y desde ahí nos desviamos del Camino para hacernos 6 kilómetros por carretera hasta Oliva de Plasencia para dormir en un albergue pequeño atendido por una hospitalera muy agradable de nombre Mónica. Llegamos poco antes de las 21:00 casi a la par que Pedro y Yolanda. Como tenemos coche y en el pueblo no hay ni un bar, nos vamos a Plasencia a cenar algo.

Al regresar de la cena y tratar de meternos en las literas resulta que alguno de los andarines ha ocupado una de las que nos habían asignado. Dejo a Pedro que se quede junto a Yolanda. Luis se mete en una cama supletoria que había montado previamente Mónica. Nos advirtió que los tornillos no estaban muy apretados. Yo me voy a tratar de buscar sitio en otra habitación, pero busco mal y lo único que encuentro es un sofá. A diferencia del de el primer día, en este quepo y además no se está incómodo del todo. Me quedo en él. A media noche se oye un sonido muy fuerte. Es Luis, que en un intento de mover la cama, la pata que nos advirtió Mónica no resiste y se le cae y se ve de bruces en el suelo. Son las 3 de la mañana.

Hoy hemos pasado por: Embalse de Alcántara, Cañaveral, Galisteo, Aldehuela de Jerte, Carcaboso, Oliva de Plasencia.

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